Chapter 77

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¿Mi maestro está aquí?

Un cálido sentimiento recorre mi corazón, no lo he visto en un tiempo, supongo que me siento un poco feliz.

-¿Dónde está?

Xion toma mi mano con delicadeza.

-Lo acompañaré su alteza.

Ludwing pone mala cara, dando vuelta los ojos con fastidio.

-Puto loco-susurra.

Xion me dice la dirrección, y sin pensarlo dos veces nos teletransportamos hacia la mansión en medio del bosque. Veo a un Xion pálido caer al suelo de rodillas.

-S-Su alteza...

Lo había olvidado por completo.

-Hay algunas cosas que no cambian-menciono.

-Ja, idiota-sonríe Ludwing.

No sé que habrá hecho Xion pero a Ludwing no le cae bien.

Ambos comparten una mirada molesta.

-Nos vemos, bicho raro-dice Ludwing antes de desaparecer.

Xion se levanta, lo ayudo un poco sosteniendo su brazo, el me sonríe mirando mis ojos. Nos quedamos así un tiempo antes que Xion girará su rostro hacia la mansión.

-Mi maestro-observo su mirada por la ventana.

El apunta a Xion y mi mano en su brazo, para luego hacerle una seña de degollar su cuello.

Suelto el brazo de Xion silenciosamente.

-Entremos-llamo.

La mansión desolada me hace preguntarme cómo es que está tan limpia y brillante. ¿Realmente mi maestro limpio todo esto el solo?

Me resulta difícil de creer, apuesto a que uso magia.

Llego a una puerta donde siento la presencia de mi Maestro, al entrar el me recibe con alegría, antes de decirle a Xion que no de un paso y que se quede afuera.

-Pero maestro...

-Necesito hablar con mi hijo a solas-su mirada fría recorre el cuerpo de Xion-sin plagas molestas.

La sonrisa incomoda de Xion es presenciada en sus labios.

-Lo esperaré afuera, su alteza.

Mi maestro sella la puerta e insonoriza la habitación, el pide que me siente ofreciendome una taza de té.

-Tantas plagas a tu alrededor...¿Tendré que exterminarlas?

Sus palabras me dan escalofríos.

-Maestro. ¿Cómo ha estado?

Sus ojos púrpuras recorren mi cuerpo, mis manos intentan ocultar que vea mi vientre.

-¿Acaso ese Demonio te dejó...?

-¡No!-salto y el ve mi cuerpo con más facilidad, frunciendo el seño.

Vuelvo a mi asiento agachando mi cabeza.

Ya lo vio.

-Esta roto-dice-si sigues así ese cuerpo no soportará la presión de la piedra.

-¿Y que esperas que haga?-contesto con una pregunta amarga-un simple bocado hizo desaparecer mis poderes...

-Cuentame lo sucedido.

Muerdo mi labio, pienso con cuidado las palabras que uso para relatarle desde el momento que Nikolay volvió del Inframundo hasta el día de su muerte.

El plan de escape del hermano menorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora