Si el Mundo se Acaba Mañana - [YoonKook]

015: Montaña rusa de emociones

—Claro. —soltó en tono sarcástico. —Tengo pensando en algo mejor. Me gusta mucho dibujar.

—No sabía eso.

—Como te dije Yoongi. Soy bueno en muchas cosas.

—Y sigo diciendo que te subestimas demasiado.

—Pero aún así te gusta.

Sentí el calor en mis mejillas cuando dijo eso.

—No me refería a eso, sino...

—Lo sé. —lo interrumpo para que no diga otra estupidez. Y a toda costa, evito su mirada. —No soy envidioso, pero te encanta presumirlo.

—Eso es cierto.

—Así como cuando dije que Jimin tenía celos de ti porque me llevo mejor contigo que cuando estaba con él. Y se te subió el ego

Yo y mi hocico.

—Viste. —noté su emoción. —Hasta incluso en los universitarios soy mejor.

Reí ante lo último.

—¿A dónde vamos entonces? —cuestioné viendo que nos dirigimos a ningún lado.

—Hay un faro aquí cerca, con pequeño mirador. También hay otro que es mucho mejor, pero más lejos.

Emprendimos camino a aquel lugar que Jungkook dijo, durante el transcurso, había gente comprando en tiendas, así como ayer, pero por ser temprano no eran muchas.

Hacia mucho calor, Jungkook sacó de su mochila un pequeño ventilador de pilas. Es un mentiroso. Dijo que lo único que traía era una libreta y una cámara y un montón de cochinero.

—Oye yo también quiero. —detuvimos nuestro andar para comenzar una pelea.

—Pero es mío.

—Comparte no seas grosero.

—Pero tengo calor. —renegó con un puchero.

—Yo también tengo calor. —contraataqué indignado.

—Pero solo tengo uno.

—Yo no tengo. —me acerqué a él para quitarle el ventilador pero se apartó rápidamente.

—Debiste comprar uno. —comencé a perseguirlo a paso lento.

—No seas grosero con tu mayor. —lo apunté con el dedo índice.

—Yoongi, tiene poca pila.

—Debiste cargarlo.

—Anoche me quedé dormido. —sollozó y renegué.

—¡Aquí en Ansan con venden!.

Comencé a acelerar mi paso y él hizo lo mismo. Las personas a nuestro alrededor nos miraban raro. Córrete a Jungkook gritándole que me prestara su abanico mientras lo perseguía.

—¡Jungkook, ven acá!. ¡Tengo calor!

Y al cabo de unos segundos se detuvo. E hice lo mismo. Volteó a verme triste.