Capítulo 18

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Jacob llegó mucho tiempo después en su forma humana con unas cuántas prendas de Emmett, aunque el quileute le ganaba por unos centímetros, su ropa era la que mejor se acoplada a su forma. El único problema que creíamos que tendría sería el olor, y me regocijé de ver su nariz algo fruncida al respecto.

Como dije antes y he repetido, el olor de los lobos no era precisamente a rosas. Todos apestaban y olían a basura a excepción de mi novia. Seguramente Emmett no volvería a usar esas prendas en su vida y si las tomaba, Rosalie se encargaría de quemarlas. Ya lo imaginaba.

Jacob avisó que los tipos solo querían charlar, pero Edward nos mantuvo al tanto en cada momento ya que pudo leer bien la mente de Jacob incluso a 5 kilómetros de distancia, donde se llevó a cabo la tal reunión. Algo posible debido a la familiaridad según él.
Los otros chicos solo habían venido para intentar convencerlos de regresar con problemas que no creía del todo, y también usando algo de manipulación en Seth y Leah respecto a su madre. Era un tema complicado la verdad, pero si ellos querían estar aquí, no había otra opción. Era su decisión.

Casi corrí con enojo hasta ellos cuando le mencionaron a Lee ese tipo, su ex. No por celos, si no porque el maldito los mando para manipularla haciendo uso de su antigua familiaridad y llamándola por aquel apodo. Por supuesto, me alegre de saber que a Lee no le importó en absoluto y solo ignoró gran parte.

Una vez Jacob salió de la habitación, Eddy fue tras él. Escuché atentamente sus palabras.

—He estado retransmitiendo a Carlisle, Esme y los demás de tu encuentro con los delegados de Sam —murmuró Edward —. Están preocupados…

—Mira, no tenemos intención de relajarnos, ¿bien? No tienen que creerles como hacemos nosotros, pero en todo caso, vamos a mantener los ojos bien abiertos.

—No, no, Jacob, no tiene nada que ver con eso. Confiamos en su buen juicio. La cosa va por otro lado. Las incomodidades por las que ha de pasar tu manada han causado una gran turbación a Esme, que me ha pedido que hable contigo en privado. Algo privado, porque Kath está escuchando —se corrigió. Tonto.

Con respecto a lo otro, bueno, eso era algo cierto, Esme estaba bastante preocupada por las necesidades humanas que pudieran tener los tres. No era la única, yo también estaba bastante preocupada por Leah, apostaba que no había descansado correctamente y tampoco había comido algo. Además, Lee no era especialmente una amante de cazar en su forma lobuna, eso lo había comprobado en la Isla una vez que la reté.

—¿Incomodidades…? —escuché preguntar a Jacob algo confundido.

—Me refería sobre todo a las privaciones propias de vivir sin un hogar. Le contraría que estén tan… desvalidos.

—Somos duros. Dile que no se preocupe —hice un mohín, hasta a mí me parecía algo inhumano para los tres. Tenía especial preocupación en mi novia claramente, pero el chucho este no era tan desagradable y mi cuñado era mi cuñado, su cuidado venía en paquete para mi junto con Lee.

—Aun así, le gustaría hacer todo lo posible. Tengo la impresión de que Leah prefiere no alimentarse en su forma lobuna, ¿es cierto? —Ah, este bastardo leyó mi cabeza hace pocos momentos. Juegas sucio, Eddy, juegas sucio.
Escuché su risita disimulada.

—¿Y qué…? —preguntó Jacob.

—Bueno, tenemos comida normal en casa, Jacob. La compramos para cubrir las apariencias y, por supuesto, para Bella. Leah es bienvenida si así lo desea. Todos ustedes

—Se los diré.

—Leah nos odia —eso lastimosamente también era un poco cierto, Lee no terminaba aún de acoplarse a la idea del resto de mi familia, pero era algo que estábamos trabajando aún. Tampoco es que fuera tan mala.

Unexpected || Leah Clearwater Where stories live. Discover now