11

140 10 3
                                    

En un momento pasaron dos meses y estar con Boris no podía ser mejor, seguía conservando sus hábitos, pero algo que le concedía era que nunca, y era de verdad, nunca se drogaba cuando yo estaba presente

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

En un momento pasaron dos meses y estar con Boris no podía ser mejor, seguía conservando sus hábitos, pero algo que le concedía era que nunca, y era de verdad, nunca se drogaba cuando yo estaba presente.

Fumaba y bebía y sí, a veces se fumaba un porro de mariguana o cuando nos encontrábamos acababa de inhalar una línea blanca, me daba cuenta pro sus ojos irritados y la dilatación de su pupila, además se reía de todo y se volvía un poco más atrevido conmigo.

Por otro lado estaba en que lo mantenía oculto de mi papá, si se enteraba que tenía novio me jodía yo y de paso a Boris, una cosa que no iba a permitir así que era sumamente cuidadosa en ese aspecto.

Cuando papá estaba en casa solía escaparme en la noche cuando él estuviera dormido para pasar un rato con Boris o los dos nos reuníamos en mi patio trasero procurando no hablar muy alto. Si Boris se quedaba a dormir y dejaba ropa la guardaba en el fondo de uno de mis cajones para que sus prendas no fueran descubiertas por mi papá.

—Dámelos por favor —le pedí tratando de alcanzar uno de mis zapatos porque Boris lo había tomado y lo mantenía fuera de mi alcancé—. Yeppeun.

Me quejé tratando de impulsarme de uno de sus hombros para alcanzarlo, pero él solo soltó una risa.

Me tomó de la cintura pegándome a su cuerpo y después arrojó mi zapato al suelo haciendo que ambos nos acostarnos en mi cama.

ty ochen' nezhnyy —Abrí los ojos ofendida por eso, solía entenderle algunas palabras porque las repetía con mucha frecuencia cuando estaba conmigo.

—Deja de decirme adorable —pedí haciéndolo soltar una carcajada sonora echando la cabeza hacia atrás—. Claro, ríete.

—Es que no entiendo cómo no te cansas de usar eso —aseguró y volteé los ojos para después sonreír divertida—. Te ves bonita sin esos sancos.

—No son sancos —protesté levantando las cejas.

Boris me tomó la nuca pegando sus labios a los míos robándome un suspiro por lo repentino de su acción.

Llevé una mano a su cabello mientras la otra se ubicaba en su hombro apretando su camiseta negra holgada. Una de sus manos hacia círculos en mi cuello y la otra se abría paso entre mi blusa para poder tocar la sensible piel de mi abdomen y cintura.

Sus labios me generaban tantas emociones, un cosquilleo tan fuerte se abría paso en mi vientre cada vez que me besaba y mi capacidad para pensar se esfumaba porque en esos momentos nada más existía a nuestro al rededor.

Mordió mis labios un par de veces sin mucha fuerza para después separarse de mí y llenar mi cara de besos mientras sonreía.

Jesteś bardzo piękny —susurró contra mi oído para después morder mi lóbulo haciéndome suspirar—. ¿Quieres salir?

Bittersweet Tragedy // Boris PavlikovskyWhere stories live. Discover now