Unexpected || Leah Clearwater

Capítulo 7

𝙼𝚊𝚕𝚘𝚜 𝚛𝚎𝚌𝚞𝚎𝚛𝚍𝚘𝚜

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- Mi nombre real es Katherina Evangeline Edevane. Nací en el seno de una familia importante y muy adinerada en Inglaterra, en el año 1646 como te acabo de comentar. Mi padre, Anthony Edevane era un comerciante exitoso, sobrino de un duque. Así que por lo que te imaginarás, tenía su buen dinero.
Él se casó a la edad de 18 con una mujer de clase media llamada Evangeline, mi madre.
Juntos tuvieron 3 hijas, Elizabeth, Josephine y yo, Katherina, esto claro para desgracia de mi padre quién deseaba desesperadamente un varón en la familia que lo "representara" y mantuviera su apellido en un futuro. Que decepción que tuvo. Tan pronto Eliza y Josephine fueron lo suficientemente mayores, encontraron un buen marido y se marcharon, dejándome solo a mí bajo el manto de mis padres, quienes no estaban muy contentos conmigo, pues yo era todo lo contrario a mis perfectas y sumisas hermanas -Leah parecía bastante metida en mi historia, mirándome con total atención y demostrándome todo lo que pensaba de aquello con sus expresiones faciales, que llegaban a fruncirse al escuchar algo que no le agradaba.

Tomé una respiración innecesaria para poder seguir con aquella historia que tanto odiaba recordar, pero que lastimosamente era mía.

- Mis padres estaban lejos de ser unos padres amorosos y perfectos aunque era lo que intentaban enseñar ante la sociedad. Yo los veía más como unos monstruos de los que tanto hablaban los pueblerinos.
Siempre dejándose llevar por las apariencias, arrogantes y controladores. Desde que éramos unas niñas siempre nos llenaron la cabeza de ideas tontas, diciéndonos que lo único que tenía que importarnos en la vida era conseguir un buen esposo y ser la perfecta compañía. Una dama. Mis hermanas eran mejor acatando esto que yo, por lo cual era yo la que siempre recibía más insultos y cachetadas de parte de los dos.

Unos meses después de que cumplí los 14 años, padres invitaron a cenar a un hombre a la casa, se llamaba Francisco Navarra, y era un importante y adinerado muchacho español.
Recuerdo perfectamente la primera vez que lo vi, debía tener unos 20 años, tenía el cabello rubio peinado perfectamente, ojos claros y una nariz algo grande -me situé al lado del cuadro que Leah había mirado antes, señalando al hombre rubio-. Era arrogante, narcisista y se creía superior a cualquier otro ser humano. Aunque noche él me saludó de forma bastante educada, pero aún así sonrisa lasciva dirigida hacia mí me mantuvo disconforme.

Se mantuvo hablando con padre de negocios y otras cosas que no entendía en ese momento hasta que llegó el final de la cena y con ello la peor parte que dio inicio a mi sufrimiento. Padre y madre tomaron mi mano y la unieron a la de aquel hombre y anunciaron con orgullo que ese sería mi futuro esposo. ¿Lo peor de todo? La boda sería llevada acabo en una semana.

Cuando aquel joven se marchó reclamé, grité y lloré, pero aquello solo me valió los insultos de mis padres, quienes me ignoraron olímpicamente y me encerraron en una habitación por 5 días hasta 1 día antes de la boda.
Entonces fue así como con 14 años tuve que casarme con alguien a quien no amaba y que era despreciable solo por obligación.
Mas tarde, él decidió por ambos que me iría a vivir junto a él y dejaría mi casa, mi vida apartir de ahí fue un infierno, mucho más grande del que viví con mis padres.

Francisco me trataba amable frente a todos, pero en casa era una persona completamente diferente, sobre todo cuando yo hacía o comentaba algo que no era de su agrado. Los golpes empezaron tan solo 3 meses después del matrimonio, nunca en la cara para que el resto de las personas nunca se dieran cuenta de ello claro.
La peor paliza que me dio fue cuando me negué a tener relaciones con él, al final terminó obligándome diciéndome que era mi obligación y deber como su esposa.
Entonces 9 meses después, ya en 1661, di a luz a nuestro primer hijo, Anthony -señalé al chico de cabello rubio entonces. Sus ojos castaños y sonrisa arrogante era lo que más destacaba de él apesar de ser un niño.