Capítulo 22 - Te siento

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Interludio

Me desperté llorando
Soñé que no volvías
Que no llegaba a tiempo, quizás
Quizá a tu despedida


Era como si de repente , estuviera sin estar.

Por momentos todo parecía muy claro , muy tangible , y por otros me sentí­a del otro lado.

Me dolí­a la cabeza , el cuerpo , quizás hasta un tanto el alma.

Y luego ... luego ya no dolí­a nada.

Y todo se sentí­a sereno , y todo se sentía en calma.

Pero sólo oir su voz , y todo me devolvía a mi lugar.

- ¡No te vayas! ¡No te vayas! - escuché a Ainhoa gritar.

Sentí mi piel erizarse.

- Por favor , mi niña - decía mi madre abrazada a Jon.

Los veía , los veía clarísimo ante mí.

Y sin embargo , no podía hacer nada , ni por ellos ... ni por mí.

Mi padre , el guardia civil , se mantenía atento a los ruidos que se hacían eco desde el interior de la habitación.

Mi habitación.

Menchu habí­a quedado con ellos en la sala de espera.

Y yo ... sin saber cómo ni porqué , aquí­ estaba.

Era espectadora de mi propia vida, o de lo que era mi vida.

No lo sé , no sabría describirlo.

No parece ni el cielo ni el infierno.

¿Esto es lo que los creyentes llaman purgatorio?

¿He muerto?

¿Es eso? ¿Significa que morí­?

Me siento Nietzsche en el Ocaso de los Idolos , quiero volver , quiero vivir intentando.

No puedo haber muerto, llevo veinticuatro horas intentando que me ayuden. Que vean más allá de mi accidente , que sepan que están cometiendo un error.

Junte todas las fuerzas que tenía para mover mi mano, y sin embargo nada cambió.

Sé que Clara no lo creyó posible.

Aunque vi a Ainhoa pelear.

Y ahora la veía de rodillas llorar.

En los meses que llevaba conociéndola jamás pensé verla así­, ni siquiera en Barcelona durante la audiencia.

Esto era algo totalmente diferente.

Podí­a sentir su dolor.

Ainhoa , la vasca , que de dura sólo tení­a la coraza que se poní­a ante los demás, y que cuando te animabas a conocerla ... era blandita.

Mi vasca.

Si pudiera , recitaría minuto a minuto lo que sucedió , le pediría que deje de culparse. Que nada tiene que ver con nuestra discusión.

Que a veces las cosas malas simplemente suceden , y hay que aceptarlas.

Que el coche no iba rápido, pero eso ella ya lo sabe, que se había acumulado mucha agua en la carretera y luego ... todo se sucedió muy rápido.

Un acto de amorWhere stories live. Discover now