12 - Sacar a la luz el tema

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Aoba tenía una mueca de dolor cuando regresó al campamento. Había sabido que Sai era uno de los operativos "Ne" de Danzo por el propio Hokage, pero no había conocido todo su conjunto de habilidades. Ésa era la razón por la que había traído al chico con él de patrulla: para comprender lo que realmente podía hacer.

Le sorprendía mucho más cuál había sido la razón por la que Danzo consideraba al chico un fracasado: el hecho de que no hubiera aniquilado por completo sus emociones no significaba que debiera ser desechado como una herramienta rota. Por otra parte, tenía a alguien en quien, como mínimo, podía "confiar" para que vigilara las espaldas de sus otros dos alumnos.

Aterrizó en posición agachada cerca del campamento, contando mentalmente las cabezas y buscando al resto de su equipo y su paradero. A Sakura la encontró fácilmente, de pie a medio camino entre el campamento y un árbol cercano, pero Naruto estaba resultando más difícil de rastrear -por supuesto, eso significaba sólo unos segundos más de mirar a su alrededor-.

Estaba debajo de un árbol, con los brazos rodeándole las rodillas y la cara apretada contra ellas. Aoba frunció el ceño con desagrado ante aquella visión. ¿Qué había ocurrido?

Ignoró la mirada punzante de Kakashi: ¡ese hombre ni siquiera había enseñado a sus alumnos algunas reglas o fundamentos muy básicos! ¿Cómo creía que iban a sobrevivir en la vida real?

El Jounin no se movió hacia el chico, sus ojos se posaron en Sakura. La había nombrado jefa de equipo por una razón: de los tres genin, ella era la más franca y... bueno, normal. No tenía una carga emocional extrema ni carecía de emociones, y por eso estaba destinada a ser la voz de la razón y la lógica dentro de la unidad.

Entre los deberes de una Jefa de Equipo también estaba cuidar del resto del equipo -no al modo "gallina madre", por supuesto, pero algo bastante parecido-.

Si ella había leído sus deberes, como él suponía que había hecho, entonces era su trabajo y sólo si fallaba intervendría él.

Sakura bajó los hombros. Había esperado que su sensei al menos le dijera algo al chico. En cambio, no había hecho mucho más que mirar en su dirección general, antes de volver a la hoguera. En lugar de eso, Sai se había acercado a ella y estaba al acecho como una especie de perro guardián listo para atacar. Sospechaba que si señalaba con el dedo a alguien y decía "ha sido culpa suya", Sai empezaría a ladrar.

La imagen mental le hizo esbozar una leve sonrisa, y finalmente suspiró mientras se echaba el pelo por detrás de los hombros. Dio el primer paso hacia Naruto vacilante, pero al tercero ya marchaba decididamente seguida por Sai.

"Muy bien, abatido", murmuró Sakura mientras se sentaba a su lado. "¿Cuál es tu problema?

"¿Alguien te ha pisado la polla, sin polla?". La pregunta de Sai hizo que Sakura sisease de frustración ante el chico de piel pálida. ¿De verdad? ¿Realmente esperaba que Naruto respondiera así a la norma?

Naruto soltó una leve risita. Los miraba a los dos con unos ojos azules tan tristes que parecía más un cachorro pateado que un shinobi duro y temible, o un psicópata empeñado en sacarle los ojos a Kiba, como había sido aquella tarde.

"No", su respuesta fue tosca. "Es que... nada", murmuró.

"¡Ah! No", espetó entonces Sakura. "¡No es 'nada' en absoluto! ¿Qué te ha puesto en modo psicópata contra Kiba?".

"Ah, claro", parpadeó Naruto. "Yo... supongo que le debo a Kiba algunas excusas".

"¿Qué pasó allí, Naruto?" insistió Sakura. "Me gustaría pensar que nos contarías estas cosas", añadió. "¿Y si vuelve a ocurrir? ¿Y si no hay ningún Jounin que te detenga y me quitas uno de mis ojos, o uno de los de Sai?".

Naruto - El Viaje Oscuro Where stories live. Discover now