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El año pasó volando y el tratamiento también, aunque postergaron el tratamiento ya que el stress es un factor en contra, y con al ajetreo de la carrera de Sam y su poco descanso solo iban a perder embriones prácticamente. Decidieron congelar los óvulos de Atenea para poder usarlos en el futuro y al momento de que el tratamiento en Samantha sea viable, implantarles los óvulos.

—¿Cuándo vienes? —le pregunta Atenea por teléfono a su esposa.

—En dos días ya estoy de regreso.

—Tricia está embarazada, nos dió la noticia ayer —Sam hace un silencio a través de la línea—. Bueno te dejo que...

—Me gustaría que veamos la posibilidad de hacer un retiro espiritual cuándo vuelva o que empezáramos terapia de pareja.

—¿Otro retiro? Estoy cansada de estar rodeada de tanta persona vibrando alto.

—Una compañera me recomendó un terapeuta que...

—Lo que este matrimonio necesita, es que sus esposas estén en el mismo espacio físico al menos por más de 6 meses juntas ¿No te parece? Me prometiste hace 3 meses, que te quedarías con el trabajo del hospital mientras abrían la clínica con tus colegas. Estoy cansada Samantha.

—Lo hablamos cuándo esté en casa, este no es un buen momento.

—Nunca lo es —le corta, el teléfono suena y ve llegar a Julia—. Hola.

—¿A qué se debe tu buen humor? —ironía— ¿Tu esposa de nuevo? —Atenea asiente con un mal gesto— tal vez nos veamos más seguido vendré a abrir una filial nueva aquí que manejará mientras tanto el inútil de Max, hasta que capacite a alguien.

—Genial. Un amigo me está insistiendo en que dé cátedra de una materia en la universidad, pero no quiero ser profesora de unos mocosos ¿Tricia viene?

—Dijo que estaba atrasada y que vamos comiendo.

Ordenan y al momento que llega la comida a la mesa llega Tricia con una gran sonrisa en el rostro mostrándoles una ecografía, que toma Atenea y sonríe.

—Un varón —dice la diosa griega y Julia solo ve una mancha en tonos de grises y negros— te felicito Trish —se paran y la abrazan.

Tricia y James habían querido esperar los tres meses reglamentarios en el que el bebé de pega al útero antes de dar la noticia y cómo sus amigas llevan vidas ocupadas no se extrañaron por no verse en dos meses, ahora Tricia de 4 meses tiene una pancita notable que no puede ocultar tanto en una video llamada o en persona.

—Entonces Luke viene en camino.

—Sí, James está feliz, bueno yo también aunque quería fuera una nena, siempre quise una hija para vestirla cómo una muñequita, ir de compras juntas y que seamos madre e hija para todos lados.

—Tranquila todavía puedes tener una hija, recuerda que tienes que tener los hijos que yo no tendré.

—Y al paso que voy, yo tampoco tendré —dice Atenea y da un trago a su copa de vino.

—Ya te llegará el momento Atenea —Tricia le da la mano—. Aparte aún eres joven, somos jóvenes.

<<Pero no me hago más joven>>

—Pide algo de comer y luego pedimos un café o el postre —dice Julia—. Atenea tal vez sea profesora en la universidad —Tricia la mira sorprendida.

—No, no lo seré, pero un amigo está insistente con que de una cátedra, porqué el año que viene la profesora Cole tal vez se jubile. No me veo siendo profesora de unos mocosos, lo mío no es la enseñanza.

Las voltea heterosWhere stories live. Discover now