Capitulo 5

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Cuando pasó le veía un aire familiar: el pelo, los ojos, la boca.

—Buenos días chicos— dijo sonriente.

De repente me hele

*Esa voz… no, no me lo creo, no puede ser, el no…*

*Flash Back*

— ¡Si no bajas ese arma lo único que quedaran de esta niña serán cenizas!— dijo con una voz desesperada.

—Oye tranquilo, deja la niña…

— ¡Que bajes la puta arma!

Estaba muy cambiado: en vez de llevar ropa sucia y rota, llevaba un traje elegante con corbata y cabello bien peinado.

—Bueno hoy tenemos una compañera nueva, mira, sé que es duro los primeros días, si quieres presentarte otra clase hazlo— me dijo con dulzura, no como la última vez que lo vi, amenazando matarme.

Lo mire con cara de repugnancia y hablé.

—Gracias— dije con voz apagada.

—¡¡Seguramente la nuevita no quiere contarlo porque en el momento que la infectaron lloró!!— dijo otro de los seguidores de Any, todos rieron, pero yo me quede seria

—¡¡Ya me la imagino!!: ¡No por favor no me mates!— dijo otro, largaron otra carcajada.

*Me encantaría pasar, contar mi historia y cerrarles la put* boca* *No Ellie, será para peor y, además, se lo contarás al frente del mismo hijo de perra que te infectó* bufo, dándome cuenta de que mi otro yo tiene razón.

—Cállense, sino, no tendrán la última hora de mis anécdotas— todos se callaron.

La clase que estaba dando él, era de unos medars raros llamados ‘’elected´´ son infectados que pueden controlar todos los poderes que existen: agua, fuego, aire, tierra, luz, electricidad, sonido, etc. además de tener un poder muy fuerte, llamado oscuridad, cada vez que hablaba me interesaba más el tema.

—Hey, ¿Cómo te llamas?— me susurró la chica de pelo corto que estaba sentada al lado mío.

—Ellie— le respondí.

— Amber— dijo señalándose a ella.

Asentí con la cabeza, pero algo me desconcentró. Habían tocado la puerta del salón.

—Puede pasar— Dijo el profesor mientras escribía en el pizarrón la teoría.

Se abrió la puerta y detrás de ella apareció Kenta, con su cabello despeinado negro, su chaqueta negra y sus pantalones grises. Su ojo de color negro lo hacía ver más interesante, aunque en realidad sea un imbécil.

El profesor dejó su cuaderno en su escritorio y volteó a ver al que había llegado tarde.

—Siempre lo mismo, Kenta— dijo el profesor con voz de cansancio.

—Fue una emergencia— dijo Kenta despreocupado, levantando los hombros.

—Bueno, pero que la próxima vez no pase— respondió el profesor con voz tediosa.

Era la misma relación que conmigo y mi preceptora, yo le ponía una excusa y ella lo dejaba pasar, nada más que en vez de hacerlo dulcemente, como él, lo hacía gritándomelo frente a toda la escuela.

Toda la clase sentí que alguien me observaba, pero no me volteé a ver quién era porque ya sabía perfectamente la respuesta.

Al terminar, Salí rápido por alguna circunstancia, bueno, ya era de noche, quería tirarme en una cama y dormir.

Elected (Reescribiendo)Where stories live. Discover now