02

194 19 12
                                    

Mi primo siempre me había dicho que no me asustara desobedecer a mi padre, porque en ocasiones era necesario

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Mi primo siempre me había dicho que no me asustara desobedecer a mi padre, porque en ocasiones era necesario.

Claro, nunca me había animado a hacerlo, cualquier cosa que yo hiciera llegaba a sus oídos en ese entonces. Con el tiempo pareció que confió más en mí al ver que nunca desobedecía.

Hace unas horas mi padre había salido de viaje por negocios, me había dicho que lo más probable es que fuera a llegar hasta el miércoles así que tenía varios días para mi sola.

Estaba tranquila con el ritmo de Smooth Criminal sonando por mi grabadora mientras limpiaba un poco mi habitación porque ya se hacia visible una pequeña capa de polvo.

A decir verdad disfrutaba de estar sola, podía hacer lo que quisiera sin sentir la presión de aparentar ser perfecta frente a mi padre, era muy reconfortante a decir verdad.

Escuché el timbre de mi casa sonar al haber terminado de limpiar mi escritorio y salí de mi habitación para bajar las escaleras extrañada, ¿Quién podría ser?

Observé a una buena distancia por la ventana con los ojos entornados y levanté las cejas al ver a Theo y a Boris tocando la puerta desde afuera. El más bajo parecía preguntarle algo al pelinegro qué solo asentía o respondía con monosílabos a mi parecer.

Subí corriendo a mi habitación y me cambié de la pijama que tenía puesta, sí, ya me había duchado pero no creí necesario arreglarme porque no planeaba salir.

Me cambié por un vestido violeta manga larga y me coloqué los mismos zapatos del día anterior, o bueno, mis tacones para después apagar la música.

Bajé las escaleras como si no hubiera estado corriendo para arreglarme y estar presentable para abrirles la puerta cubriendome los ojos del Sol.

—Hola —los saludé dejándolos pasar para después cerrar la puerta—. ¿Qué hacen aquí?

—Estábamos caminando y reconocí tu casa —respondió Boris con simpleza observando todo—. Quisimos ver si estabas.

—De acuerdo —Asentí y tragué saliva, ¿Qué se suponía que dijera para comenzar una conversación?

—¿Cómo que estábamos caminando? Tú me dijiste que vinieramos a verla —reclamó Theo y Boris lo miró sin decir nada—. Ni siquiera me dejaste terminar mi desayuno.

—¿A las tres de la tarde? —cuestioné por eso, yo había almorzado hace unas dos horas.

Zakroy svoy rot —habló Boris ignorando mi pregunta para que después Theo fuera abofeteado en el hombro con fuerza por lo que abrí los ojos.

Bittersweet Tragedy // Boris PavlikovskyWhere stories live. Discover now