Capítulo 24

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—Ellie.

Ese nombre, por unos segundos lo desconocí, creyendo que se trataba de otra persona. Pero recupero la razón y entiendo que ha dicho mi nombre, esto es muy loco.

No sé qué siento ¿Confusión? ¿Rabia? ¿Tristeza? ¿Felicidad? ¿Asombro? Definitivamente la última era la que más se caracteriza a lo que siento. Pero también siento otra cosa, ganas de gritar de emoción, de ir a él y abrazarlo. Sonrío sin darme cuenta.

— ¿Qué estás haciendo?— pregunta alguien en tono de curiosidad en mi oído. Me sobresalto y pego un pequeño grito. El me tapa la boca, Alex.

— ¿Qué fue eso?— pregunta Josh.

— Idiot*, nos han escuchado, vamos— me dice y me guía hacia la cafetería, donde ahora ya no hay casi nada de gente.

Él y yo nos sentamos en dos sillas juntas.

— ¿Desde cuándo has estado escuchando?— me pregunta, pero no con severidad, sino con un tono de diversión.

— ¿Escuchar? No he escuchado nada...— digo tratando de fingir estar ligera.

Él lanza unas carcajadas.

— No soy estúpid*, dilo— me dice con una cierta sonrisita, el tonto está disfrutando de esto. Hago mis ojos en blanco y gruño.

—Solo un poquitín...

—Mucho, sentía tus ondas sonoras desde que llegamos a la habitación de Josh...— y ríe.

— ¡Wow! ¿Me puedes enseñar a hacer eso?— le digo fingiendo estar sorprendida, para cambiar de conversación.

—No desvíes el tema...

—Lo siento...

El lanza otra risita.

—No pasa nada— dice poniendo un brazo alrededor de mis hombros— esto se mantendrá entre nosotros.

Yo largo una risita, no puedo creer que se lo haya tomado bien.

La puerta de la cafetería se abre y con ella entran Josh y Toma.

Toma posa su mirada en mí y después en Alex. Su cara cambia completamente de una sonrisa a una cara seria. Se va por la puerta sin decir nada.

Hablamos con Josh como si no pasara nada, pero él estaba algo incómodo.

—Tengo que irme, adiós— le digo a Alex. Y me dirijo hacia el cuarto.

**

Estoy algo cansada por haberme levantado tan temprano. Odio estas pesadillas que estoy teniendo últimamente.

Abro la puerta de la habitación y veo a Toma sobre su cama jugando con unos rayos que pasan de las yemas de su mano izquierda a las yemas de su derecha.

Me siento en el sofá para ver las mil conversaciones que hay entre mi grupo de corrientes.

Emma: ¡Ellie! ¿Dónde estás? ¡Hace dos días que no sabemos nada de ti desde que te marchaste a la mitad de la fiesta! ¿Qué sucedió?

Yo: Nada, no le avise a mi familia que iba a ir a esa fiesta, les dije que me quedaría en casa mientras ellos tenían una reunión y me mandaron un mensaje de que estaban en camino hacia mi casa, tuve que ir corriendo, igual me atraparon y ahora estoy castiga...

En eso Toma me quita el celular de las manos y se queda enfrente de mí, cuando veo mejor está en cuclillas.

—Dame mi teléfono—gruño, intento sacárselo pero él lo levanta más alto.

Elected (Reescribiendo)Where stories live. Discover now