CAPÍTULO 21

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Las lágrimas rodaron por las mejillas de mi madre. Sabía que no estaba bien que le hablará de esa forma, pero debía decírselo, ella estaba cometiendo un error con Indira. Cebrián colocó su mano sobre mi hombro, no se si había escuchado lo que le había dicho a nuestra madre.

No obstante era algo que tenía guardado, era injusto hacer comparaciones, pero mi mamá Alina, fue la mejor del mundo. Como ella no había ni habría otra.

—¿Qué le dijiste a mi mama?¿ Porqué esta llorando? —reclamó Indira llegando a nuestro lado—. De seguro son otra de tus historias fantasiosas, para molestarme.

—Sólo le dije la verdad, yo no tengo la culpa de eso. Ahora pueden ir a seguir viviendo en su burbuja de cristal —sugerí cruzándome de brazos. No pensaba entrar en discusiones con ella—. Al parecer es lo único que tienen para hacer.

—Lo que pasa es que te mueres de los celos, porque Ofir esta conmigo. El será mi esposo, y tu perdiste, te vas a quedar sola y reprimida —escupió.

No me equivocaba en pensar que estaba llena de veneno, sonreí ante su fantasía. Sabia de sobra que Ofir siempre la rechazó y jamás tuvo algo con ella, a pesar de su insistencia, y ahora en su absurda cabecita se le había metido la tonta idea de que se iba a casar con el.

—No soportas saber que el me eligió, porque soy más mujer que tú. Jamás podrás darle la pasión que yo le doy.

Respire hondo, tuve que contenerme. No quería romperle la cara allí mismo. Ante todo era mi hermana, y había una parte de mi que le guardaba un no merecido respeto.

Más cuando sabía que Ofir no le había tocado ni un sólo pelo. El mismo me lo había dicho por eso no creí ni una de las palabras que decía Indira. Si ella quería ofenderme, yo la podia ofender mucho más.

—Tal vez tengas razón en todo lo que dijiste menos en una cosa —canturree acercándome un poco—. Puedes tener mucha pasión como tú dices, y es unas lastima que no hayas podido dársela a el. Puedes vestirte muy bien y arreglarte aún mejor pero frente a sus ojos tu no te comparas conmigo; y lo sabes mejor que yo. Lo sabes porque has vivido su rechazo en carne propia. Día tras día el te ha recalcado su amor por mi, y no hay nada que puedas hacer para cambiarlo. Ofir nació para mi y yo para el… Jamás será tuyo, su corazón es mío, el me pertenece en cuerpo y alma. ¡Su amor esta conmigo, y es algo que nunca podrás cambiar!

Su mano se dirigió a mi rostro, sin embargo fui lo bastante ágil y la tome de su antebrazo, la apreté con fuerza. Indira se empezó a retorcer del dolor, mientras mi madre sólo podía llorar como una magdalena. Por ella iba a evitar ese tipo de enfrentamientos, por ella y por respeto a mi familia no buscaría a Ofir, mi trato con el sería sólo laboral. Así el dolor de tenerlo lejos me matara por dentro.

—No vale la pena, Osiris —intercedió Cebrián, colocando su mano en mi brazo—. Ella no es ni la mitad de lo que tu eres, ese siempre será su castigo. Ahora ven conmigo, papá esta a punto de dar su discurso.

Solté a Indira con fuerza haciéndola trastabillar, y ella terminó cayendo sobre el sofá. No iba a pelear más con ella. Me dedicaría a luchar en contra de los Shiyloper, esa era mi misión en ese momento.

Antes de salir del lugar, le dedique una mirada a mi madre. Ella intentaba secar sus lágrimas con un pañuelo. Probablemente había sido muy injusta con ella, era verdad que se encontraba entre la espada y la pared: Entre Indira y yo…

Corrí a su lado y la abrace con fuerza. Quería que supiera que la seguía amando a pesar de todo, mi caricia sirvió para tranquilizarla. Le di un beso en la frente y salí a toda prisa del lugar. Yo me parecía mucho físicamente a ella, mucho más que Indira.

Trilogía mañana 2 (REBELIÓN)Where stories live. Discover now