13. Lazo de venganza - Victoria Sutherland (No romance)

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Narrador Omnisciente

Abrió sus ojos de repente. Su consciencia pareció despertar al mismo tiempo y la confusión y miedo la inundaron.

Reconoció los grandes árboles a su alrededor y el cielo cubierto por las ramas de estos. 

Estaba oscureciendo así que se levantó poco a poco.

Sintió dolor en su cabeza, entonces llevó su mano hacia el punto dónde dolía. Se sorprendió al tocar, pues estaba un poco mojado y pegajoso el lugar. Rápidamente su expresión cambió a preocupación cuando vió en sus dedos las marcas rojas que habían brotado de su herida.

Fue más consciente de sí misma y de dónde estaba. No habría que indagar mucho para darse cuenta que estaba en un bosque pero, ¿Por qué estaba allí?

No recordaba cómo llegó a ese lugar, no sabía cómo recibió su herida ¡Cielos! No recordaba su propio nombre.

Comenzaba con E... No estaba segura de lo demás pero definitivamente esa E tenía algo que ver.

Ramas crujiendo a su alrededor le dieron otra prioridad, tenía que salir de allí.

Tratando de ignorar su dolor, se levantó, pero no pudo dar más de un paso cuando cayó nuevamente de rodillas.

- Oh, ¿Quieres una mano? - una suave voz, aterciopelada y atrayente, pero sobre todo peligrosa, se burló, no supo en qué dirección se encontraba su fuente.

>> Sabes, desde el principio supe que no eran para nada divertidos.- la voz rió y un escalofrío recorrió su cuerpo. - nunca creí que fueran tan cobardes... Bueno, era de esperarse, eres lo que comes y ellos solo son unos ciervos asustadizos.

- ¿Q-quién está allí? - se atrevió a hablar. Pero ni siquiera reconocía su propia voz.

El encanto que contenía no se reducía por el temblor en su voz.

Aquella voz aterciopelada suspiró sonora, de lejos se notaba su incredulidad.

Victoria miraba a la chica irritada, era tan débil y tonta como para intentar usar aquel estúpido truco en contra suya.

Con su especial habilidad o sin ella, Victoria era astuta, inteligente, nadie podría burlarse de ella de esa manera. Pero está humana se atrevió a fingir ignorancia.

Victoria se divertiría muchísimo viéndola sufrir. Esa mirada desesperada, el sudor cayendo por su frente y el temblor de su cuerpo entero.

Pero debía darle crédito, de no ser por su increíble astucia, podría haber caído ante el engaño de esa humana.

Llegó detrás de la tonta humana y susurró en su oído.

- No sé qué es más lamentable. - la chica giró sorprendida, pero Victoria ya no estaba allí.

>> Tu actuación... - giraba entre las ramas de los árboles, asustando cada vez más a la humana. - O que creas que caeré por ella.

Una suave risa inundó los alrededores.

La chica se levantaba, con sus piernas temblando violentamente, a pesar de la adrenalina que su cuerpo le daba para su supervivencia.

- P-por favor... No me hagas daño... ¡Ah! - Fue lanzada hacia el frente y sus piernas ya no respondían.

- No haces esto menos divertido. - se burló. - Ahora entiendo porqué a James le gustaba jugar.

La humana lloriqueaba tan lastimera que, de no ser por su ira, Victoria se hubiera detenido.

La tomó del cabello y la levantó. Aquella chiquilla no pudo resistirse, ni siquiera tenía fuerzas como para intentar serle una molestia a la peligrosa vampira.

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