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Oficialmente Sam y Atenea llevan saliendo un año, finalmente la rubia se mudó al departamento de la diosa griega y Julia vuelve a la universidad, mira con nostalgia el campus y los lugares dónde alguna vez estuvo con Emma. Tricia haciendo todo lo posible, logró cambiar su habitación por otra del complejo con tal de que Julia no se sintiera mal.

—¿Lista? —le pregunta Julia a Tricia parada en la puerta de la habitación.

Ve a su compañera muy diferente a Emma, tiene la piel oscura, rastas y está de novia, su novio está ayudándola a desempacar.

—Lista ¿Cómo te sientes?

—Trish, estoy bien.

Atenea las encuentra afuera con Sam de la mano y ambas le sonríen a las amigas, se juntaron todas para apoyar la vuelta de Julia a la universidad.

Julia se está tomando un tiempo del amor y aunque desde que las mujeres se enteraron que ella ha vuelto a la universidad soltera, no han dejado de buscarla pero ella no quiere nada con nadie. Su hermano termina la universidad este año pero se mantiene alejado de ella.

—¿Vamos? —Atenea cae al bar a buscar a Julia, pero ella se niega a irse— Julia.

—Listo era el último —le dice borracha y balbuceando.

La lleva a su departamento y la ayuda a subir, Julia vómita el suelo, Atenea corre por el tacho que deja a mano, ya que es la 5ta vez en el mes que cae a buscarla a algún bar de mala muerte. Le sostiene cabello y la ayuda a pararse mientras la lleva a la ducha para abrir el agua y sacarle la ropa, dejándola en ropa interior, tienen que parar varias veces por el vómito que tira en el suelo y al inodoro, cuándo aparentemente se vacío el estómago la termina de bañar y la lleva a acostarse dejando que se saque la ropa mojada, por una camiseta para dormir.

—Vete ya estoy bien.

—Bien no es el término que yo usaría, pero lo hablaremos mañana —se acuesta a su lado y la tapa.

Julia se queda dormida y ella le avisa a Sam que no llegará a dormir. A la mañana siguiente Julia amanece con tremenda resaca, dolor de estómago y siente los dientes muy sensibles, el vómito y ácido estomacal de ayer le quitó todo el esmalte de los dientes. Despierta y Atenea le da una pastilla para el dolor de cabeza y agua a temperatura ambiente.

—¿A qué hora llegaste?

—Te traje anoche borracha y me quedé a dormir, levántate, vístete y te espero en la cocina en 20 minutos, no hagas que venga a buscarte.

Julia se levanta a hacer pis, ve su baño bastante sucio, por mucho que sea su amiga, la diosa olímpica no iba a limpiar su porquería, va a hacer pis al otro baño y escucha voces en la cocina, al asomarse ve a las tres mujeres que conoce muy bien, Tricia con el ceño fruncido, Sam y Atenea a su lado.

—Sientate —le ordena Tricia con voz autoritaria y ella toma asiento—. No puedes seguir así Julia.

—No tengo 17 años Patricia, soy una adulta y lo que haga con mi vida es problema mío.

—¿Quieres ser una alcohólica o terminar de atrofiar tu hígado y dejarlo inviable? Porqué si es así, ya mismo les llamo a tus abuelos y compren un ataúd. Hay formas más gentiles de morir Julia —la castaña desvía la mirada y la de rulos toma distancia algo agitada— ¿Cuánto tiempo más piensas castigarte así? ¡RESPONDE MOORE!

—Es mi culpa lo que les pasó, no las cuidé lo suficiente —lagrimas se le escapan.

—Julia...

—Ya no sé cómo lidiar con el dolor y la culpa, siento que no puedo más Tricia.

Las voltea heterosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora