04.- Promesas vacías

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Después de un largo tiempo en el campo de batalla, por fin volverían a casa, Inoyumi estaba exhausta, todos lo estaban.

— Nos separamos aquí. —Tobirama se detuvo— En verdad quiero descansar.

— Y tienes que hacerlo. —acarició su mejilla pasando los dedos suavemente por una bandita— Gracias por creer en mis estrategias. —quitó su mano.

— A ti por confiar en mí. —le sonrió.

— ¿Cuándo se confiesan su amor? —Shikarai, Hashirama y Chōhiro los miraban atentos.

— Shikarai, no es momento de bromas. —dijo ella— Una de mal gusto, por cierto.

— Vámonos. —ordenó Butusuma y toda su gente comenzó a retirarse.

— Nos vemos pronto, supongo. —se despidió Tobirama.

— Sí, supongo. —se despidió con un movimiento de mano— Adiós Hashirama.

Inoyumi dió la vuelta siguiendo a su padre y la gente de su alianza con Chōhiro y Shikarai siguiéndole el paso.

— ¿Ya nos vas a contar? —Chōhiro al igual que Shikarai estaba enterado de él misterioso amor de Inoyumi.

— Es el enemigo. —susurró— Nos encontramos en el campo.

— ¿Qué? Ino, no puedes seguir viéndote con él.

— Inoyumi, escúchame bien. —Chōhiro la tomó por los hombros— No puedes volver a verlo. ¿Quién es?

— Eso ya no importa. Lo que sí me importa es mi Clan, mi gente, la alianza. Verlo de nuevo es firmar una condena para todos.

Siguieron el camino en silencio, estaba profundamente triste y con el corazón roto. No podía terminar de asimilar que su corta historia con Madara que había sentido tan real era sólo un triste recuerdo.
Al llegar a casa sus hermanos saltaron sobre ella para abrazarla.

— ¡Te extrañamos mucho! —se quejó su hermano Inojin.

— Sí, demasiado. Nos aburrimos mucho sin ti. —añadió su hermana Ino.

— Todos los días me levanté con el alma en un hilo, me daba miedo que alguno de los dos no volviera. —su madre corrió a abrazar a su padre.

— Siempre vamos a volver.

— ¿Quieren comer algo o prefieren descansar?

— ¡Qué primero se bañen! —se quejó Ino— Yumi huele asqueroso.

— ¡Ah!, ¿si? ¿Crees qué apesto? —la tomó de la cabeza y la pegó a su axila, ambas hermanas empezaron a pelear juguetonas.

— ¡Inoyumi eres asquerosa! —exclamó entre risas cuándo por fin logró safarse con ayuda de Inojin.

— Así jamás vas a conseguir novio. —le reprochó el otro. Novio, esa palabra le hizo pequeño el corazón.

— Madre, ¿podemos comer primero? —su mamá miró a su padre esperando que él decidiera, hizo un puchero y juntó ambas manos pidiendo que cediera.

— Bien, vamos a comer primero.

— ¡Padre! —se quejaron los gemelos— Yumi de verdad huele mal.

— Oye niña, estuve mucho tiempo sin probar la comida de mamá y sin un verdadero baño, de hecho, me estuve limpiando en el río, podría ser peor.

— Cuándo yo vaya al campo me llevaré jabón para no estar apestosa cómo tú.

— Ojalá que esto acabe antes de que vayan.

Los cinco pasaron al comedor mientras una chica de la rama secundaria les ponía la mesa, su madre y hermanos estaban atentos a lo que contaba su padre, pero ella estaba concentrada en el delicioso ramen que había preparado su madre y en sus pensamientos sobre Madara.
Inojin chasqueó los dedos frente a sus ojos para sacarla del trance.

Palabras mudas. ||Tobirama Senju||Madara Uchiha|| xOc femaleWhere stories live. Discover now