Siete vampiros...
Una cazadora...
La muerte de un ser amado...
Jinx esta acostumbrada a romper las reglas, a seguir su camino según su creencia. Fuerte capaz de valerse por su propia cuenta.
Jinx se acaba de mudar al pueblo más introvertido que ha...
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- Señorita Parker - Una voz masculina atrajo mi atención. Alcé la mirada para ver quien era, ya que no pude reconocer la voz de inmediato.
El profesor de Chul me observaba desde el otro lado de la mesa. Me extrañaba que se acercara a saludarme, porque casi nunca lo hacía. Estaba muy arregaldo, muy bien vestido para un día normal de clases. Casi siempre se recogía por completo el cabello, pero en esta ocasión lo peino de maenera diferente, tanto que se veía un poco más jovial, se había dejado crecer un poco la barba, eso lo hacía verse muy atractivo, el claro de sus ojos eran cubiertos por aquellas gafas que usaba para leer. Sin duda era uno de los profesores más guapos de este lugar.
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- Profesor Chul -. Respondí a su saludo.
- ¿Se pone al corriente? - cuestionó al ver que tenía abierto el libro de Álgebra.
- Sí.
- No había tenido oportunidad de acercarme a usted y ofrecerle mi más sincero pésame. Lamento mucho lo de su hermana y su padre -. Llevaba un portafolio de color camel que puso de inmediato en la mesa para descansar los brazos.
- Le agradezco mucho Profesor -. Dejé a un lado la pluma y lo mire un tanto extrañada por la situación. Debo admitir que me sentí un tanto incomoda.
Nos observamos un par de segundos que sentí como si fueran minutos, su expresión un tanto seria me intimidaba, era como una corriente eléctrica invadiendo mi cuerpo, como un balde de agua helada recorriendo mi piel, un escalofrío muy extraño me sacudió involuntariamente.
Esbozo un sonrisa, pero lejos de ser un sonrisa calida, más bien parecía una sonrisa malévola. Fingí sonreír y cuando más incomoda estaba una voz chillona nos hizo girar en dirección a la puerta de la biblioteca.
- Hola que tal... - La chica de cabello rubio, danzaba de un lado a otro con una rosa en las manos. Algunos la intentaron callar, sin embargo ella siguió caminando en dirección a la mesa donde yo estaba.
