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—No creo que eso sea correcto —desternilla en risa, Jimin.

Riéndose con todas sus fuerzas provocando que su estómago duela y el sonido exagerado de sus carcajadas resuene dentro del auto alquilado que su novio conduce.

—Lo digo en serio, deja de reírte —le pide Jeon, con su tono de voz serio, pero con una sonrisa en su rostro.

—Jungkook, eso es estúpido —logra hablar el menor, luego de haber cesado sus carcajadas.

—Es estúpido, pero si lo intentas te apoyaré —suelta el menor, llevando una de sus manos a su estómago.

"Gire a la derecha en la siguiente calle"

Le ordena el GPS a Jungkook.

—Dime como está el cielo —le pide Jimin.

—Creí que lo habías visto a través de mis ojos.

—Jungkook, es incoloro. No sé con exactitud de qué manera está —le explica el pelinegro.

El azabache se queda en silencio procesando lo que su novio ciego le ha confesado, traga grueso, le da una breve mirada y luego fija su mirada por unos segundos al cielo, mientras disminuye la velocidad.

—Azul, algunas nubes lo adornan, y el sol está enorme y fuerte, tiene un amarillo hermoso —le narra el mayor.

Una sonrisa se posa en el rostro de Jimin, provocando que Jeon, sienta un remolino en su estómago.

—Me gusta verte sonreír.

—¿Te gusta mi sonrisa? —le pregunta el pelinegro, acomodándose en el asiento.

—Me gustas tú, me gusta todo de ti, pero tu sonrisa hace que me rinda a ti por completo.

Jimin empieza a reír, y a Jungkook le resulta imposible no hacerlo cuando la risa de su novio lo contagia.

—Era un cumplido —le recalca el azabache.

—Lo sé, cariño —responde Jimin, con sus mejillas sonrojadas.

—Según el GPS, estamos a dos manzanas —le informa el mayor, dejando salir un sonoro suspiro.

—Todo saldrá bien, mi madre de seguro va amarte.

—¡Mierda! —exclama el mayor, debido a su nerviosismo.

—Jungkook.

—Estoy bien, es solo que estoy nervioso —dice, mientras estaciona el auto.

—Puedes volver si quieres.

El menor se desabrocha el cinturón.

—¿Y qué se supone que les dirás a tus padres?

—Que tienes un asunto importante con tu padre, por eso no pudiste acompañarme —responde sin problema a la pregunta.

—No te dejare solo.

Jeon se retira el cinturón y luego apaga el motor del auto.

—Y quiero conocer a tus padres, es solo que es mi primera vez —toma el bolsón con la ropa de ambos y sale del auto.

Rodea el auto y abre la puerta del copiloto.

—¿Qué casa es? —pregunta Jungkook, al ver tres casas ante ellos.

—La de en medio, seguramente mis padres estén juntos esperando por nosotros.

El azabache traga grueso al ver la imagen de dos señores de aproximadamente cincuenta y cinco años, sonriendo en su dirección.

Through my eyesWhere stories live. Discover now