Capítulo 16: Tensiones en el Horizonte

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"A veces, incluso las noticias más simples pueden ocultar complicaciones inesperadas."

En una tranquila mañana al desayuno en la mesa, la tía de Belén compartió una noticia que llenó la habitación de tensión. "Chicas, quería informarles que mi esposo regresará hoy de su viaje de negocios", anunció con un tono de aprehensión en su voz.

Las hermanas intercambiaron miradas preocupadas, conscientes de las complicaciones que la presencia del esposo de su tía podía traer. Sabían que él no tenía una relación cercana con ellas y que, en el pasado, había mostrado un claro desagrado hacia ellas.

"¿Ya viene hoy?", preguntó Belén con cautela, sintiendo un nudo en el estómago ante la idea de enfrentarse nuevamente al esposo de su tía.

La tía asintió con solemnidad. "Sí, lo hace", respondió. "Espero que podamos tener una visita tranquila y sin problemas".

Las chicas asintieron en silencio, aunque sabían que las tensiones podrían surgir en cualquier momento. Después del desayuno, cada una se preparó para ir a sus respectivos trabajos, conscientes de que el regreso del esposo de su tía podía traer consigo un aire de tensión y conflicto.

El bullicio del hospital envolvía a Belén mientras caminaba por los pasillos, concentrada en sus tareas del día. Sin embargo, en lo más profundo de su mente, el pensamiento de enfrentarse al esposo de su tía le provocaba una sensación de malestar. ¿Cómo podía lidiar con alguien que claramente no las aceptaba a ella y a sus hermanas?

Fue entonces cuando vio a Félix entre la multitud de personal médico, y una sensación de alivio la invadió. Félix, con su presencia reconfortante y su sonrisa cálida, era un faro de esperanza en medio de sus preocupaciones.

"Félix", lo llamó suavemente, acercándose a él con determinación. "¿Podemos hablar un momento?"

Félix la miró con curiosidad, notando la seriedad en su expresión. "Por supuesto, Belén", respondió con amabilidad. "¿Qué pasa?"

Belén respiró profundamente, reuniendo el coraje para expresar sus sentimientos. "Quiero preguntarte si podríamos salir esta noche después del trabajo", comenzó, eligiendo sus palabras con cuidado. "A las siete, cuando terminemos aquí".

Félix la miró con sorpresa, pero luego una sonrisa se extendió por su rostro. "Por supuesto", respondió con entusiasmo. "Me encantaría pasar tiempo contigo, Belén".

El alivio inundó a Belén mientras asentía con gratitud. Sabía que pasar la noche con Félix sería un refugio seguro contra las tensiones que le esperaban en casa. Juntos, podrían escapar temporalmente de las preocupaciones del mundo exterior y sumergirse en la alegría de su compañía mutua.

Con la promesa de una noche juntos para sostenerla, Belén regresó a sus tareas en el hospital, sintiéndose más ligera y esperanzada que antes. Sabía que, sin importar lo que el resto del día le deparara, tenía a Félix a su lado, listo para brindarle apoyo y consuelo cuando más lo necesitara.

Mientras Belén se preparaba para abordar su situación en el hospital, su hermana Eva también enfrentaba sus propios desafíos en la escuela donde trabajaba. Con determinación en su paso, se dirigió hacia el aula de Pablo, con quien había planeado tener una conversación importante.

Al entrar al aula, encontró a Pablo ocupado corrigiendo exámenes y preparando sus lecciones. Con una sonrisa amable, lo saludó y esperó a que encontrara un momento para hablar.

"Pablo", lo llamó con voz suave, captando su atención entre la pila de papeles. "¿Tienes un momento para hablar?"

Pablo levantó la vista, sorprendido pero complacido de ver a Eva. "¡Por supuesto, Eva! ¿Qué pasa?"

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