Bueno, no es que su relación con el clan sea tan mala, es solo... son viejos cascarrabias, sobre todo los viejos de la época del dinosaurio Madara, que seguían tan belicosos como siempre y creían que aun eran jóvenes como para dar ordenes a todo el mundo como si aun tuvieran el poder de hacer algo -chupa pollas de Madara, cof, cof-.

Por favor, esos bastardos estaban a un pie de la tumba, que se dejen de joder ya.

Obito estaba un 80% seguro de que Fugaku deseó matarlos al menos tres veces, pero no lo hizo por mantener la cara.

Pobre de su líder de clan, le da un poco de pena... tener que soportar a viejos fósiles y tener tanto papeleo y problemas con el clan solo porque los Uchiha son unas reinas del drama, el pobre hombre ni siquiera puede acostarse con su esposa cuando tiene dos mocosos a su alrededor.

Obito rio ligeramente, divertido ante la idea de que Fugaku sea tan gruñón porque está reprimido.

Si Fugaku escuchara los pensamientos de Obito, no dudaría en mostrar su Mangekyo y luchar a muerte con el cabrón irrespetuoso.

Jin se sintió un poco nerviosa mientras las maquillistas que contrató su padre se encargaban de acentuar aun más sus bonitos rasgos. El Kimono que estaba usando era muy, muy pesado, principalmente porque tenía muchas capas, después de todo, debajo de su kimono rojo, tiene el shirakumo (Kimono de seda blanca), pero no lo suficiente como para hacerla sentir incómoda, después de todo, Jin acostumbrada a mucho más peso.

—¿Nerviosa? —preguntó Obito besando suavemente el dorso de su mano, haciéndola sonrojar bellamente mientras apartaba la mirada tímidamente.

—Un poco... —murmuró Jin y apretó suavemente la mano del Uchiha.

A diferencia de las bodas occidentales a las que estaba acostumbrada por las películas y series, en donde ver a la novia antes de la boda era considerado mala suerte, en este entorno shinobi más feudalista japonés, era tradición que el novio y la novia compartieran en una misma cámara nupcial antes y después de la boda.

—Todo estará bien —Obito le sonrió suavemente y Jin se sonrojó aún más.

—S-si... —Jin miró tímidamente a Obito y sonrió ligeramente—. T-te ves muy guapo así... —murmuró avergonzada y Obito se sonrojó suavemente.

—Tú también te ves demasiado bonita, como una preciosa muñequita. Claro, siempre te ves hermosa, después de todo, eres muy bonita y amable, y perfecta y te amo mucho, pero hoy... hoy te ves... deslumbrante —balbuceó Obito mientras apartaba la mirada avergonzado.

Los maquillistas casi tuvieron que aguantarse la risa al ver a esta pareja, parecían dos tortolitos enamorados que no sabían ni tomarse de las manos sin morirse en el intento.

—¿Vamos, mi preciosa flor de lirio? —preguntó suavemente Obito y Jin se sonrojó mientras tomaba su mano y asentía tímidamente como una colegiala enamorada frente a su primer amor.

Lo primero que hicieron después de salir de la habitación, fue posar para el fotógrafo, el cual les tomó unas cuantas fotos fuera de la habitación, después de eso, continuaron por el pasillo lentamente, dando pasos cortos y pausados con el sonido rítmico de los Zori de vinilo.

Afuera estaba lloviendo, lo cual en una boda occidental probablemente hubiera sido algo malo, pero en este mundo predominado por la cultura nipona, que lloviera era señal de buen augurio, algo muy positivo ya que la lluvia endurece el suelo, lo que solidifica la relación.

Antes de salir a la ligera lluvia, nuevamente les tomaron unas fotos como pareja.

El camino hacia el templo de la diosa Amaterasu no fue ni corto ni largo, un tiempo perfecto para que los nervios de los novios se calmen con las bellas vistas del paisaje a su alrededor. Siguiendo las tradiciones, ambos enamorados estaban frente a sus familiares e invitados.

So Simp [Yandere! Uchiha Obito]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora