—Tranquilo, no es necesario que nos apuntes con ese rifle, soy una mujer, no puedo hacerte daño —Amaral dice, alzando las manos sobre su pecho, intentando tranquilizar al hombre frente a nosotros; repentinamente, una niña, cercana a la edad de Carl aparece desde un edificio.

—Rick, ¿Eres tú? — me dice la niña, la miro mejor y me doy cuenta que la conozco.

­—Anael— murmuro para mí mismo, reconociéndola a la perfección — ¡Anael, si soy yo, Rick Grimes!­— grito, y la menor corre hacia donde me encuentro, aun bajo la amenaza del militar, y se lanza a abrazarme.

— ¡Papi, es el tío Rick!­— Anael grita, y el tipo que nos apuntaba se quita el casco y resultó ser Morgan, el hombre que me ayudó cuando había despertado del coma. Anael rompe el abrazo y me dedica una curiosa mirada.

— ¿Encontraste a tu familia? —la menor pregunta, descolándome de la extraña situación.

—Sí, los he encontrado — explico, hincándome en el suelo para mirar bien a la hija de Morgan—. Tú ya eres toda una señorita ­— digo con diversión y ella me sonríe. Morgan se acercó a mí y me abrazó también.

—Me alegro de volver a verte.

—A mi igual­— le digo, correspondiendo a su abrazo.

—No sabía que tu esposa era tan linda —me dice Anael.

—No soy su esposa— Amaral le dice nerviosa.

En eso llega mi hijo con Michonne. Se los presento a mi amigo, y Morgan nos invitó a pasar a su departamento.

—Ahora entiendo porque no encontré ningún arma en el pueblo—le digo a Morgan.

—Necesitaba toda la ayuda posible, para proteger a mi hija.

Luego de explicarle a mi amigo lo que sucedía con el gobernador y la prisión, nos entregó una buena cantidad de armamento, lo invité a vivir con nosotros a la prisión, pero no aceptó, dijo que tenía unos problemas que solucionar en el pueblo.

—Deberías pensarlo, viejo; por tu hija, mientras más seamos, nos cuidaremos mejor— intento convencerlo.

—Tengo una idea—dice mientras llama a la pequeña—. Hija, ¿Te gustaría ir con el tío Rick?

— ¿Pero tú? —le pregunta la niña.

—Yo voy a terminar mi asunto pendiente e iré en tu búsqueda— Morgan se acerca a su hija y le da un beso en la frente—. Te lo prometo mi amor.

Después que nos despedimos de Morgan, nos marchamos a la prisión junto con Anael; el viaje transcurrió entre risas, ya que Amaral hacia reír a la niña para que no extrañara tanto a su padre.

Cuando llegamos a la prisión notamos que una de las rejas se encontraba derribada, aceleré el auto hasta llegar al portón de la prisión, y Maggie nos abrió.

— ¿Qué paso acá? ¿Están todos bien? —le pregunté con desesperación a Maggie.

—Rick, tranquilo estamos todos bien, el gobernador nos atacó —me respondió.

— ¡Maldito infeliz! — exclamé, con la ira en el borde de mis puños.

—Si pero, Daryl llegó a tiempo para ayudarnos. —me explica, con una alterada voz.

En eso veo a Daryl acercándose a nosotros.

—Me alegro de que regresaras, hermano— le digo, estrechando su mano.

—Yo también me alegro de estar de vuelta con los míos—me dice, luego su mirada se dirige hacia donde estaba Amaral.

—Latina, estas de vuelta y en una sola pieza—le dice.

—Claro, acá estoy más viva que nunca— ella le responde, dándole una hermosa sonrisa.

—Bueno chicos, hay trabajó que hacer, debemos restaurar la reja.

POV Amaral

Luego de un agotador día, tomé una reponedora ducha y cuando me dirigía hacia el patio principal, divisé a Rick con su pequeña hija en brazos; se veía tan tierno, aquella forma paternal natural que aflora en él; de pronto una pequeña ráfaga de culpa cruza por mi mente.

—Rick es un buen padre ¿No? — una voz me distrae de mis sentimientos de culpa, y giro para topar con Lori, quien se encontraba a mi lado.

—Dímelo tú, eres su esposa— le respondo cortante.

—Qué bueno que tengas presente que está casado — expresa con ironía, remarcando las últimas palabras.

— ¿Sabes algo? ­— digo, y ella me negó con la cabeza—. Eres patética —le dije, caminado hacia el patio y dejándola a solas.

Hoy me tocaba hacer la guardia, no tenía idea quien iba a ser mi compañero, pero espero que no sea Shane, aunque últimamente nuestra relación ha mejorado bastante. Subo a la torre para empezar mi guardia y veo una escena que nunca imaginé.

La chica castaña, creo que se Emily es su nombre, estaba arriba de la mesa sin polera y Daryl la estaba manoseando por todos lados, nunca sospeché que tuviera unas manos tan rápidas y ágiles.

Preferí dejar que terminaran su encuentro, baje de la torre y me senté en una de las bancas a esperar. Estaba lo más tranquila cuando una histérica Lori se acerca hacia mí gritando y moviendo los brazos; me dirijo hacia ella para ver qué diablos le pasaba, cuando llego donde está, me propina una bofetada.

—A no, a mí nadie me pega— le digo lanzándome a ella para golpearla.

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hola *-* 

gracias de todo corazón por leerme y gracias CarolineSYimes por tu ayuda incondicional.

Tentación apocalíptica.Where stories live. Discover now