Placeres y Venganza © *EN EDICIÓN*

XVIII

Al día siguiente, veía como Bart no paraba de hablar de Derek, quien al parecer se había acostado con él. Sarah y yo estábamos sonriéndole mientras Bart nos contaba lo dulce que era Derek con él. De cómo lo había besado y tocado, me alegraba mucho que por fin Bart había encontrado a alguien que lo deje hablar un montón.

—Estás muy hablador—dice Sarah con una sonrisa mientras mira a Bart—Chicos, debo de irme a buscar algo en tu apartamento—dice Sarah mientras se levanta de la silla mientras Bart y yo nos quedamos sentados en aquel bar.

—Bien, no te preocupes. Te esperamos aquí Sarah. No tardes mucho—dice Bart sonriéndonos. Vimos como Sarah se va con una sonrisa puesta. Mi celular comienza a sonar, por lo que contesto de inmediato y veo que era Emily quien había llamado.

—Hola, Jess. Quería avisarte de que Eddy está de camino hacia tu apartamento para entregarte la invitación de mi boda—dice emocionada. Oh, pero no estoy en mi apartamento.

—Ahora mismo no estoy en mi apartamento, Emily. Pero Sarah, mi mejor amiga estará allá, ella lo recibirá por mí—digo mirando a Bart, quien estaba bebiendo de más por la felicidad, sonrió queriendo detenerlo para no andar con alguien que se encuentre ebrio.

—Creo que Derek es el hombre perfecto para mí—dice Bart al verme colgar.

—Ya me lo has dicho más de una vez—le digo sonriendo—Bar... ¿no temes del asesino que anda suelto? ¿Y si nos hace daño? ¿y si lastima a las personas que me rodea?

—Deberías de estar tranquila. Ed está trabajando en eso.

❝Entré lentamente al apartamento de Jessi, hoy era el día, en estos momentos. Por fin. Por fin Jessi verá quien soy, por fin Jessi estará a mi lado e iniciar mi principal venganza. Camino por la sala de estar y cuando estaba a punto de entrar a su habitación me encuentro con algo desagradable. Sarah estaba allí parada mirándome sorprendida... no era Jessi, sino Sarah. Maldita sea.

—¿Qué haces aquí D...?—fue interrumpida al ver como estaba vestido.

—¿Qué haces tú aquí? No entiendo por qué diablos estás en este lugar. Vine a buscar a Jess, pero me doy cuenta de que eras tú y ahora has arruinado todos mis planes. Mierda—digo entre dientes con una evidente rabia interina.

—Llamaré a la policía—ella iba a corres hacia la habitación, entonces corrí hacia ella y llegué a tirarla por el pelo haciendo que ella callera al suelo, me puse arriba de ella. Pero entonces siento un tremendo dolor al sentir sus uñas en mi pecho... maldita gata.

Ella me empuja haciendo que me callera y me golpeara la cabeza con la pared. Ella iba a salir del apartamento, pero me levanté de prisa y la volví a tirar del pelo. Ella se acerca a mí y pega su boca en mi cuello dándome una mordida que verdaderamente debo de reconocer que me ha dolido dejándome escapar una maldición.

—Maldita perra. Quieta ya—digo despegándola de mí, me subo por derriba de ella y llevo mis manos a su cuello.

—¿Eres tú el asesino? ¿verdad? —preguntó aterrada.

—Cállate y muere—digo apretando su cuello con mis manos para asfixiarla.

—Sabía que tenías algo raro, nunca había confiado en ti porque eres un idiota, Jessi confió en ti. Te abrió las puertas a su casa y mira lo que haces—dice llorando con rabia mientras cerraba los ojos con fuerza.

—¡No quiero matarte! ¡no quiero matar a nadie más! Maldita sea y ahora estás aquí y tengo que hacerlo—digo para finalmente asfixiarla con todas mis fuerzas haciendo que lo ultimo que viera antes de morir fuera mi rostro llevándose la verdad.