Chapter 45

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Alois golpea el reposabrazos con sus dedos, calmadamente en silencio. Sus ojos púrpuras siguen observando el florero, hasta que la flor que fue puesta se marchita de pronto.

-¿Quién encerró a ese niño?

Respondo de inmediato antes de acabar como esa flor.

-La iglesia.

El florero se rompe dejando caer el agua sucia por la pequeña mesilla.

-¿Cómo obtuvieron la piedra? ¿No fue Amélie quien te la dió?

La piedra...

Toso fingidamente.

-Hubo un pequeño problema.

Los golpes en el reposabrazos se detienen al escuchar mis palabras.

-No me digas que...

-Perdón, perdí la piedra.

Alois intenta guardarse las ganas de golpearme por perder algo tan importante. Escucho sus maldiciones en silencio.

Estoy seguro que quiere destrozarme.

Perdí la piedra aquel día que salve a Ludwing en el incendio. Siempre la traía conmigo, fue estúpido de mi parte no guardarlo en una zona segura.

Pero no me arrepiento de haber salvado a ese niño.

El mago oscuro deja ir el tema, llendo al grano rápidamente.

-¿Y que supones? ¿Que mi hijo y Ludwing comparten almas?

-Solo es una suposición-la mirada de Alois se pierde al pensar la posibilidad que ambos estén conectados-vi su alma, era bastante guapo, sus cabellos eran blancos y sus ojos...iguales a una galaxia púrpura.

Alois cierra su puño con fuerza.

-Si lo que supones es verdad...-los ojos fríos cambian a unos tristes-mi niño ha sufrido mucho.

Yo también lo siento así, conocí un poco a Ludwing pero siempre lo ví como un niño solitario. Y sobre Valentine con su poco apetito me es preocupante.

Intento consolar a este hombre que desea matarme, enterrarme y de ser posible borrar mi existencia.

-Valentine es tu hijo, ambos son iguales-sonrío-aunque tenga que decirlo, su carácter, forma de hablar y de actuar, es la misma.

Veo la sonrisa de Alois por un segundo antes de que se desvaneciera y su mirada seria la reemplazará.

-Si termina siendo verdad, no le digas nada, es mejor que viva en la ignorancia.

Mm...mientras Ludwing no le hable estaremos bien...

Y tampoco es que yo sea muy bueno guardando secretos, aún recuerdo que la pelirroja me dijo que no le dijera que era Amélie y toda esa joda para que Valentine lo descubriera solo.

Mi lengua habló por si sola, es una lastima.

Pero alto, en primer lugar, ¿Se puede combinar almas? Estoy un poco confuso.

-Demonio.

-¿Si suegro?-suelto de la nada.

Tapo mi boca pidiendo perdón.

La broma de mal gusto no pareció cayerle bien por su expresión.

Lo que es sí diferente entre padre e hijo es que a Valentine le gusta mis bromas y me sigue el juego, mientras que a Alois le molesta.

O quizás solo le molesto yo.

-Vuelve a llamarme de esa forma y tú lengua será cortada por mí.

Definitivamente no seré un yerno aceptado.

Alois cambia el tema.

-¿Mi maestro no ha venido a buscarte?

-Espero que no-respondo de inmediato.

El mago oscuro frunce el seño.

No es que lo odie, pero la primera vez que nos conocimos lo ví golpeando a un pobre ángel.

En mi territorio.

No me molestó que golpeara a ese ángel, pero que lo haga dónde corresponde.

Al parecer mi actitud no le gustó y terminé convirtiéndome en su saco de boxeo.

Por supuesto, yo no sabía quién era.

Cuando fuí castigado por mi acción y comportamiento indeseable lo supe.

Se podría decir que el hermano menor de mi jefe.

-No nos llevamos bien.

-Es mejor que lo tengas de aliado, ser su enemigo solo te traerá problemas.

Mm...debería decirle, la información podría llegar más rápido.

-Ahora mismo pedí su ayuda-me corrijo-más bien, le informe de un problema-Alois se sienta derecho dejando su aspecto relajado y detestable-hay una puerta del Inframundo abierta, bajo la cabaña que estuvimos con Valentine.

-¿Una puerta?

-Si, solos las almas entran.

-¿Cómo es posible una entrada...?-Alois se muerde el labio pensativo-¿Algo más que decir?

-Alguien persigue a Valentine.

El ambiente se pone pesado y las lámparas parpadean frenéticamente.

-¿Quien es? ¿Quien se atreve a perseguir a mi niño?

Evito su mirada penetrante.

-Hasta el momento, la ex subordinada de Acatriel.

-¿La dragona?

Asiento con mi cabeza.

-¿Acatriel persigue a Valentine?

-¿No me escuchaste? Dije la ex subordinada. Acatriel fue tracionado por ella, pero no te preocupes, lo estoy protegiendo.

-¿Crees que eso me calma?

No le agrado para nada.

-Pobre de tí que le pase algo a mi hijo, iré a informale a mi Maestro.

Aún así me dejó a cargo.

-Intenta que no se encuentre conmigo, no quiero verlo-le pido-que solo me envíe cartas si necesita comunicación.

Alois se levanta ignorando mis últimos comentarios, le veo marcharse sin decir nada, y la noche oscura cae con un cielo estrellado.

Ahora que recuerdo, ¿No íbamos a detener al mounstro que atacaba las personas?

Mm...

-La suerte de Valentine no es tan mala.

Salvó al Wendigo y lo hizo su aliado, además su padre me dejó a cargo de su cuidado.

Oh, ¿Por qué me siento feliz de ser su niñero?

Me levanto del sillón y con mi mano juego a retroceder el tiempo del florero roto. Las piezas se juntan, junto con el agua y la flor vuelve a la vida demostrando su hermoso color rojo.

-Valentine tiene el mismo color de ojos-susurro inconscientemente.

Camino hacia la puerta trasera de esta pequeña cabaña. Al no ver a Valentine reviso por la habitación principal, la cocina, el baño e incluso afuera por el alrededor.

Suspiro malhumorado.

-Se me ha vuelto a escapar.

El plan de escape del hermano menorWhere stories live. Discover now