Cápitulo 30#.

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-No miento si digo que este día ha sido uno de los peores de toda mi vida, he visto morir a un niño, a un niño de tan solo 6 años –dije sorbiendo mi nariz, a mi lado tenia a Mark junto su Spider Man, el lloraba-Un niño que podría a ver sido uno de mis hermanos, un niño inocente sin culpa alguna de lo que sucedía en el mundo en el que había nacido –agache la cabeza para poder coger un clínex que tenía en uno de los bolsillos delanteros de mi pantalón y me seque las lágrimas por milésima vez en este día-Un niño que aún no había vivido ni la mitad de toda su infancia, un niño al que le quedaba toda su vida por delante-me guarde el clínex en su respectivo sitio y mire hacia el cielo-Te pedimos Dios, que te apiades de su alma, que lo cuides, tanto a él como a sus padres y que nos des fuerzas, por favor, muchas fuerzas –camine hacia el montón de arena donde se hallaba el cuerpo de Ian y me arrodille-Amén –dije finalizando.

A mi vera, pude divisar a Mark que se había acercado mientras yo me arrodillaba, hizo lo mismo que yo hice unos minutos atrás y susurro unas palabras que no alcance a oír, después dejo a su muñeco Spider sobre la arena donde se hallaba el cuerpo de su hermano.

Los chicos también se acercaban a la tumba, ellos habían estado en los últimos minutos de vida del pobre Ian, apenas lo conocían al igual que yo, pero habíamos perdido una vida.

Al igual que un médico que opera un paciente puede que no se conozcan de nada pero siempre estará algo que ambos tienes en común: son humanos.

Y aunque no conozcas de nada a una persona, duele perderla.

Todos volvimos al coche y Louis de copiloto tomo rumbo de vuelta a casa.

¿Cuántas vueltas da la vida, eh? Parece mentira que convertirte en un zombie pueda hacer que olvides todo aquello que has vivido anteriormente y que puedas matar a tu propio hijo al que si estuvieras vivo, ni se te ocurriría matar.

Eso fue lo que le ocurrió a Ian, fue matado por su propia madre, pero ella ya no era una persona, ya no tenía sentimientos.

Me hubiese gustado conocer más profundamente a Ian, se le veía un chico listo y fuerte para solo tener 6 años.

Cuando lo llevamos a casa urgentemente para poder amputarle el brazo que le había mordido su madre, el solo lloraba pero nunca se quejaba,

Era un niño bastante fuerte.

Sonreí al recordar el gesto que había hecho Mark al enterrar a su hermano, había dejado a su muñeco más preciado en la tumba de Ian, solo para que una parte de él, estuviese a su lado.

Mire el paisaje que recorríamos y me recordó a cuando era más pequeña y mis hermanos eran un poco más insoportables.

Cuando ellos iban discutiendo en el coche sobre quien quería más a mama.

Y mama los miraba por el retrovisor sonriéndolos mientras ella hablaba de negocios por el teléfono móvil.

Yo solo me limitaba a escuchar la música que salía por mis cascos de música y a mirar el paisaje, como ahora.

Se me deslizo una lágrima por la mejilla que poco a poco se llenó de otras muchas más lágrimas, lloraba en silencio, sin hacer ruido, no quería alarmar a nadie.

Aunque ya era tarde, Harry levanto su mano izquierda y me seco las lágrimas con su dedo pulgar, el cual tenía una pequeña herida que probablemente se la hubiese echo peleando con Zayn.

Me miro, me sonrió, se acercó a mi oreja.

-Todo irá bien –me susurró.

Todo irá bien, tres simples palabras que todo el mundo utilizaba en duros momentos, para algunos eran las tres palabras más sinceras de toda su vida y para otros solo las mencionaban para salir del paso.

¿Sería Harry un chico sincero o solo quería hacerme parar llorar?

-¿De verdad? –le pregunte esperanzada como una niña a la que la acaban de castigar pero la levantan el castigo.

-De verdad –me afirmo y supe, que definitivamente Harry era la única persona que en toda mi vida no me había dicho algo tan sincero.

-¿Me lo prometes? –le pregunte, también cabía la duda de que podría ser un buen mentiroso.

-Te lo juro –me dijo dándome un beso en la mejilla.

Y después de esto apoye mi cabeza en su pecho y me dormí lo que quedaba de camino.

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Cuando desperté, todos estábamos dormidos menos Louis y Niall que hablaban de parar en el próximo sitio donde pudiese haber comida.

Hacía mucho que ya no me encargaba de hacer la comida, así que no sabía que tal andábamos, pero teniendo en cuenta que tenemos una boca más a la que alimentar, que para nada pienso que sea una molestia más, seguro que andaríamos algo mal.

Justo en ese momento me acorde del bar que encontramos Zayn y yo, ¿seguiría la despensa que encontramos llena de comida?

Seguro que sí, _______, dudo que se mueva solita con sus dos pies que no tiene.

No sé si será seguro mencionarles a los chicos donde está, teniendo en cuenta que la otra vez casi morimos y nos tuvimos que llevar a un chico con nosotros, idea de la que ya no estoy nada pero nada orgullosa.

-Chicos –dije, carraspee un poco porque tenía voz de recién levantada.

-Joder que susto –se asustó Louis, me reí un poco.

-No ha sido para tanto –dijo Niall, oh no! Sabía que iban a comenzar una de sus desagradables discusiones de un segundo a otro, así que hablé para evitar aquello.

-¿Os acordáis de la semana pasada? Que Zayn y yo fuimos a buscar provisiones –pregunte, la verdad es que no deje que respondiesen porque no quería que me echasen la culpa otra vez de haber traído al chico sin pierna, asique continúe- Pues encontramos un almacén lleno de comida –dije y vi cómo se les iluminaron los ojos, a uno y a otro, bueno no, en realidad no lo vi, pero los conocía tanto que seguro que sí.

-_______, como siempre eres nuestra salvación –dijo Louis guillándome un ojo.

Y aún me acuerdo de aquella vez que ni lo conocía y ya intento ligar conmigo.

The Walking Dead {One Direction}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora