Chapter 62

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Asmodeo juega con la botella, burlándose de la lamentable cosa maligna dentro de ella.

Desde que fue atrapada, la demonia se ha rehusado a hablar. Tampoco le dirige una palabra al demonio que la ha encerrado. Mi mirada conecta con Asmodeo, yo lo evitó pero el se acerca dejando a la Demonia de lado.

-¿Por qué me echaste? ¿Que hice mal?

No eres tú, soy yo.

Yo soy el maldito problema.

-No juegues conmigo Demonio-le miro fríamente.

El se toca el corazón sonriendo.

-Me encantas cuando te pones así de mamón.

Niego con mi cabeza y me pregunto de dónde aprendió esas palabras.

Sujeto la manga de su camisa, haciendo jugar mis dedos con ella. Mi corazón palpita fuertemente porque estoy a punto de decirle que me gusta, y que no deseo que se vaya.

Dejemos al idiota de mi personaje principal en el infierno.

Asmodeo está bien conmigo.

-As...

-No.

-¿Que?

-No, espera, deja tus palabras quietas, me acabo de acordar de algo y...ya vuelvo.

¿Ah?

-¡O...Oye!

Desapareció.

Así, sin más.

Muerdo mis labios con rabia.

-Hijo de la gran puta.

...

Asmodeo.

Estoy seguro que había visto esta escena antes, pero..¿Con quién fue?

Regreso al bosque frío del palacio Badel, miro los escombros a la distancia mientras me acerco. Recuerdo haber conocido a un niño pequeño que no tenía alma, sus ojos eran de una gema azul cristalina y su cuerpo era ficticio.

El niño hizo lo mismo que Valentine, sujetó mi manga y con un nerviosismo vidente jugueteaba con ella.

-¿Que dijo en ese entonces?

No logro recordar...

-Ni siquiera recuerdo su nombre.

Es raro, porque no suelo olvidar las cosas.

Llego a dónde mis visiones recordaban, para solo encontrar el palacio arruinado. No tiene ni los grandiosos pilares del pasado, ni el aire brillante que caracterizaba al palacio.

-Niño-llamo-he vuelto.

-Jijijijijijijiji....

Al darme vuelta, veo a los espíritus del bosque flotar, riéndose de mí como una puta bruja.

-Vengan, usaré su carne en la cena.

Más de uno se aleja.

Pero el único espíritu que no ha dicho una palabra, se me queda viendo fijamente.

-¿Tu sabes algo?

Sus ojos caídos y cansados observan el palacio.

-Se lo llevaron.

-¿Al niño?

-Era muy poderoso, su destino no era este lugar.

-¿Sabes dónde lo puedo encontrar?

El plan de escape del hermano menorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora