10.- ¡Tobirama confiesa la verdad!

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Tobirama acababa de ser juzgado y declarado como inocente. No sabían cómo explicarlo, pero era inocente, y las habilidades de el Clan Yamanaka no fallaban. Tobirama era inocente y no sabían cómo explicarlo.
Tal vez no había nada que explicar.

Pero Inoyumi no podía perdonarlo, la imagen de Inojin siendo atravesado por su mejor amigo nadie se la podía sacar de la cabeza.

— Inoyumi, espera. —Ino la tomó de la mano a lo que su hermana se sacó con brutalidad— Tobirama es inocente, tienes que calmarte.

— ¿Calmarme? No. Accidente o no, —Tobirama apareció por el pasillo de dónde venían, claramente venía corriendo tras ellas pues su pecho subía y bajaba de manera agitada— él —clavo su mirada en Tobirama— es el asesino y único responsable de la muerte de mi hermanito.

— Yo lo perdoné. Inojin también era mi hermano, era mi gemelo, mi compañero desde antes de nacer, ¿puedes imaginarte cómo me siento?

— Inojin era mi confidente, él confiaba en mí por muy malas que fueran mis decisiones. Y no, eres tú la que no me entiende. He compartido la mitad de mi vida con Tobirama, hemos crecido juntos, hemos hecho un montón de cosas juntos, él me cuidaba la espalda al dormir. ¿Cómo se supone qué voy a confiar en ti nuevamente? —preguntó al borde del llanto y siguió corriendo a su habitación, puso seguro y se marchó esperando encontrar a Madara en la cabaña.

— No puede hacerte esto, no me puede hacer esto. —gruñó Ino y antes de ir a buscar a su hermana, Tobirama la envolvió en un abrazo y la pequeña se soltó a llorar— Soy su hermana, la única que le queda, ¿por qué me aparta de esa manera?¿Por qué no entiende qué yo también estoy sufriendo y la necesito?

— Inoyumi siempre está envuelta de misterios, dale tiempo. —habló contra su cabello— Gracias, por confiar en mí. Por perdonarme.

— Yo sé bien qué fue un accidente, lo dijo Inojin.

— Ella no va a querer escucharte.

— Sólo dale tiempo al tiempo. Ella va a entender y tú también, sé lo que es perder a un hermano. Pero te juro, a ambas les juro que esto no se va a quedar así.

Mientras tanto, Inoyumi daba vueltas de un lado a otro en la cabaña. Ya era tarde y Madara aún no llegaba, tal vez él seguía en el valle, peleando y no podría ir.
La puerta se abrió dejando ver a la persona que amaba, apenas se vieron corrieron uno al otro, sus brazos la sujetaron mientras sus piernas temblaban.

— Me quiero morir, Madara. Te juro que me quiero morir.

— No digas eso, por favor tú no. Te necesito. —las piernas de Inoyumi flaquearon y de no ser por que la tenía abrazada, hubiera caído— Ven, vamos a acostarnos.

La llevó en brazos hasta el futon, Inoyumi se veía más pálida que de costumbre. No llevaba los ojos maquillados cómo siempre lo hacía y su cabello estaba amarrado en una coleta, el negro la hacía ver simplemente lúgubre.

— Ellos lo perdonaron, todos perdonaron a Tobirama, fue declarado inocente. No entiendo cómo, Madara, tú estabas ahí, lo viste todo. ¿Fue él?

— Inoyumi, lo que te diga no vas a poder usarlo en su contra, no podrás decir que yo lo vi.

— Sólo dime, sí o no. ¿Fue un accidente? ¡Respóndeme Madara!

— Fue Tobirama, no sé con qué fin lo hizo, pero no fue un accidente.

— Yo sabía que Inojin e Ino no debían ir a la guerra. Intenté impedirlo pero no pude. No pude, no pude. —sollozó acostada sobre su pecho, él también iba de negro acompañándola en su luto.

Palabras mudas. ||Tobirama Senju||Madara Uchiha|| xOc femaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora