Día 59

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James: Comienzo a creer que no lo superara.

Cassandra: Lo sé, esta con la actitud de querer estar sola siempre. Intentó hablar con ella pero están cortona y nunca me sigue la plática, después esta la actitud fría de no necesitar de nadie, odio eso, además tiene una mirada de seriedad infinita y cada vez que la invito a salir dice que está ocupada, no puedo así, la quiero de regreso, a la antigua.

James: Lo sucedido con Yoshida fue demasiado grave, no creo que sea algo que supere pero es entendible, lo sé, el problema es que intenta alejarnos a todos nosotros de ella, solo quiere quedarse sola.

Cassandra: Tal vez tenga miedo de volver a sentir aquel sentimiento, temé que a alguno de nosotros le ocurra algo y vuelva a sufrir.

James: Es un buen planteamiento, creo que no eres tan lela.

Cassandra: ¡Hey! -_- ¡hay que encontrar la forma de hacer que vuelva a la normalidad!

James: Si ella no quiere ayuda no podemos hacer mucho.

Cassandra: Habla con ella, eres el chico del que está enamorada, te escuchara.

James: Tú eres la que debería hablar con ella, eres su amiga del alma.

Cassandra: Shh, deja de enviar mensajes, el profe regreso.

James: Como sea.

"—Alumnos, perdón por llegar tarde, ya están las calificaciones del examen de ayer—Dijo el profesor bostezando—Pero se me olvidaron en casa, así que lo bueno es que me dio una sorpresa y hubo dos chicos que empataron, levántense Rose Collins y James Eastwood, vayan por favor al auditorio, se reunirán con los demás calificados de cada salón.

Ambos se levantaron, sin ninguna expresión de emoción en el rostro, a James le daba igual y Rose se encontraba pensando en otras cosas.

—Suerte, chicos—Les dijo el profesor.

Durante el camino el auditorio James pensaba en que podía decirle a Rose, quería hablar con ella pero la chica parecía siempre no querer hacerlo, sin darse cuenta ya habían llegado, así que siguió el consejo de Cassandra, abrió la puerta para que la rojiza pasara primero.

—Gracias—Agradeció la chica como si le diera igual.

—Aquí hay puros chicos—Comentó James.

Todas las miradas fueron hacía ellos o más bien hacía Rose. El auditorio había sido estaba acomodado con tres filas de ocho mesas cada una, por cada mesa había tres sillas. James que se encontraba detrás de Rose, agarró a la chica por los hombros y comenzó a empujarla hacía una mesa vacía en la parte inferior derecha, al lado de una ventana.

—Estos chicos son unos desesperados y tú eres una chica, no los veas fijamente, no respires cerca de ellos, si ocurre algo háblame rápidamente—Le dijo el chico mientras miraba a todos los demás con su mirada amenazante.

—James, deja de ser tan molesto —Dijo Rose tomando el asiento del medio de la mesa y James el que estaba a su lado.

James recostó su cabeza en la mesa con preocupación, la desesperaba el comportamiento que había tomado la chica y como no podía hacer nada. Rose sacó su libro de cálculo y se puso a estudiar.

—Disculpen—Dijo un chico cerca de ellos.

James y Rose voltearon hacía la ubicación de la voz, observaron a un chico con anteojos que tenía unos ojos demasiado claros de la misma claridad que la del castaño de su cabello, era casi de la altura de James y tenía la piel de un tono cremoso.

Un darks encantador //editando//Where stories live. Discover now