Capítulo 4

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Ya habían pasado cuatro semanas desde aquella despedida entre lagrimas, besos y caricias.
Cada uno había seguido con su vida tal como lo habían dicho.

Laura era maestra de artes y un museo había decidido comprar su linea de cuadros "De bellos lugares a un simple hogar" ,en aquella colección se podían apreciar los bellos lugares y las humildes casas que habían en ellos. No solo eso, ella también era fotógrafa y había lanzado una de sus colecciones para la revista Pictures Graft, estaba entre una de las mas grandiosas colecciones a escala de grises y, le informaron que podía hasta ganar un premio.
Pareciera como si su vida ah estado yendo de bien en mejor.
Se ah dedicado a su vocación como artista y le estaba yendo de maravilla. Su sueño era hacerse una de las mejores artistas, no solo en pinturas, sino en todo lo que sea artes, o tenga que ver con ello.

Dejo su pincel de lado y otra vez esas ganas incontrolables de comer algo.
Se limpio las manos manchadas con pintura en su delantal de jeans reciclados que había hecho ella, si había algo que le gustaba hacer era ayudar al medio ambiente; y fue en busca de algo para comer.
Pensó en una manzana, pero su estomago quería otra cosa, una tarta de chocolate.
No, no tenia tiempo para antojos repentinos, debía cuidar su figura.
Cogió la manzana del frutero y se la llevo a la boca. No podía comer mas que eso.
Subió de nuevo a su despacho para terminar con su pintura cuando un mareo casi hace que se cayera.
No, no podía enfermarse ahora que su carrera iba tan bien.
Mañana iría al doctor a ver que todo este bien y le de algunas pastillas.
Al rededor de las 7 ya había terminado el cuadro que había comenzado la semana pasada.
Luego de terminar un par de cuadros mas haría una subasta para recaudar fondos, los pomos de pintura debían reponerse, los pinceles se gastaban cada vez mas con el uso y necesitaba expandir su espacio de creatividad.

Necesitaba distraerse la mayor parte del día, no quería pensar en Ross ni mucho menos en los recuerdos que ah estado tratando de olvidar.

En cambio él, su vida no ah sido la misma desde que Laura lo dejo.
Ah tratado de sobre llevar el matrimonio, pero sin amor es imposible.
La rubia lo ah tratado como los mejores reyes. Le lleva el desayuno a la cama y siempre que llega del trabajo ella tiene algo rico para comer.
Y ahí fue cuando Ross se sintió miserable, había engañado a tan perfecta mujer. Una que lo amaba, al igual que Laura, solo que el no podía decir lo mismo. Estaba enamorado de una sola persona, su mejor amiga.

Hoy era un día agotador. Había estado trabajando en la empresa por varias horas seguidas que ya estaba perdido, no sabia si era de día o de noche, el solo sentía que era una eternidad.
Salio de trabajar a las 9 de la noche, había cogido horas extras y pareciera arrepentido.
《De ahora en adelante no tomare mas horas extras》pensó.
Solo quería ir a casa a descansar.
Cuando llegó, su mujer lo estaba esperando.
Esta vez con un enorme pastel de chocolate.
Dormir, necesitaba dormir.
Su mujer lo vio tan cansado que guardo el pastel en el refrigerador.
Se acerco a el y lo beso de una manera tal especial para ella.
Había pensado en sacarle el agotamiento de otra manera.
Se supone que ya eran marido y mujer, y no lo han hecho desde la luna de miel.

Ross se dejo llevar. Sabia que esto estaba bien, era su esposa. Y eso le dolía, no quería tener esposa, no a menos que sea Laura.
Comenzó a besar a la rubia sin parar.
Ella engancho sus piernas a la cintura de el y así subieron las escaleras. Mientras ella le quitaba la corbata y quedaba por alguna parte de la misma escalera.
Ya en la habitación comenzó a sacarle la ropa a su marido.
Ross comenzó a besar su cuello y sin pensar se le escapo algo que hirió tanto a la rubia.
- Te extrañaba... Laura- dijo Ross sin pensarlo.
Su esposa comenzó a llorar. El volviendo a la realidad no sabia que hacer. O que le había sucedido.

- ¿Que sucede? -le pregunto.
La rubia enfadada tomo su remera del suelo y se la coloco. Tenia el descaro de preguntar que le sucedía.

- ¡¡Creíste que era la zorra de tu amiguita!! -grito furiosa. Colocándose los zapatos.
Ross estaba tan confundido como antes. ¿A que se refería?

- ¡¡Dijiste "Te Extrañe Laura"!!.. - dijo llorando. No podía creer lo que su marido había dicho.

Entonces el reacciono.
- Perdón ¿si? Pero dije Loren.. no Laura.. dije tu segundo nombre- mintió. Tratando de arreglar las cosas y agradeciendo porque su segundo nombre comience con "L". Sabia que había metido la pata como nunca.- tu habrás escuchado mal..

- No Ross.. no me trates como estúpida- dijo llorando.

- Shei, amor... no.. lo siento.. en verdad dije Loren... ¿Porque habría de decir Laura?- dijo el rubio deseando porque le crea.

- Bien, digamos que dijiste Loren.. de todas formas.. ya no seguiremos- tomo una muda de ropa y se fue a bañar.

Ross se quedo en la habitación, a medio vestir, sin su camiseta.
Se tiro encima de la cama y trato de dormir.
Su día había sido bastante malo.
Solo deseaba dormir y olvidarse del mundo por un rato.

La castaña se fue a dormir al rededor de las 11. Mañana la esperaría un gran día.
Se acostó en la cama y cerro los ojos.
Por mas que intentaba no podía dormirse, ya había cenado, duchado y había hecho la lista de compras para el próximo día.
Se giro en la cama cuantas veces sea, aun no podía cerrar los ojos y quedarse en un profundo sueño.

Aprovecho ese momento para deterse a pensar, su vida no ah sido la misma sin Ross. Lo extrañaba. Lo amaba.
Cerro los ojos una vez mas y recordó las cosas magnificas que habían sucedido en ese mes.
Ya había pasado un mes desde su ultima vez y desde entonces no se habían llamado ni cruzado.
Olvido todo eso y pensó que las cosas así serian mejor.
Alejo a Ross de su cabeza y se tomo el tiempo de pensar en su trabajo y en las futuras pinturas que haría.

Se levanto de la cama, ya rendida porque no podía dormir y se puso a buscar su caja de recuerdos.
La encontró, la llevo a su cama y la abrió.
Contenía recuerdos de su padre ya difunto, recuerdos de ella y Ross cuando eran niños y también de su hermana Vanessa que la había dejado a los 16 para emprender su carrera artística de danza y su pasión por el modelaje.

Sin darse cuenta, un vacio enorme la inundo por completo.
Se había dado cuenta que estaba sola en esta vida, que había perdido todo lo que mas amaba.
Sin querer comenzó a llorar.
Saco varias fotos de ella y Ross.
Dio vuelta la caja sobre su cama, ya enfadada por que las cosas habían cambiado últimamente.
Todo estaba sobre su cama.
Iba a guardar las fotos dentro de la caja cuando vio algo brillar mas allá en su acolchado.
Lo tomo y resulto ser el collar que Ross le había regalado a sus 14 años, uno en forma de corazón, solo que ella tenia una mitad y el tenia la otra, que decía "Best Friends Forever".
Comenzó a llorar. Guardo rápidamente ese collar dentro de la caja y pensó que si todo esto jamas se hubiera salido de las manos, si nunca hubieran llegado a mas y fueran simplemente amigos no estaría tan sola como ahora.
Poso su vista mas allá y había una foto de ella y Andrew.
Sonrió, después de todo no estaba sola.
Tenia a su otro mejor amigo, el nunca la había dejado sola.
Pensó hace cuanto no lo veía y decidió mañana ir a visitarlo.
Era la única persona que le quedaba.

Su madre la había abandonado a ella y a su familia cuando tenia 4 años de edad.
Se sintió miserable y un odio creció en parte de ella hacia aquella mujer que no se había preocupado por sus hijas pequeñas.
Y prometió jamas ser así.
Si algún día fuera madre, se propuso ser una de las mejores que hubiera existido.

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Amantes (raura) ||Short Story||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora