12.- Bienvenida al Clan

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Durante la guerra habían surgido mitos y leyendas.
Una de ellas iba sobre una vieja bruja que vivía en el bosque, algunos ninjas juraban que era una diosa curandera y que su misión en el plano terrenal era cuidar a los ninjas durante las peleas.
Pero no, era una ninja solitaria que se había especializado en curación y que había muerto al menos hace cincuenta años, su cabaña había sido abandonada y era la misma que ocupaban Inoyumi y Madara para encontrarse pero eso sólo lo sabían ambos y en ése momento la ventaja que necesitaban.

Inoyumi era un ninja médico, la mejor de su clan y entre lo Uchiha no había nadie tan bueno como ella.
Así que arriesgando su vida y su familia, decidió llevarla hasta los territorios Uchiha para que intentara salvar a Izuna.
Nadie cuestionó la presencia de la mujer que acompañaba a su líder, llevaba el cabello y rostro cubiertos dejando ver sólo sus ojos, ante todos se presentó cómo la bruja o diosa curandera del bosque.

— ¿Por qué la trajiste aquí? —tosió Izuna con sólo verlo sabía que estaba agonizando.

— Voy a ayudarte. —la voz de Inoyumi era firme, igual que siempre. Pero sus manos temblaban, Madara había jurado protegerla con su vida de ser necesario pero eso no le quitaba el temor, estaba en territorio enemigo y si alguien se daba cuenta de lo qué estaba pasando, quién sabe qué harían. Pero aún con las manos temblando comenzó con las curaciones.

— Eres un traidor.

—- No soy ningún traidor. Yumi es buena, es médico y me quiere, ella jamás va a exponerme.

— Sigue siendo una enemiga.

— Izuna, yo quisiera que esto acabara, que todo fuera diferente. Yo no quiero ser tu enemiga.

— Já, no, quieres ser mi cuñada. Jamás te creí tan estúpido, Madara. Yo te admiraba y mira lo que has hecho.

— Jamás entregaría la ubicación de su territorio.  —Inoyumi suspiró— Izuna, Madara, debieron traerme antes, ni siquiera el mismo Hashirama podrá hacer algo.

— Acaba conmigo. —Izuna tosió llenándole el rostro de sangre— Si de verdad eres tan buena y benevolente cómo dice mi hermano, acaba con mi sufrimiento.

Cuando la sangre salpicó su rostro fue inevitable no pensar en Inojin. Cuánta falta le hacía.
Miró a Madara que asintió tristemente, en este punto de la guerra él había comprendido el ciclo de la vida y de alguna forma entendía que Izuna tenía que partir.

— Les daré un momento para despedirse. —de la bolsa que llevaba atada en la pierna sacó una píldora y se la dio— Esto va calmar tus dolores mientras... No vas a sufrir. —salió de la habitación volviendo a cubrir su rostro y cabello.

— ¿Él mejorará? —preguntó una mujer uno o dos años menor que ella, probablemente de la edad de Izuna.

— No. Lo siento mucho.

— Entiendo. —apretó los labios y miró al techo tratando de aguantar el llanto— ¿Puedo verlo?

— Pregúntaselo a Madara cuándo salga.

— Gracias. —se limitó a sonreírle— ¿De verdad eres una Diosa en su forma humana?

— O tal vez una bruja. —otros dos hombres entraron por el pasillo tras ella.

— Sólo soy una ninja especializada en ninjtsu médico.

— ¿Y por qué nos ayudas si eres ninja?

— Porque no estoy involucrada en la guerra.

Los cuatro intercambiaron miradas, había algo en todo ese ambiente que no le gustaba. No sólo el hecho de que si Madara decidía no dejarla ir se quedaría ahí. Esos dos la miraban cómo si supieran quién era.

Palabras mudas. ||Tobirama Senju||Madara Uchiha|| xOc femaleحيث تعيش القصص. اكتشف الآن