Capítulo 6

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Laura estaba dentro del auto de Andrew llorando mientras se tapaba la cara. Andrew quien la miraba preocupado y confundido no sabia que hacer.

- ¿Que.. que sucedió Laura?- pregunto ya mas preocupado.

- Yo... yo.. nada Andrew... - dijo secándose las lagrimas..

- Laura... a mi no me engañas... ¿Que sucedió?.. ¿Ross te hizo algo?- pregunto el mas confundido.
La chica no le daba respuestas y no sabia como actuar.

- No, no te preocupes.. Ross estaba igual que tu... solo.. me duele demasiado la cabeza y por eso eh venido al medico- dijo la chica tratando de evadir el tema.

- Bien, pero si quieres hablar no dudes en llamarme- dijo el no tan convencido de que fuera solo por un dolor de cabeza.

- Si, si lo se Andrew, gracias en verdad- dijo Ella agradeciendo por dentro de que ya no siguiese preguntando.

Andrew se dedico a conducir a casa de su amiga en silencio.
No quería complicar las cosas y como la conocía sabia que no debía seguir.
Cuando no quería hablar de sus problemas no tenían que preguntarle demasiado o tratar de hablar de eso porque se enfadaría.
Así era ella.
Aunque sabia que algo no andaba bien guardo todas sus preguntas en lo mas dentro de su alma con candado.
Lo que menos quería era tener serios problemas con la chica que amaba.
Sabia que el rubio tenia que ver en esto y se había prometido averiguar que sucedía.
No era estúpido, y quería saber que rayos le pasaba a la mujer que amaba.

Por otro lado Ross se había quedado tan atónito con lo ocurrido que no sabia si debería preocuparse o dejar que fluyera como agua y olvidarle.
Entro a la sala y se sentó.
Se había comenzado a preguntar que era lo que le sucedía a Laura cuando Sheila salio del consultorio llorando.
Fue hacia ella preocupado esperando esta vez alguna respuesta de su parte y que no haga lo mismo que Laura.
Ella le dijo que salgan al exterior y lo hicieron. Ross estaba del mismo modo que hace un par de minutos. Confundido y preocupado.
Se sentaron en un banco cuando comenzaron a hablar.

- Sheila, amor.. ¿me dirás ahora que sucede?- preguntó Ross por quinta vez. No sabia como actuar. Otra vez.

- No podremos ser padres Ross... nunca.. - dijo la rubia sentada en el banco tapándose la cara. Eso le cayo de sorpresa a Ross.

- ¿Que?... ¿Que dices Shei?- pregunto Ross con una voz apenas eludible.

- Estaba.. Ross ibamos a ser padres, estaba de tres meses... yo.. quede embaraza en nuestra luna de miel- dijo sosteniendo el llanto en su interior y evitando llamar la atención de la gente que pasaba- Quería decírtelo ahora, luego de este control.. pero.. - comenzó a llorar mas- lo eh perdido Ross... ah muerto nuestro hijo- dijo la rubia derrumbada en un llanto total.- Ya no podre tener mas hijos.. me.. me lo ah dicho la doctora.. ya no seré una mujer fértil Ross- dijo sacando todo el dolor que una madre podría tener al perder a su hijo. A su pedacito de vida.

Ross estaba perdido. Habia recibido la linda noticia de que iba a ser padre, pero segundos después todo se le vino a bajo, se entero que ese hijo ya no estaba. Literalmente estaba sin vida.
Comenzó a llorar. Hubiera hecho lo que fuera con tal de que ese hijo no se pierda, en su vida quería ser padre.
Y un niño era un niño, una pequeña persona con sus propios genes.
Habia anelado poder criar a ese niño y daría lo que fuera por tenerlo en brazos.
Y comenzó a llorar mas aun cuando pensó en Laura, esa mujer que amaba tanto, que seria de el si hubiera quedado embarazada. Agradeció a dios por no tener que lidiar con eso y se enfoco en su mujer, quien ahora estaba llorando acurrucada en su pecho.
Sabia que ella estaba mas destrozada que el, sabia que ella lo llevo dentro por tres meses, tiempo suficiente para encariñarse con el bebé.
Habia estado tan metido en Laura y en su relación que no se había percatado que su esposa estaba embarazada de tres meses. 

Laura había llegado a su casa y aun moria de hambre.
Andrew no se molesto en bajar ya que Laura se lo negó.
Tomo una manzana del frutero y se la llevo a la boca.
Enseguida se dio cuenta que necesitaba comprar mas frutas.

Se dirigió al baño de su habitación y se mojo la cara, sus ojos aun seguían hinchados.
Se recostó en la cama y pensó en todo lo ocurrido. Era una locura sin dudas, pero una locura que amaba, iba a ser madre, la sensación de felicidad le llenaba el alma.
Iba a tener un bebé, o una bebé.
Para ella un bebé no era lo mismo que una bebé. Claro que no, son de diferente sexo; y en el futuro cambiarían totalmente. Le molestaba que la gente los tome como la misma cosa. Porque no lo eran.

A sus 21 años nunca había pensado en tener hijos. Tal vez si, pero mas adelante, sabia que con un niño en camino debería someter a venta algunas de sus cosas o utilizar el dinero que tenia guardado en el banco para remodelar su casa.
Un niño llevaba gastos y siempre prefería tenerlos mas adelante.
Pero ya estaba hecho y no podría dar marcha atrás. Esperaba un hijo, de Ross.
Se levanto de la cama ya que al parecer la manzana no había calmado su hambre.
Se dio un retoque de maquillaje y llamo a un taxi, el cual en pocos minutos estaba en la puerta esperando a que se subiera.

El taxi la dejo en pleno centro, camino hacia una cafetería y cuando abrió la puerta el aroma a café recién preparado entro llenandole todo su cuerpo.
Se sentó en una mesa redonda de madera y enseguida llamo al mozo.
Pidió un desayuno "normal" aunque ella sabia que no lo era, contenía un pedazo de torta, tostadas, dulce y manteca, budín de chocolate y vainilla y un te. Por primera vez en meses pidió un té, se había acostumbrado al café que ya se había olvidado totalmente de la existencia del té. Pero lo hizo por su hijo o hija.
No podría consumir cafeína y mucho menos alcohol.
Pero aun así, por una cosita como la que llevaba dentro se prohibió consumirlas.

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Amantes (raura) ||Short Story||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora