CAPÍTULO 4

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Tomé mi arma, había sido modificada para localizar las Sloper a un kilómetro de distancia. Así sabríamos cuando debíamos escondernos, no podíamos enfrentarlas ya que eso levantaría sospechas.

Crucé la cerca sin mucha dificultad y tuve que ordenarle a mi pie dar el primer paso. Todo estaba limpio, no habían señales de las Sloper. Habíamos salido por un sitio muy estratégico, para que no notarán nuestra presencia. Con mi mano di la indicación para que me siguieran.

Yo debía ir al frente siempre, ese era mi lugar. Ofir seguido de Ian fueron los primeros en seguirme, debía ser honesta y reconocer que la presencia de Ofir me daba confianza. El me hacia sentir segura y protegida. Con el a mi lado no sentía miedo.

Empezamos a caminar lentamente; haciendo una especie de círculo, en el cual todos cuidaban de todos. Moviéndonos sinuosamente, para intentar no ser vistos ni detectados.
Revise las coordenadas e íbamos por buen camino. La vegetación estaba muy afectada, las plantas se encontraban secas y la tierra erosionada. El paso de los Shiyloper era devastador para todas las especies del planeta. El ambiente parecía un desierto; todo estaba seco y muerto.

Sólo se podían escuchar un que otro cantar de alguna avecilla, pero nada más. Seguimos caminando en completo silencio; llevábamos ya media hora, cuando decidí comunicarme con el comando. Los dieciséis teníamos micrófonos sincronizados. Podía hablar con ellos a toda hora, pero sólo yo tenía comunicación con el comando central y nadie más podía oír lo que yo hablará con ellos.

Mi nombre clave era Tigre blanco; el de mi equipo Jaguares y el del comando central era ojo de Águila; según Jeff, por que el lo veía todo.

—Aquí Tigre blanco, a ojo de Águila —dije y no encontré respuesta.

Acomodé el micrófono y repetí de nuevo.

—Aquí Tigre blanco a ojo de Águila.

—Aquí ojo de Águila, reconfirmen sus coordenadas —añadió el teniente Jeff.

El sería mi guía desde el comando, con el tendría comunicación todo el tiempo.

—Justo en el primer punto señalado —conteste mirando mi GPS—, avanzamos sin percance alguno.

Bajé la mirada hasta la luz roja que despedía mi arma, eso indicaba peligro. Debíamos escondernos lo antes posible.

—Aquí Tigre blanco a Jaguares, contacto con Ballenas asesinas a menos de 100 metros; ¡Dispérsense y camúflense ya! —exclame escondiéndome detrás de una roca.

Cada uno cogió para un lado diferente, las Sloper nos encontraban por el calor corporal que emana de nuestro cuerpo al ser criaturas de sangre caliente. Sin embargo nuestro uniforme estaba diseñado para mantenernos fríos en estas situaciones.

Si lográbamos quedarnos el suficiente tiempo inmóviles, seríamos prácticamente invisibles. Sentía el martillear de mi corazón en mi pecho. Después de tanto tiempo volvía a estar frente a una Sloper, frente a el inclemente peligro.

Dos Sloper pasaron por un lado, pero una tercera se quedo haciendo una inspección. Con su láser empezó a buscar alguna señal de vida. Lo único que encontró fue una pequeña ardilla, que fue fulminada al instante.

Algo así me había explicado Jeff en el cuadernillo que me había dado. Las Sloper asesinaban cualquier ser vivo sin importar si fuera un animal o un humano, para ellas todos éramos iguales.

Luego de unos minutos el peligro paso, y di la orden de seguir.

—Aquí Tigre blanco a Jaguares, retomen posición y sigan el curso —ordene avanzando en primer lugar—. Estén atentos ante cualquier movimiento.

Trilogía mañana 2 (REBELIÓN)Where stories live. Discover now