Capítulo 11.

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CONSECUENCIAS ABIERTAS.

Más allá de lo inevitable me había acostumbrado a escuchar tantas cosas obsoletas como perversidades y cosas de esas que solo los adultos se permiten decir cuando tienen mal genio con su pareja. Así eran papá y mamá, cuyas discusiones cada día eran más inoportunas y tediosas.

Había algo que me intrigaba mucho cuando aún vivíamos en el pueblo. Y era que después de aquello que me pasó en el bosque, mamá y papá adoptaron una posición de sobreprotección exagerada, pero sin que aquello me llamase la atención, era irritante no saber lo que hacían cuando iban a la ciudad juntos y llegaban con fajos de billetes de alto valor.

Yo sabía que nuestra situación económica no era la mejor... Inclusive, nunca fui a la escuela con un centavo de peso. No comprendía aún sabiendo que papá ocultaba el dinero bajo la cama. Recuerdo que discutía mucho con mi abuelo porque le decía que la vida no se trataba de ser el más rico y prodigioso; se trataba que aunque no se viera el dinero, nuestro comportamiento debía ser honesto y humilde ante cualquier necesidad.

Si aquello lo detenía a no seguir, papá sabía que no iba a dejar la fortuna que ganaba. Empero sospechaba que algún día mi abuelo lo iba a tomar de los hombros. Debía enfrentarlo a cómo diera lugar y ese día de un momento a otro llegó sin más.

-Han violado a tu propio hijo, ¿Qué clase de padre eres tú? ¿Qué madre es ella? -Señalando con su mano a Melissa.- Te he permitido estar aquí porque eres mi hijo, pero no acepto tu tranquilidad, vas a la ciudad como si no importara nada y vives en esa nube como si el dinero no se acabará nunca. -siguió con la retahíla.

-Esto no nos incumbe a nosotros papá. Mi hijo no fue violado por alguien a quién no conocemos, sabemos que fue él, tu hijo mayor, al que has tenido con aquella vagabun...-¡Prat! Una bofetada.

-¡Me respetas! Sería la última vez que te expresas así de alguien frente a mi. ¡Así viejo como estoy todavía tengo el derecho de ponerte en tu lugar! Y si fue él quién lo hizo entonces ves a buscarlo y encierralo. Deberá pagar por lo que hizo aunque a mí me duela. -Salió de la casa, tomó al niño y se lo llevó al río.

Ese día a papá le cambió el semblante. Mamá cayó en llanto. Solo esperaba ahí, desahuciada y dolida. Mi abuelo me llevaba de la mano, pero era la primera vez que no me sentía cómodo en una casa de locos. ¿Yo era una excusa? ¿O el excusado? -¡Patrañas!. Desde ese día mi vida se simplificó en tres cosas:
"Pecado, dolor y resentimiento."

LA VERDAD EN DISCORDIA.

-Eres un maldito imbécil... ¿Sabes que das asco? -Steve quedó en shot. Veía a Melissa con denuedo y espanto al mismo tiempo.

-Oh, oh, oh, espera cariño, espera... ¿Qué pasa aquí? ¡Me quieres explicar!-Carraspeo Steve.

-Si cariño, explicanos a Steve y a mi de qué rayos estás hablando. Oh! Ya sé! Steve no sabe. Ya es hora de que lo sepa no, ca-ri-ño. -De manera sarcástica escatimó Hebert. Ahora con una mirada trágica y desafiante. Entendiendo que no había lugar ni espacio para los secretos que estaban por tensionar más el ambiente. Un Steve en medio de tanta impaciencia y prepotencia y una Melissa envuelta de una desgastante ira.

-¿Me quieren explicar de una buena vez? -De nuevo Steve.

-Mira Steve? ¿Así es verdad? Si no sabes absolutamente nada, es mejor que no hables. Quédate calladito. -Hebert llevó su dedo a la boca en señal de que advertía a Steve de cerrar la boca.

-¡Solo tenía seis malditos años, seis malditos años! ¡Eres un pervertido acosador, un asqueroso de mierda! -Melissa llena de impotencia maldecía una y otra vez al de barba horrorosa.

