~•~ Namjoon es tan solo un chico de 18 años, que está a punto de iniciar la universidad, sin embargo, sus visiones a futuro se ven estancadas a no ir más allá de lo que Namjoon considera conocido, quizás y esa perspectiva podría poner en peligro a t...
Oops! Ang larawang ito ay hindi sumusunod sa aming mga alituntunin sa nilalaman. Upang magpatuloy sa pag-publish, subukan itong alisin o mag-upload ng bago.
Salí de la sala de juntas alrededor de las tres de la tarde. Habíamos hablado de algunos temas en cuanto a nuestros promedios y rendimientos académicos, nada interesante a decir verdad, como pude me escabullí para librarme de Jungkook en el camino, así que decidí irme por el patio oeste del edificio, donde estaba seguro de que lo evitaría.
Había pocas personas ahí, la mayoría parejas sentadas en el césped verde o recargadas en los pocos árboles que habían plantados a lo largo del sitio, por supuesto que pasé desapercibido, sin embargo, una suave voz detrás de mí me detuvo.
-Namjoon, espera.
Me detuve de inmediato y me di media vuelta, sólo para encontrarme con esa larga cabellera negra, y esos ojos almendrados brillantes que ya conocía bien. Sonreí en respuesta.
-Hola Won-young, -ella se acercó a mí con una sonrisa tímida, colocando sus manos tras su espalda, mientras su mirada se mostraba sumisa.
-Hace mucho que no te veo por este lado, ¿qué haces aquí?
-Sólo quería tomar el camino largo, además tengo que reunirme con alguien más tarde, -mentí, y ella me creyó.
-Ya veo, ¿te importa si te acompaño?
-Para nada, -nunca me negaba a una buena compañía, sin embargo, ví al grupo de amigas de Won-young cerca, y me sentí curioso al respecto-, ¿no irás con tus amigas?
-Prefiero quedarme, seguramente irán con sus novios y no quiero estar ahí siendo la única soltera, -dijo, y yo la verdad la comprendí.
-Te entiendo, bueno, entonces un paseo corto será una buena forma de pasar el rato, -extendí mi brazo hacia ella de forma caballerosa, y ella se abrazó a él instantáneamente, viéndose muy feliz al respecto.
Nos mantuvimos en silencio mientras caminábamos por toda el área, hablando de uno que otro tema en el proceso. A Won-young la conocí en segundo semestre, luego de que accidentalmente tropezara y sus libros se cayeran, yo la ayudé y desde entonces me empezó a buscar y hablar más, su presencia era siempre cálida y tranquila, era una linda chica que podría tener a cualquier hombre que quisiera babeando por ella.
Cada vez que hablaba de las cosas menos interesantes posibles, sentía su mirada clavada en mí, y cuando la volteaba a ver notaba el brillo en sus ojos mientras me sonreía, completamente interesada como nunca había visto antes. Y eso que no compartíamos gustos similares o algo parecido.
Luego de un rato de simplemente pasear, noté la hora y supe que tenía que irme.
-Fue agradable hablar contigo, Won-young.
-Lo mismo digo, -me respondió amablemente-, y.. bueno, la verdad nosé si sea correcto decirlo.
-Adelante, puedes decirme lo que sea, -su actitud tímida era linda.
-Quizás sea una tontería pero... ¿te gustaría... ir algún día a tomar un café conmigo?, no tiene que ser un lugar extravagante.
-No veo por qué no, -accedí con una sonrisa, iba todo el tiempo por café a distintas cafeterías, aveces acompañado, aveces solo, así que tenía buenos sitios en mente.
-De acuerdo, nos vemos después, Namjoon, -ella se despidió con una sonrisa.
Sin embargo, no me esperaba que se pusiera de puntas y besara mi mejilla también, eso me sobresaltó, dejándome congelado en mi sitio, mientras ella se iba, yo apenas terminé de procesar, ¿es que acaso todos tenían una obsesión por despedirse de beso hoy en día?, primero Jungkook, ahora Won-young, ¿quién más faltaba?
Decidí dejarlo pasar y simplemente me di vuelta para seguir mi camino, completamente seguro de que ahora no me toparía con Jeon en el camino.
Salí del edificio y me detuve a esperar por el camión, por suerte la parada estaba vacía, así que me senté en la banca para abrir mi mochila y sacar mi ramo de ahí, lo había guardado para que no se estropeara, y funcionó, ya que las margaritas estaban intactas. Alcé el ramo hacia mi nariz y olfateé el suave aroma que aún conservaban, me encantaban las flores, y las margaritas en especial se me hacían muy lindas.
Aunque aún me seguía cuestionando de sí el gesto de Min ocultaba algún detalle detrás, creo que me perdí bastante en mis pensamientos pues no noté el momento en que llegó Hoseok a mi lado hasta que agitó su mano frente a mis ojos.
-Tierra llamando a Namjoon, ¿estás bien?, -su voz llena de gracia me atrajo a la realidad de nuevo.
-Oh, hola Hobi, lo siento, -mi sonrisa se tornó avergonzada al respecto.
-No hay problema, sé cómo eres después de todo, -no pude evitar reírme nerviosamente.
-¿Qué te trae por aquí?
-Sólo quería ver el regalo de tu nuevo amor secreto, -lo miré sin entender a lo que se refería, y señaló mi ramo de margaritas.
-¿Esto?, no, no, fue un regalo de Yoongi para disculparse, -le aseguré con una sonrisa.
-¿Seguro?, por que yo creo que le gustaste a mi amigo, a tal grado que fuiste la primera persona para la que le compró flores, -me quedé helado, y él se echó a reír.
-No hablas enserio.
-Namjoonie, conozco a Yoongi desde que éramos niños, nunca ha regalado ni una sola flor, al menos no desde que su madre-... -su repentina pausa me llamó la atención, pero Hoseok cambió rápido de tema-, como sea, nunca ha regalado flores, ni siquiera cuando se metió en peores conflictos y le dimos la idea, pero curiosamente aceptó de inmediato contigo, me parece sospechoso.
También para mi era sospechoso, pero la posibilidad de que las palabras de Hoseok fueran ciertas no me entraba en la cabeza, ¿Min Yoongi?, ¿la estrella del básquetbol?, ¿enamorado de mí?, era lo más absurdo que había escuchado, y aunque así fuera, no tenía tiempo para ocuparme de ello, aún debía concentrarme en mis estudios y más importante aún, mi decisión.
-Bueno, de todas formas no me importa.
-Vamos, Namjoonie, créeme que no encontrarás un mejor chico que Yoongi, además, eres afortunado por tener su atención, -me aseguró.
-Aunque tengas razón, me rehuso, es un grosero sin remedio, -mi pequeño enojo regresó, después de pensarlo mejor, fue un idiota al hablarme de esa forma.
-No digas que no te lo advertí, -dijo mientras se encogía de hombros.
Aunque no iba a negar que las palabras de Hoseok me dejaban un sentimiento extraño, las posibilidades eran mínimas, pero tampoco me iba a mentir que había algo en la mirada penetrante de Yoongi que conseguía hacerme más vulnerable de lo que ya era.
Y tenía un ligero interés en saber qué más se escondía detrás de esa apariencia intimidante. Y más intrigante aún, esa forma tan fría de ver la vida.
Oops! Ang larawang ito ay hindi sumusunod sa aming mga alituntunin sa nilalaman. Upang magpatuloy sa pag-publish, subukan itong alisin o mag-upload ng bago.