Capítulo 12

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𝙷𝚘𝚢, 𝚖𝚊𝚗̃𝚊𝚗𝚊, 𝚜𝚒𝚎𝚖𝚙𝚛𝚎

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Leah's POV:

Mis carcajadas incontrolables y algo escandalosas resonaban por toda la habitación incluso aplacando el sonido de las olas rompiendo contra la orilla.
De alguna manera terminamos jugueteando de la forma más infantil posible luego de echarnos a correr en dirección a la casa, una carrera que claramente ella ganó por tramposa, lo que inició una pelea de broma.

Ella simplemente adoraba molestarme y a mí, no voy a mentir, me encantaba que lo hiciera. Luego de Sam y todo el resentimiento que albergué dentro por tantos meses, una parte de mí, la parte que estaba rota en tantos pedazos, creyó que nunca volvería a ser capaz de reírme de esta manera, de ser feliz y sentirme tan a gusto con alguien de quien amara todo. Pero aquí estaba yo, luchando infantilmente entre los brazos de una hermosa mujer vampiro y me sentía más completa que nunca.

Kath se encargaba de recoger cada pieza rota de mí, día a día, para pegarlos nuevamente con sus palabras bonitas, con su abrazos que me unían, con ligeros besos en las mejillas y el cabello. Me encantaba, pero no era suficiente. Cuanto quisiera realmente comerle la boca.

--¿Tierra a Lee? Te estoy hablando --mis ojos conectaron con los suyos, el color miel amarillento de sus ojos chocó con los míos, tan bonitos.
Yo, quien más detestaba a los vampiros, su falta vida, su inhumanidad... me sentía tan bien con uno ahora, las vueltas que la vida, ¿no?

--¿Uh? ¿Qué pasó?

--Pasa que hay que alistarnos ya, toma --me entregó una bolsa. Con mi gesto debió entender que preguntaba "y qué es esto?", porque se apresuró a añadir--. Es un pequeño regalo. Quiero que lo uses, entonces date un baño y ponte eso que saldremos en cualquier momento. Yo estaré en el baño de la planta baja.

Ella estaba rara, tenía planeado algo, quería una cita conmigo pero no estaba segura de qué tenía en mente y tampoco me decía palabra alguna sobre sus planes. Según ella, no tendría gracia decirme todo, quería que me fuera enterando conforme la noche fuera avanzando.

El reloj marcaba las 5:23 de la tarde cuando salí de la ducha. Me sequé con la toalla y abrí la pequeña bolsa que me entregó la vampira. Dentro había un bonito vestido playero de color blanco con detalles de flores tejidos, y en una cajita había unas sandalias finas de color dorado. Sonreí.

Hace algún tiempo ya que no usaba vestidos, solía gustarme vestirme bonita, arreglarme y usar ropa que me quedara bien e hiciera suspirar a otros. Pero lo dejé luego de cambiar por primera vez, corté mi cabello largo y mi ropa pasó a ser solo de ligeros shorts de mezclilla y camisas sin mangas. Lo que fuera más sencillo de quitar.
El hecho de tener un vestido tan bonito frente a mí me hizo sentir feliz aunque fuera algo tan tonto, entonces me vestí, peiné bien mi cabello, me coloqué las sandalias y maquillé de forma natural.

Di un vistazo a la Leah Clearwater del espejo, viendo por un instante lo que había sido yo, de la Leah humana, con sueños, con anhelos y que suspiraba de amor. La que adoraba arreglarse y verse bonita.

Entonces me di cuenta que, en esta Isla, sólo éramos Kath y yo. No importaban el resto de personas de la isla, no importaban ni nuestras familias, los secretos, las especies, los problemas. No habían lobos, no habían vampiros. No importaba Forks. Era nuestro, éramos solo nosotras y eso era lo que había querido Kath desde el principio y no lo había entendido del todo. Pero justo en ese momento, lo entendí. Realmente lo hice.

Nada importaba aquí.

Solo eramos Kath y Leah, una pareja.
No el vampiro y el lobo. La mezcla extraña, los enemigos naturales.

Unexpected || Leah Clearwater Where stories live. Discover now