Ideas en Orden

7. Incógnita - Marcus Vulturi

(Yo me lo imagino como Ben Barnes, no sé ustedes :P)

Narrador Omnisciente

Marcus Vulturi, el primer vampiro de su clan. 

Uno creería que los años, sino es que siglos, que han visto su vida pasar lo han dotado de una gran sabiduría, más al final fue puro conocimiento. Es decir, por supuesto, después de la trágica muerte de su esposa Didíme, había renunciado a tener experiencias o intervenir en los asuntos que se les presentaban a él junto con sus hermanos en la corte real.

Sin embargo, había sucedido desde hace poco menos de veinte años que recuperó un poco de su ánimo para vivir en vez de solo existir. No hacía mucho, no era común que saliera del castillo, pero empezó a tener un extraño gusto por caminar, recorrer los pasillos y jardines, antes de regresar a la biblioteca o al salón de tronos con sus hermanos.

Este había sido un día un tanto particular. Uno de los integrantes más longevos del clan Olímpico se presentó ante los reyes, con una apariencia precaria, y una solicitud de muerte.

Marcus, así como su hermano, bufó en su lugar, aunque Caius sonrió complacido mientras que él por la pérdida de tiempo que había sufrido, así que decidió simplemente levantarse y salir de la sala escuchando como Aro se disculpaba en su nombre.

Detrás de él, lo acompañaba Demetri, el rastreador del grupo, que sonreía orgulloso por su maestro, viendo con burla al desamparado Cullen.

Volvía a su caminata, decidiendo subir hasta un balcón con vista al festival que llevaba su nombre, resguardándose bajo la sombra de la pared y la capucha de su capa.

Levantó una ceja mirando a una extraña chica corriendo entre las multitudes, un lazo rojo algo opaco la unía con alguien dentro del castillo.

Aburrido, siguió mirando a la gente que sonreía disfrutando la conmemoración de la exterminación de los vampiros, hasta que nuevamente algo captó su atención.

Marcus Vulturi estaba acostumbrado a percibir los lazos que unían a las personas debido a su don, a determinar su tipo de relación y, sin embargo, su mirada se detuvo en alguien que no poseía tales atributos.

Resplandecía a su alrededor por no tener conexiones algunas. Era como si se rehusara a que los vínculos a su alrededor se le unieran.

Parecía estar sola. Bien, relacionalmente sola, pues la vampiro que jalaba su brazo y empujaba para atravesar la multitud parecía conocerla.

- Demetri. - llamó Marcus.

- Aquí estoy, maestro. - respondió Demetri acercándose al instante al lado de Marcus con una leve reverencia.

Si despegar su mirada de la chica, Marcus la señaló con su cabeza en un ligero gesto. Demetri miró de reojo y asintió antes de desaparecer.

Después de mirarla unos segundos más, siguió con su camino hasta que le informaron que Aro solicitaba su presencia en la corte.

Entró por una puerta lateral, dirigiéndose directamente a su trono. Suspirando al sentarse. Acomodó su manto para que no estorbara en sus costados y levantó la mirada con aburrimiento.

Estaban el vampiro con deseos de muerte, de él colgaba una humana insípida de aroma agobiante, y, unos pasos detrás, la vampiro que había arrastrado a la humana sin vínculos.

Las últimas miraban de reojo a la última humana en la sala, la incógnita de sus habilidades. Ella se encontraba encogida en sus brazos cruzados bajo su pecho, al lado de Demetri quien se mantenía reacio a moverse.