Día 46

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—Y es todo lo que ha pasado —Terminó de contar Rose todo lo que había sucedido entre James y ella a Yoshida.

—Interesante —Comentó el chico.

La rojiza había invitado a su amigo a ver películas en su casa, la noche llego después de unas horas de un maratón de Harry potter así que subieron a su cuarto a conversar. Se sentaron sobre la cama con Rose dándole la espalda a la ventana y la chica aprovechó para contarle sobre el pelinegro.

—¿Solo eso dirás? —Preguntó la chica un poco enojada.

—No sé qué decirte, según lo que me has contado le gustas a ese chico, pero técnicamente te rechazo así que es difícil decirte algo, no sé cómo pensara él.

—¿Cómo que le gusto?

—Las cosas que hizo por ti son cosas que hace un chico por la chica que le gusta, a eso me refiero.

Rose no había pensado en cosas como esas, pensó que James lo hacía por el lado bueno que tenía escondido, como cuando ayudó a aquella chica, solo se confundía más.

Pero había algo que la preocupaba más, su amigo se veía pálido y tenía unas enormes ojeras, había querido evitar el tema porque él no lo mencionaba pero era momento de hacerlo.

—Yoshi, ¿te encue-

—Rose, hay un chico que acaba de sentarse en el marco de la ventana—Dijo Yoshida apuntando hacia atrás de Rose.

La chica volteó inmediatamente y ahí se encontraba el único que hacía eso, James.

—¿Qué quieres? —Le preguntó la chica cruzando los brazos y con un poco de despreció.

—Tenemos que hablar—Contestó.

Yoshida soltó una sonrisa al darse cuenta de quién era él.

—Bueno, ya es tarde, debo irme—Dijo el chico levantándose de la cama y después le frotó la cabeza a su amiga—.Nos vemos, Collins, no hagas nada que yo no haría.

La chica se quedó con la boca abierta, no quería que su amigo se fuera. No quería quedarse con James a solas.

Yoshida abrió la puerta, antes de salir le dedico una mirada y una sonrisa a James él cual le devolvió aquello que intimidaba a los demás pero el occidental no pareció ponerle atención por que salió y cerró la puerta.

La pelirroja vio la mirada de James, aquella que no era tan penetrante como la que ponía para intimidar o amenazar, esta solo demostraba desconfianza.

—Es mi mejor amigo desde niño, como un hermano—Comentó la chica con poco interés.

James puso su mirada de una manera más tranquilizante, la chica se preguntaba como lograba hacer eso, darle diferentes matices, pero en ese momento quería actuar como si su presencia no le importara.

Pero sabía que no tenía derecho a enojarse con él, no era su culpa que no estuviera enamorado de ella, aquel beso parecía que fue solo para hacer que se callara, se sentía mal. James no tenía la culpa de que no le gustara ella, lo entendió en ese momento, pero se había comportado como un idiota, era entendible cuando lo más probable era que nunca le hubiera pasado algo por el estilo.

—Rose deb-

—James, fui una tonta al enojarme contigo de esa forma, ¿Qué te parece si olvidamos el beso y volvemos a como era todo antes? —Dijo la chica con una leve sonrisa y poniéndose de pie frente a James.

—No, Rose, no. Yo fui el tonto, no debí pedirte que olvidaras algo así, quiero disculparme por pedirte eso y también por mí comportamiento de ayer, me comporte como un idiota, lo sé, solo intentaba algo que ni yo entiendo, es solo que no se como reaccionar.

Rose quedó impresionada, aquellas palabras tan honestas del chico, hablaba con seriedad pero de una manera distinta, una más pasiva, vulnerable.

—Creo que ambos nos debemos una disculpa—Soltó la chica con una risa nerviosa.

James se levantó se acercó a la chica y bajo un poco la mirada para verla a los ojos.

—Rose, con respecto a tu confesión de-

—¡No hablemos de eso! No te preocupes, solo olvidemos eso.

—Con respecto a tu confesión, te pido unos días para darte una respuesta.

Aquellas palabras sorprendieron a la rojiza, no sabía que decir.

—¿A qué te refieres? —Preguntó la chica.

—No puedo negar estos sentimientos por ti, pero tampoco aceptarlos así que contestare a tu confesión cuando aclare todo eso, ¿estás bien con eso?—Contestó el chico.

—Hay una posibilidad—Pensó Rose—, de que le guste a James, existe realmente.

—Si—Contestó la chica y después bajo un poco la mirada—.Entonces supongo que me besaste solo para que guardara silencio.

—No, lo hice por que quería hacerlo, una parte de mí que no entiendo aún.

Rose no pudo evitar sonreír, James se la devolvió, era diferente a las demás, era dulce a su manera.

El chico se sacó la mochila que traía en la espalda, la colocó sobre la cama de la chica y la abrió.

—¿Qué haces? —Preguntó la chica con curiosidad.

—Fuiste muy clara.

James sacó unas calcomanías de vinil en forma de estrellas y planetas, pero eran verdosas, eran de las que brillaban en la oscuridad.

—No lo tomes tan literal—Dijo la chica escondiéndose en su cabello.

El chico saco un pegamento industrial y tomó la silla que estaba frente a una mesa llena de cuadernos.

—Sostén la silla—Le pidió el chico al colocarla y subirse sobre ella.

—¿Por qué hace algo como esto? —Se preguntó la chica al hacerlo.

El chico pegó quince estrellas, seis planetas y un enorme sol en medio del techo de la habitación. James guardó el pegamento y camino hacía la ventana.

Rose camino con velocidad frenando a unos centímetros de él, el chico se sorprendió realmente por ello. A la rojiza le gustaba ver a James sorprendido.

—Gracias—Dijo la chica.

—Supongo que estoy perdonado—Comentó el chico con una sonrisa ligera, después se colocó en la ventana y se dejó caer.

La chica le agradaba que James comenzaba a sonreír más seguido. Fue hacía el interruptor y lo apago, el cuarto quedo en completa obscuridad excepto por el techo que brillaba por el universo que James le había hecho.

—No te entiendo, pero quiero hacerlo para poder saberlo todo de ti—Pensó la chica.

El pasado de James era todo un misterio pero su presente comenzaba a revelarse.

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Un darks encantador //editando//Where stories live. Discover now