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Estaba impactada a decir verdad por la presencia de Kotku que llevaba el poco tiempo de haber entrado al salón mirándome como si fuera una alimaña aunque no me iba a dejar intimidar, ella no tenía derecho sobre Boris

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Estaba impactada a decir verdad por la presencia de Kotku que llevaba el poco tiempo de haber entrado al salón mirándome como si fuera una alimaña aunque no me iba a dejar intimidar, ella no tenía derecho sobre Boris.

Ella avanzó por la fila de lugares buscando uno libre lo más cercano posible a Boris, pero para su mala suerte no había ninguno así que tuvo que conformarse con sentarse casi al frente del salón.

Durante toda la clase se la pasó girandose a verme como si le debiera algo lo que me desesperaba, ella no era nada de Boris y me parecía increíble que literalmente le prestará atención a nuestras manos como si él no tuviera derecho de tener pareja.

Al acabarse la clase Boris arrojó sus cosas a su maleta y me tomó de la mano a penas dejándome guardar lo mío para salir del salón a pasó rápido.

Lo escuchaba maldecir entre dientes sin siquiera girarse a verme, no sabía si estaba molesto, impactado, impotente o consternado.

—Boris —lo llamé ya que su agarré se estaba apretando demasiado al rededor de mi muñeca y me comenzaba a doler—. Boris.

Se detuvo dándose la vuelta para verme. Me acerqué a él subiendo una mano a su mejilla y después lo abracé, él me había contado lo que había pasado con ella y la verdad entendía que estuviera tan exaltado.

—Pasaron cuatro años krasivyy —susurró y asentí, lo sabía.

—Pero no dejes que te afecte —pedí y lo miré subiendo la cabeza—. Boris, ella no tiene poder sobre ti, no dejes que eso parezca.

—¿Sabes lo increíble que es saber que te tengo a ti? —habló para después dejar un corto beso sobre mis labios haciéndome sonreír—. Te veo afuera, voy al baño.

—Sí, está bien —Asentí y después lo besé durante algunos segundos para luego salir de la escuela y esperarlo en la entrada.

Boris Pavlikovsky

Al entrar al baño abrí la llave y me lavé la cara, Sun-hee tenía razón. Yo no le debía nada a Kotku, yo no la volví adicta, yo no le juré amor cuando solo quería pasar un buen rato, ella no debía ser nadie para mí.

Me acomodé los lentes sonriendo, era verdad eso de que parecían de Termimator, la verdad no me gustaban pero eran de Sun-hee, y si eran de ella valían la pena.

Arrugué la nariz al oír la puerta abrirse y tensioné la mandíbula al ver quién entró en el baño, la única desvergonzada qué se metía al baño de hombres y era capaz de coger en el.

—¿Ya me estabas esperando Boris? —preguntó jugando con su cabello por lo que puse los ojos en blanco, como le encantaba intentar llegar a algo conmigo.

—Ya me iba —respondí con frialdad y me acerqué a la puerta que fue bloqueada por su mano—. Déjame salir.

—¿Te vas a coger a la insípida esa? —La miré con molestia, que ni se le ocurriera meter a Sun-hee, mucho menos si no la conocía.

Bittersweet Tragedy // Boris PavlikovskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora