Capítulo 8

2.5K 181 8
                                    

Lo que vio el rubio lo sacó de sus casillas.
La mujer, a la que debía amar, (pero por desgracia no era así, aunque de todos modos agradeció por no amarla), su esposa, estaba entrando a su casa en manos de otro tipo.
Uno de cabello castaño y muy fuerte, ya que la cargaba mientras ella esparcía besos por toda su cara.
Le pareció asqueroso.
Al parecer la rubia no lo había visto.
Y eso lo enfadaba mas aún.
Lo engañaba.
Por primera vez en su vida se sintió miserable.
Enfadado dio un golpe a la pared.
El hombre bajo a su esposa al suelo, quien no quitaba la cara de susto y asombro.
Trató de controlar las ganas de pegarle a ese y mandarla al infierno a su esposa, pero; después de todo, el igual la había engañado.
Se sintió culpable. Pero lo suyo era amor.
Miro al hombre y no pudo evitar soltar una risa sarcástica.
Era él. Andrew.
El hombre con el que su mujer lo engañaba era el mejor amigo de Laura.
Sabia que ese no valía ni la quinta parte de lo que valía el.
Pero a pesar de todo estaba agradecido a que lo engañara, como el no la amaba no le afectaba; eso significa que podría separarse.
Separarse y olvidar ese error.
Se sintió libre. Las cadenas que tanto lo ataban se rompieron al fin.

La rubia no podía mirarlo a la cara, estaba avergonzada y asustada.
¿Qué le haría su esposo?¿Le dará otra oportunidad?
Sabia bien como era su marido, y también sabia que no le daría otra oportunidad en su vida.
La cara de enojado y el golpe en la pared se lo dejaban mas que claro.
No quiso llorar, era fuerte.
Después de todo el matrimonio se venia abajo. Y ahora sabia el porque.
Ross nunca la amó, y enterarse fue como recibir una patada en pleno corazón.
Era la primera vez que engañaba a su marido. Aún así, no se sintió culpable.
Tenia razones.
Se había enterado de algo inesperado, haciendo que su sangre hirviera.
Había estado recibiendo mensajes de un anónimo en los cuales decía que su marido la engañaba.
Y hoy, decidió juntarse con ese anónimo, lo que significaba que Andrew lo era.
Valla sorpresa se llevo.
Tras llorar por casi una hora en el restaurante se rindió, y el odio y la venganza creció en su interior.
En algún momento de su memoria estaba como terminó en esas circunstancias con Andrew.
Quién ahora la colocó en su espalda para protegerla de Ross.
Miró a su marido con tal desprecio que se sorprendió en su interior.

Ross estaba enfadado pero a la vez en un estado de felicidad.
Era libre. Quería desnudarse y salir gritando por las calles "¡¡Eureka!!" "¡¡Soy libre!!". Alejo ese pensamiento y trató de hacerse el duro.
Fingiendo que en verdad le dolía lo ocurrido.
- ¡¿Qué hacen acá en mi casa?!- pregunto a gritos- ¡¡Hubieran buscado un estúpido Hotel!!

Se acerco un poco más. Sheila reprimía las lagrimas en su interior y se acercó un poco mas.

- ¡¿No sabias que yo estaba en casa?!- pregunto mas calmado.- Si me engañas lo hubieras hecho bien, así no me enteraba. - dijo Ross mirándola a los ojos.

- Yo.. yo.. ¡¿Dices que te engañe como tú me engañabas a mi?! ¡¿Sin que lo supiera?!- dijo ella con una pizca de odio en su mirada.

Al escuchar eso Ross cambio totalmente su forma, la expresión de su rostro y la forma de sus hombros tensos aflojaron.
Se había enterado. Ahora era él el malo de la historia.

- ¿Co.. como lo supiste?- preguntó.
Notó como ella miraba a Andrew.
Y entonces las ganas de matar a ese hombre aumentaron.
Laura, no pensó en Laura ese maldito desgraciado.
Fue furioso a su habitación, sacó una campera de su armario y tomó las llaves del auto.
Pasó a la cocina, le dio la ultima mirada a su esposa. La misma que luego seria ex-esposa.
Trató de irse, pero ella lo tomó del brazo.

- Hay que hablar las cosas bien Ross... no te acostumbres a huir de tus problemas.. -dijo la rubia mirándolo a los ojos.

- Sabes perfectamente que entre nosotros nunca hubo amor, siempre me utilizaste para tener lo que querías- soltó una risa- fui todo un estúpido.. pero creo que te amaba, y eso me lo impedía ver.. tu solo quieres lo material.. ¡¿Sabes?! -dijo ya mas alterado y con alguna que otra lagrima en sus ojos.
Se arrepintió por haberse casado, o simplemente haber salido con alguien como ella, teniendo a alguien como Laura. Sintió como había desperdiciado su adolescencia junto a ella.

- Y por eso me fui con Laura, ella me amaba, y yo fui el estúpido de ignorarla en la adolescencia por ti, no vales nada.. eres una arpía egoísta- al decir esas palabras sintió una palma en su mejilla. Ahora ella estaba llorando y su mejilla ardía por el golpe.

- ¡¿Porqué metes a Laura en esto?! -gritó ella, pero luego comprendió, Andrew solo le había dicho que el la engañaba, le mostró fotos de el y una castaña, aunque nunca salia su cara. Y como estúpida no se había dado cuenta- ¡Eres un asco Ross!.. ¡me cambiaste por una simple cualquiera sin madre!- Ross sintió en su interior crecer el odio.
Laura no tenia la culpa de que su madre la abandonara de pequeña.

Miró a Andrew, quién miró a Sheila con tremendo odio, estaba enfadado por lo que ella dijo, después de todo el igual era su amigo.
Y tal vez halla estado con ella cuando lo necesitaba.
Recordó cuando Laura lo llamó llorando, su novio de secundaria la había dejado y el estaba con Sheila.
Le contestó que no molestara mas y cortó. Se sintió terrible al recordarlo.
Se dirigió a la puerta y se marchó.
Tenia ganas de pegarle, pero no era el tipo de hombre que pega a una mujer.
Prefería tragarse el orgullo.

Condució a casa de Laura, con la esperanza de que lo reciba con los brazos abiertos y un par de lágrimas en sus ojos.
Pero en vez de ello, se encontró con una casa totalmente desolada y con un cartel que decía "Alquila" y un número de teléfono debajo.
Se había ido, Laura ya no estaba.
Apoyó su cabeza en el volante sin apretar demasiado para que no sonara la bocina.
Y lloró, lloró por todo este tiempo desperdiciado con Sheila, lloró por no darse cuenta antes que Laura lo amaba y que él a ella, lloró porque en su interior sabia que la había perdido.

Se secó las lagrimas con la palma de su mano luego de unos minutos y tomó su celular. La llamaría.
Marcó su número aun con las esperanzas que contestara.
Pero en lugar de sonar el "pip, pip, pip" la grabadora de su compañía saltó diciendo "El número ingresado no corresponde a un abonado en servicio", solo significaba que había dado de baja ese número y había conseguido otro.
Se dio cuenta, que estaba tratando de olvidarle.
Pero él, supo, que no se daría por vencido.
Quería tener una vida junto a ella.
Y prometió encontrarla. 

♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡

Amantes (raura) ||Short Story||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora