Una mente siniestra

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Hunter VII:

Si tuviera que ser honesto había subestimado el alcance de las nuevas tecnologías y formas de comunicación de las Islas Hirvientes así como también había subestimado el poder de la verdad en sí misma. Lo que pasó los días siguientes superó cualquier expectativa que pudiera haber tenido anteriormente haciéndole entender que no hubo necesidad de esconder todo lo que pasaba y que una terrible verdad benefició más que una amable mentira.

Los habitantes estuvieron más dispuestos que nunca a unirse a un aquelarre y los números de los mismos crecieron a niveles exponenciales como no se había visto antes. Toda renuencia se había hecho a un lado para aceptar los sellos de cada aquelarre mayor pues cada bruja estaba dispuesta a aportar en la defensa de su hogar.

Pero no todo fue tan simple.

Las primeras horas después del anuncio de Hunter a través de Penstagram causó un caos generalizado en las calles, siendo Huesosburgo y Latissa los principales focos de disturbios y actos vandálicos varios. Los puestos operativos del Aquelarre del Emperador fueron ineficientes para contener a los alborotadores y la lenta acción desde el castillo obligaron a Hunter a actuar de manera extraoficial.

Con un ciento de efectivos a su disposición empezó sus labores de pacificación en Latissa, valiéndose de la magia de abominables como un refuerzo para atrapar a los alborotadores hasta la llegada de una tropa de Abomatones terminaron de sofocar los disturbios pero con muy poco tacto sobre la población causando daños materiales bastante innecesarios.

Cuando Latissa estuvo "bajo control" puso rumbo a Huesosburgo donde el Guardián Wrath se le había adelantado y llenaba carromatos con brujas con rumbo directo al Conformatorio. Muchos ni siquiera acusados de practicar magia salvaje, intentó contactar con el Emperador para solicitar autorización y consejo sobre una forma de proceder sobre el actuar del Guardián Wrath pero lo único que obtuvo fueron negativas de Kikimora que argumentaba que su tío se hallaba ocupado.

En medio de todo eso un grupo de brujas con máscaras de murciélago empezaron a actuar como una grupo reaccionario contra los miembros del Aquelarre del Emperador, usaban magia del Aquelarre de Bardos, era demasiado obvio e hicieron que varias brujas atrapadas escaparan. Aunque le causaba repulsión, facilitaba el trabajo burocrático de sacar a los capturados del Conformatorio.

El propio Guardián estuvo a nada de llevar sus desacuerdos con Hunter a los golpes de no ser por la llegada de Darius y Eberwolf a la ciudad para ayudar a restablecer el orden ante la "ineficiencia" del Guardia Dorado, aunque Darius no compartía esa opinión y dijo que iba a quedarse en la ciudad para sacar a todos aquellos encerrados injustamente a salir del Conformatorio.

Y así fue, docenas de brujas salían de aquel lugar ya con un sigilo de algún aquelarre en sus muñecas y puestos a disposición de sus respectivos brujos líder. Después de esos primeros días de caos generalizado el Emperador se encargó de insuflar valor a los habitantes de las Islas valiéndose de las propias herramientas que Hunter intentó usar en un principio.

Los volantes cubrían las calles, grandes mantas con la figura del Emperador revestían los edificios más importantes y las banderas con el escudo imperial ondeaban al viento. Al caer la noche la voz del Emperador se escuchaba en todas las bolas de cristal incitando a la gente a no temer y encontrar el valor en esos tiempos turbulentos y en cada amanecer una parafernalia sonaba en las bocinas y plazas de las localidades de las islas. Una obra compuesta por Raine Whispers que haría sentir orgulloso a cualquier miembro del Aquelarre de Bardos pues se sentía un fervor patriótico al escucharla.

Y por todo el territorio se repetía una frase que se volvió en una letanía contra el miedo:

"Por el futuro".

El bastión de los universos Vol. 2Место, где живут истории. Откройте их для себя