Jin nunca había sentido que la puerta del Hokage fuera imponente o pudiera infundirle tanto miedo hasta el día de hoy, en que iba a pasar tomada de la mano de Obito para darle un "informe" al Hokage de cómo les fue en su "misión". Honestamente, Jin se sentía como un viejo verde -porque es mentalmente mayor que Obito- que le robó a la preciada hija dorada -Obito- debajo de sus narices.

Después de todo, según el anime, Minato y Kushina adoraban a Obito y, viéndolos en persona, realmente adoraban a este hombre como si fuera su propio hijo -a pesar de que son solo diez años mayor que él-.

Tímidamente, Jin se escondió detrás de Obito mientras pasaban, sus mejillas sonrojadas mientras Minato tenía una sonrisa suave en su rostro, sus claras intensiones de quemar el papeleo e iniciar una guerra contra este ocultas detrás de sus ojos cerrados y amables.

Puede que Minato sea un genio y sea el único Hokage que no tenía papeleo que llevarse a su casa y hasta la tumba, pero eso no quiere decir que ame el maldito papeleo.

Que se joda el papeleo.

—¿Oh? ¿Ya regresaron, tan pronto? —preguntó el rubio mirando a su alumno el cual estaba sonrojado y a su ahora esposa, oculta detrás de él tímidamente— ¿Qué sucede, Jin-chan, porque te ocultas?

Minato fue cálido hasta que se congeló.

Espera un momento.

¿Jin? ¡¿Escondiéndose?!

—¿Qué clase de sello hiciste ahora, Jin? —la sonrisa de Minato era más tensa y prácticamente podían sentirse a todos los Anbus ocultos tensarse y listos para la acción -el castigo que había impuesto Anbu era vigilar a Orochimaru y Jin mientras crean sellos, por supuesto, los Anbus resultaron explotados más de una vez y vieron cosas lo suficientemente aterradoras como para querer renunciar al mundo ninja y golpearse en la cabeza para perder la memoria-.

Jin mira incrédula al rubio y casi ofendida, Obito siente el sudor caer por su rostro.

Oh... ya veo... ya veo... Obito entendió de inmediato los pensamientos de Minato...

—No hay que preocuparse por nada, Minato-sensei, ella no ha tocado ningún sello durante todo este mes —habló rápidamente Obito al sentir las presencias de los Anbus tensarse incluso aún más como si estuvieran dispuestos a lanzarse al ataque... o huir fuera de la nación del fuego, cambiarse el nombre, la apariencia y ser civiles.

—¿Enserio...? —la sonrisa de Minato mostraba todo lo que quería decir.

—La mantuve muy ocupada y cansada para como para que se ocupara de la creación de sellos —habló rápidamente Obito y escuchó como algo cayó detrás de él en un ruido sordo, alarmado, miró a Jin desmayada, con la cara roja y un hilo de sangre corriendo por su nariz— ¡Jin...!

—Cof... cof... esto... —las toses de su sensei lo hicieron mirarlo con pánico mientras sostenía a su preciada esposa desmayada en sus brazos—. Aunque... me alegro que no haya creado algo que potencialmente pudiera destruir las redes de nuestra realidad misma... no era necesario que fuera tan... hum... diligente... en evitar que ella se involucrara en los sellos.

Obito miró a su sensei con interrogantes en su cabeza mientras lentamente los engranajes de su cerebro empezaban a funcionar, intentando, de alguna manera, descifrar el lenguaje codificado que utilizó el rubio... hasta que analizó cuidadosamente sus propias palabras y se escuchó otro ruido sordo en la habitación.

—Bueno... supongo que bienvenidos... —Minato suspiró mirando a los nuevos marido y mujer, complementándose y desmayándose sonrojados y con un hilo de sangre cayendo por su nariz.

So Simp [Yandere! Uchiha Obito]Where stories live. Discover now