Siempre Tú II [RESUBIDA]

Capítulo 13.

Daniel

Hoy hemos quedado con Lucas, Jesús, Miriam y Lucía para comer en uno de los mejores restaurantes de Sevilla. Después del de Manuel, creo que es el que más prestigio tiene. A nosotros nos encanta, solemos comer allí los seis juntos un par de veces al mes.

Ya ha pasado un mes desde mi última discusión Lorena, que coincide también con la única que hemos tenido desde que está embarazada. Estamos a principios de mayo, lo que significa que Lorena está embarazada de casi ocho meses. Nos encontramos en la recta final del embarazo, Antonio estima que los niños nacerán antes de los nueve meses de gestación debido a que son dos y eso siempre acelera el proceso. También dice que Lorena tiene un embarazo de riesgo desde el quinto mes, lo que hace que tengamos que tener muchísimo cuidado y tengamos que tener mil ojos con todo.

-¿Ya estás lista, cariño? -pregunto cuando veo a Lorena bajar las escaleras con cuidado.

-Sí, solo me falta coger el móvil -contesta cuando llega a la planta principal.

-Espera, te lo cojo yo -informo entrando en la cocina- ¿Lo llevas todo? -pregunto, a lo que asiente-. Estás guapísima -sonrío apreciando mejor el vestido suelto que lleva y que permite apreciar con claridad la tripa que tiene ya.

-Tú también -sonríe acercándose a darme un beso-. Me encanta esa camisa.

Sonrío en respuesta y bajamos al garaje despacio. Una vez llegamos a nuestro inmenso aparcamiento subterráneo, abro el BMW y ayudo a Lorena a que se siente donde el copiloto. Sé que de todos los coches que tenemos, este es su preferido.

Al llegar al restaurante veinte minutos después, nos encontramos con que los cuatro están sentados esperándonos.

-Habéis tardado -sonríe Jesús saludándonos cuando nos ve.

-Intenta vestirte tú con una tripa así, listo -ríe mi novia dándole dos besos a Miriam-. Y después te atreves a ponerte los zapatos, ni siquiera llego.

-Doy fe, si no se los pongo yo no puede ponérselos -carcajeo de buen humor.

Después de hablar un rato y de pedir lo que comeremos cada uno, continuamos hablando hasta que a Jesús se le ilumina la bombilla.

-Bueno, dejaos de gilipolleces que os queda un mes para decidiros -habla haciéndonos un guiño-. ¿Tenéis ya los malditos nombres?

-Ya os dijimos que hasta que no nacieran no os los vamos a decir -le recuerda Lore bebiendo un poco de agua-. Es una sorpresa.

-Sorpresa poca, ya sabemos que uno se va a llamar Lucas -sonríe Miriam mirando a su novio-. ¿Y el otro?

-Martín -informo con una sonrisa-. Lucas y Martín Oviedo Martínez.

-¡Dani! ¡Era una sorpresa! -se ofende Lorena.

-¿Martín Oviedo Martínez? -dice Lucía extrañada-. ¿A vosotros quién cojones os ha enseñado a escoger nombres?

Todos reímos ante su comentario y en seguida nos ponemos a comer mientras seguimos comentando lo mal que les parece el nombre.

-Dani, necesito ir al baño -avisa Lorena con mala cara.

-Vamos, te acompaño -susurro levantándome de la mesa al ver cómo empieza a marearse-. En seguida venimos.

-¿Todo bien? -se preocupa Lucas.

Asiento en silencioy caminamos hasta los lavabos de señora del restaurante. Una vez allí, la ayudo a que se siente en la tapa de un váter y le mojo la cara con mi mano, hasta que empieza  a recobrar el color y el sentido.

-¿Estás mejor, cariño? -pregunto poniéndome de cuclillas frente a ella.

-Sí, ha sido un mareo tonto. Debe ser el calor.

-El lunes iremos al médico. Llevas con mareos así una semana y no me gustan nada -digo cerrando la puerta del baño individual y quedándome junto a los lavabos a esperar a que haga pis.

Cuando termina, sale y se lava las manos en silencio.

-¿Mejor? -me preocupo agarrándola del brazo.

-Sí, pero, ¿podemos irnos a casa? Me va a explotar la cabeza -susurra cerrando los ojos.

-Vámonos -ordeno cogiéndola con cuidado y caminando despacio a nuestra mesa-. Tenemos que irnos.

-Lore, ¿estás bien? -se preocupa Lucas poniéndose de pie.

-Estoy muy mareada -contesta cerrando los ojos de nuevo.

-Acompáñame a urgencias, por favor -ruego viendo cómo me ayuda a sujetarla para que no se caiga.