Chapter 59

134 14 2
                                    

Transportó mi cuerpo lejos de el.

-Dejame terminar de vestirme primero.

No puedo corresponder a sus sentimientos, pero tampoco deseo que me obligué a estar con el.

Me gusta Xion, sin embargo eso no significa que esté enamorado.

Es como si fuera un gran amigo, casi un hermano mayor.

Cojo el pantalón de tela beige, junto al suéter blanco de Asmodeo, tiene cuello alto, no me dará frío.

Incluso si no coloco una polera por debajo.

Termino de ponerme mis zapatos beige, aún con su mirada pendiente a lo que hago.

-¿Te gusta ese tipo?-pregunta.

-Si-respondo.

-¿El te ama?

-No es una relación de amor, solo me gusta su apariencia y algunas cosas que hace, no significa que este enamorado.

-¿Y que hay de mi? ¿No me amas?

Carajo.

-Xion, eres agradable y respetuoso, pero no te amo, mi corazón no te ve como algo más.

Autch, eso me dolió hasta a mí.

-¿Y a el? ¿Lo ves como algo más?

¿Que? No, Asmodeo y yo...

Ah...

-No, solo compartimos necesidades.

Quita esa idea Valentine.

No estás enamorado.

Solo es atracción.

-No me confundas Xion, mi mente me hace pensar cosas que no son.

-¿Sabes lo que hizo en el otro mundo?

¿Mm?

-Te buscó por todas partes, e incluso llegó hasta casi matar al sacerdote por haberte desaparecido. También dejó a Jonas a cargo del puesto de Emperador. Y reveló que no eras solo un hermano para el frente a los nobles.

Joder Asmodeo...

-Suele descontrolarse-sonrío restándole importancia.

-Su Alteza, sufrirá a su lado.

-Te equivocas...

-Y más si no se da cuenta de sus sentimientos por el.

Lo veo acercarse a la ventana.

-Me alegro que esté bien, se ve mas feliz y más sano.

-Xion lo que dices...

El corta mis palabras antes de irse.

-Solo, fíjese, Su Alteza.

...

Las palabras del moreno siguen tocando partes sensibles de mi cabeza, tanto que ya me duele pensar en mis sentimientos por el Demonio.

Por una parte se que Asmodeo me gusta, tanto su físico como las palabras estúpidas y acciones tiernas que tiene de la nada.

¿Pero es real? ¿O solo será actuación?

Ya me engañó una vez.

Además si me pongo a pensar en que estoy enamorado de el, mi mente hace un corto circuito y deja de funcionar.

-No estoy enamorado-aseguro.

La exquisita comida se pone frente a mí, yo miro a la persona responsable de ella.

-¿De quién no estás enamorado?- pregunta el cabeza de cebolla morada.

Sonrío, le queda bien.

-No como comida echa por otras personas.

-¿Solo las de tu hermano mayor?

-Exacto.

-¿Y dónde está el? Ayer se veía muy sobreprotector-sus ojos fríos me demuestran el odio que le tiene-te protege bien.

-Salió.

-¿Y no te dejó comida?-se sienta en la mesa, a un lado del plato-es un mal hermano.

Recojo el tenedor, supongo que comeré la comida de este imbécil, y si llega a estar envenenada, podré sacarlo del palacio Imperial.

Pero antes de que pudiera tocar el plato, Henry lo tira fuertemente al piso.

-Puedes comer en el suelo.

Le miro fríamente.

Quiero sacarle los ojos con el tenedor en mi mano.

¿Podría salir impune?

-O podrías ser mi juguete y te daría regalos todos los días.

Me lanzó encima de Henry, apretando su hombro en la mesa, y dejando el tenedor a unos centímetros de sus ojos rojizos.

-No soy una persona paciente Henry De Florian.

Mi vista se dirige hacía su oreja.

-¿Tienes hambre?-pregunta en forma de burla.

Acerco mi boca hacia su oreja derecha, el se paraliza diciéndome que me detenga. Me sigo acercando hasta ver la cicatriz detrás de su oreja.

No es el hijo de Flolix.

Es su hermano, y eso es peor.

Si el desea quedarse con el trono lo podría hacer de inmediato.

¿Pero por qué se está haciendo pasar por el hijo del Emperador?

Henry sujeta mis ropas, y con fuerza cambiamos de posición en aquella mesa lujosa, sus manos toman de inmediato el tenedor tirandolo lejos de mi.

-Bastardo loco, solo estaba bromeando-susurra.

Ni siquiera han pasado dos días, y aun tengo que aguantar 28 días más a su lado.

No sé cómo lo haré pero... necesito que Flolix vuelva.

Los ojos rojizos de Henry observan mi cuerpo, quizás buscando algun arma oculta. Su mirada se detiene en mi pecho, y con las mejillas rojas me suelta diciéndome que me largue y que cambie el suéter horrible que traigo puesto.

Tch, horrible su abuela.

Sigo mi camino hacia la habitación vacía del Emperador, supongo que iré a molestar al mocoso de los libros e ir a ver la piedra misteriosa.

Al entrar cierro la habitación con seguro.

Podría haberme dicho que volvería con un festín.

-Lo siento, tuve algo que hacer y me demoré.

Voy directo al grano, necesito sacarme estás preguntas e ideas locas de mi mente.

-Oye Demonio, ¿Te gustó?

El toca sus comisuras sonrientes, mi corazón late y mi boca suelta una sola palabra.

-Mierda.

Creo...que el que está enamorado aquí...

Soy yo.

El plan de escape del hermano menorWhere stories live. Discover now