Eren

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El sudor frio recorre mi piel y mi corazon late con fuerza desbocada, respirar cuesta y siento dolor, me duele en todas partes, pero no estoy herido, no estoy sangrando ¿Qué pasa? Estoy sobre el suelo y mis manos están atadas tras mi espalda como si fuera un esclavo. El odio me invade y al levantar la mirada me encuentro con una multitud de personas mirándome con el mismo odio envenenado que llena mi corazón y me señalan. Sus voces se oyen tan altas en mi cabeza.

-.¡Monstruo!

-.¡Mereces la muerte!

-.¡Desaparece!

-¡¿De qué están hablando?! ¡¿Qué les pasa a todos?!.-grité exaltado. La consternación invade mi mente, ¿Este poder está condenandome?

-. Eres un monstruo, debes morir por todas las personas que han muerto ¡Matenlo!.-se escucho una voz llena de rencor entre la multitud. Trate de reconocerla, pero no fuí capaz.-¡Matenlo ya!

-.¡Yo no tengo la culpa!.-contradije de todas formas ferozmente, algo dentro de mí se encendió. No recuerdo nada, mi mente está en blanco y solo quiero sobrevivir.-¡Yo no soy el responsable! ¡Nunca quise este poder!

-. Has profanado la muralla de dios.-apuntó el cura con el mismo juicio que tengo yo a esta edad. El dolor me quema el cuerpo a este punto y todo lo que puedo sentir es impotencia. No puedo luchar.-¡No se permitirán más muertes a manos de monstruos como tú!

-. Se equivocan ¡No soy un monstruo!-el llanto sube por mi garganta.-....No soy un monstruo.

-. Estás condenado. Tú eres el verdadero enemigo.

...

Abro los ojos de golpe y mis pulmones ruegan por aire que obtienen en medio de respiraciones agitadas, oleadas de dolor recorren mi cuerpo y me quejo en voz baja porque es todo lo que puedo hacer. Me siento exhausto hasta la médula, pero mi corazón se siente como si estuviera a punto de estallar. Los recuerdos pasan rápidamente por mi mente, me había convertido en titán para cubrir la puerta ¿Pero qué había pasado después? Sentí un dolor punzante en la cabeza y de nuevo cierro los ojos. Había tenido un largo sueño de nuevo. Una pesadilla.

Parpadee observando el techo ¿Dónde estoy? Instintivamente quise levantarme, pero algo me lo impidió. Mis muñecas estaban encadenadas al igual que mis tobillos.

-.¿Ah?.-dije confundido levantando el brazo. Las cadenas produjeron un suave tintineo y mis dientes se aprietan. Lo que busco es libertad, no esto, nunca fue esto. Maldición.-¿Qué es esto?

-. Al fin despiertas.-dijo una voz profunda y calma desde la oscuridad del fondo de la celda. Mi mirada se dirige ahí y mis ojos tardan en acostumbrarse.-Debes estar confundido, ¿Tienes alguna pregunta?

Algo dentro de mi me dijo de inmediato que tenía que ser cuidadoso y nunca me había llevado la contraria a mí mismo antes. El fuego de las antorchas arde intensamente y su luz finalmente alumbra a dos personas que me observan fijamente desde su posición. Aún tenía la vista borrosa por el reciente despertar, pero segundos después pude ver con claridad de quienes se trataba.

El comandante Erwin se encontraba sentado en una silla de madera con los codos en las rodillas y manteniendo una expresión seria. Su presencia es fuerte, lo veo en el azul de sus ojos cuando los miro directamente porque son como un par de dagas que me cazan hábilmente, no se apartan de mí, pero no es eso lo que me preocupa. Muchas otras personas me vieron con odio y temor escondidos en las pupilas antes, pero mis manos están temblando porque la persona que acompaña al comandante Erwin no es más que el capitán Levi. No tardo ni siquiera dos segundos en reconocerlo, su presencia uniformada me aplasta fácilmente y me mira como si quisiera matarme. Sé quiénes son estas personas, los conozco por la creciente necesidad que siempre tuve por luchar, por salir de los muros, por vivir en libertad. Son mis ídolos...Aunque reconozco que verlos por primera vez de esta forma no estaba dentro de mis planes.

El hijo de Levi [Ereri] リーバイスの息子Donde viven las historias. Descúbrelo ahora