-Abunda por aquí últimamente la mala educación. Sabes querida, estoy tranquilo. Dime lo que se te venga en gana mujerzuela. Tu más que nadie no deberías insinuar ser la mejor madre, eres igual o peor que yo. -Respondió barba blanca. Acudiendo al cínico poder de hablar en post de llevar al descubierto alguna verdad que se veía quemarse en la puerta del horno.

-¡Mi propio hijo fue violado por este maldito de mierda...!-Steve empuñó sus manos y de un salto llegó hasta el mueble. El viejo se levantó y sacó su arma y apuntó justo en la frente de Steve.

-Das un paso más y te aseguro que te reviento los malditos sesos. ¿Qué vas a hacer, inútil pedazo de marica? ¿Qué harás?

-Eres un viejo cobarde. Anda, tira el arma y solucionemos este asqueroso problema tu y yo.

-Querés saber entonces lo que hizo tu mujercita cuando supo que Maicol estaba vivo? ¿Querés saber, ah! Dime...?

-Te callas! Cállate! ¡Perro asqueroso! Tu no sabes nada de mí y de mi vida. Ni tu ni nadie sabe por lo tanto que he sufrido desde ese día. No te atrevas viejo hijo de puta, no te atrevas a decir una sola palabra, porque te juro que...

-Te juro qué, ¡haber! ¿Me vas a matar? ¿Eso es, me matarás?

-Eres un... un...-

-¡Que te calles la boca grandísimo marica! ¡Eres un maldito marica! -Advirtió. -¿Y lo que ustedes dos hicieron entonces tiene perdón? Te llenas la boca de hipocresía y ni tú misma sabes qué significa. Siempre supe que Maicol no había muerto por accidente y jamás me imaginé lo cruel que te habías vuelto al lado de él. -Señalando a steve.- Ese día fuí a tu casa porque recién había salido de la cárcel, quería reclamarles el dinero que me pertenecía y me largaba de aquí para siempre. Me detuve en el jardín de al lado porque vi cuando Steve cortaba los malditos frenos del carro mientras Maicol y Efrén discutían por ti porque siempre lo dejabas sólo.

-Rata, solo eres una rata asquerosa ¡Ojalá te mueras!- Melissa corrió hacía él, pero Steve la detuvo.

-Uff... ¡Qué genio cariñito!. -Vaciló de manera irónica. Bajó el arma.

-Y usted señor; como sea que...- Steve jadea. Se contuvo de decir algo al ver que el viejo lo miró fijamente.

-Si querés saber lo que pasa pregúntale a ella, ¿No se supone que han venido a que les ayude? ¿O solo has venido a decir cuánta porquería de mi? - Mirando a Melissa. -Y sí, los seguí hasta ese lugar a las afuera de la ciudad. Algo no me estaba cuadrando. Vi que Maicol iba delante de ustedes y vi cuando intentó frenar en la curva, sus frenos fallaron. Efrén corrió a socorrerlo, pero lo convenciste de que su padre ya no tenía vida y lo dejaste tirado como un perro. Cuando se alejaron fui a mirar si Maicol seguía vivo. Lo vi suspirando, lo cargué hasta donde había dejado mi carro y lo llevé a una clínica cercana. Todo este tiempo ha estado conmigo, siempre ha estado aquí vigilando cada paso que ustedes han dado. Entonces, ¿crees que Maicol dejará esto así?. -En ese momento el silencio fue crucial.
-¡Malditos bastardos! Estuve en la cárcel porque ustedes me prometieron ese dinero, sabían que el negocio lo formé yo porque sin mí ustedes eran unos fracasados. Y aún así, ¿Te atreves a venir acá por ayuda? -El viejo seguía en la embestida. Trazando la dura realidad de la que había sido condenado, pero... ¿Importaba acaso lo que él había pasado y aún así olvidar lo que hizo en aquella época?

No era aquel simple cazador cuya realidad de vida propia le costó una condena grande. De ahí a que toda una culpa no haya sido escuchada. Sin embargo; -¿Cuál era esa verdad oculta de la que indiscutiblemente Melissa y Maicol nunca hablaron? Entonces, ¿Es justificable violar a un niño solo porque no recibía el mismo trato y las mismas ganacias de aquel negocio?

Transtorno Fantástico: Pseudologia De Mi Memoria. Where stories live. Discover now