CAPÍTULO 19

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El funeral de Lena fue corto, solo fuimos los más allegados. Lo hicimos al siguiente día, entre menos tiempo pasará era mejor.

El camposanto era muy hermoso y me agradó la idea de que al menos allí podría descansar en paz. No sabía que sucedía después de la muerte. Lo único que sabia era que de seguro en ese lugar iba a estar mejor.

Agradecí a el comando que me dieran tres días de luto. Lo que si no agradecí fue que se llevaron a Ofir de mi lado. Después del funeral el comando central mando a llevar a todos los que estuvieron en la operación renacer, necesitaban hacerles preguntas y terminar de recabar toda la información.

Dure esos mismos días sin levantarme de la cama y sin salir de la habitación del hospital; lloré día y noche la muerte no sólo de mi hermana sino de toda mi familia. Después de ir a el campamento de los Shiyloper estaba segura de que mis hermanas menores habían sido asesinadas. No tenía pruebas pero tampoco tenía dudas.

Mi padre no pudo venir a verme, las cosas están muy mal; mi única compañía fue Jordán quien se la paso mirando a lo lejos sin decir nada. Tan sólo se alejaba de allí cuando Cebrián iba a llevarnos comida y visitarnos. Llegué a pensar que Jordán había perdido la voz y que jamás lo oiría de nuevo.

Cebrián me convenció de ir a el comando ya que ellos me necesitaban. A regañadientes acepte y junto con Jordán abandonamos el hospital. Eso sí antes de irnos fuimos a ver a el niño que seguía en la incubadora.
Estaba grande y hermoso; se parecía a Jerjes y a Lena. Jordán y yo no dijimos nada, creo que éramos la familia de los mudos. Jerjes no estaba y agradecí no tener que verlo sufrir frente a mis ojos.

Camine hacia la sala de reuniones del comando central. Ellos necesitaban saber todo lo que sucedió dentro de la base de los enemigos, y aunque sentía que no tenía ganas de nada se que debía hacerlo. Lo que nos esperaba no era nada fácil, la guerra estaba por empezar.

—Aquí estas hermana ¿Cómo te sientes? —inquirió Cebrián apareciendo frente a mí—.  Pensé que te ibas a reusar a venir.

—Lo pensé, pero hay cosas que no pueden esperar, y aunque tengo el alma destrozada debo seguir adelante. No es la primera vez que pierdo a alguien, y tal vez no sea la última —contesté lanzando un suspiro al aire—. Lo que nos espera no es nada fácil.

—Lo sé, ¿Y Jordán como está? —interrogó mi hermano—, sigue igual de distraído y triste.

—Si y no puedo hacer nada por el, porque yo me siento igual —mire a mi hermano quien me dedico un cálido abrazo—, no creo que pueda superar perder a la única hermana que le quedaba, esta muy roto.

—Tranquila, no lo dejaremos solo —Cebrián me miró a los ojos—. Siempre le estaré muy agradecido por cuidar de ti de la forma en la que lo hizo.

—El y tú son mis únicos hermanos, porque Indira…

—¿Indira qué? —cuestionó Cebrián—. Recuerdo que me dijiste que tenías que contarme algo que ella hizo. ¿Qué es eso tan importante que querías que supiera?

Después de la muerte de Lena, no quise hablar del tema. Sin contar que estuve con Ofir todo el tiempo que duraron las exequias. Aunque no hablamos una sola palabra, él se dedico a abrazarme, y yo solo podía sentir menos dolor en su pecho. El chico ni siquiera pudo comer ese día, yo me pegue a él como una garrapata.

—Últimamente Indira anda de un humor terrible. No soporta que Ofir siga rechazándola, los celos y el rencor hacia ti, crecieron mucho más.

No podía negar que me emocionó el hecho de que Ofir la hubiese rechazado, sentir que no la quería y que su amor era solo mío.

Trilogía mañana 2 (REBELIÓN)Where stories live. Discover now