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Durante todo el día siguiente en la escuela me la pasé metida en mis pensamientos, dándole cientos de vueltas al asunto de ver a Boris siendo golpeado y de mis sentimientos hacia él, todo en un bucle repetitivo y tedioso

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Durante todo el día siguiente en la escuela me la pasé metida en mis pensamientos, dándole cientos de vueltas al asunto de ver a Boris siendo golpeado y de mis sentimientos hacia él, todo en un bucle repetitivo y tedioso.

Boris había faltado lo que me dejó preocupada por cómo estaría y me había causado una gran pesadez en el estómago a base de mi preocupación, mi preocupación era tanta qué ni siquiera puse atención del todo en las clases porque sencillamente mi atención estaba totalmente puesta en aquel Ucraniano.

—Theo —se giró a verme cuando lo llamé ya que estábamos en el autobud para volver a nuestras casas, casi no habíamos hablado en todo el día—. ¿Tú sabes que el papá de Boris lo golpea?

Él asintió después de algunos segundos en total silencio mirando un punto fijo en la nada y apreté al los labios por eso, entonces no era del todo un secreto.

—¿Pasó algo ayer? —Asentí ante su pregunta y él suspiró pesadamente—. ¿Qué él no había dicho que su papá no estaba?

—Llegó cuando estábamos los dos juntos —respondí y entrelacé los dedos de mis manos recordando lo exaltado qué estaba—. Me pidió irme y cuando salí vi como lo golpeaba. Fue una sensación tan horrible, verlo siendo golpeado me hizo sentir mal de cierta forma.

—¿Quieres ir a verlo? —Asentí ante su pregunta sin dudarlo ni dos segundos, necesitaba saber que Boris estaba bien—. Vamos entonces.

Sonreí levemente y después ambos nos levantamos para bajar del autobús e ir a la casa de Boris, me urgía saber cómo estaba, estaba increíblemente preocupada por él después de lo de ayer.

Al llegar a su casa me adelanté a Theo para tocar la puerta esperando que fuera abierta por Boris, quería verlo, abrazarlo y tener la certeza de que no estaba herido de forma grave.

Algunos segundos después la puerta fue abierta y subí la mirada de mis manos a él automáticamente.

Sentí unas inmensas ganas de llorar al ver su ojo morado y un corte en el puente de su nariz en tono rojo así que lo único que atiné a hacer fue abrazarlo con fuerza conteniendo las lágrimas que amenazaban con bajar de mis ojos como cascadas.

Lo sentí algo desconcertado al principio por mi repentina acción, pero después me devolvió el abrazo dando algunos pasos hacia atrás par dejar que Theo entrará a la casa.

—¿Estás bien? ¿Algo te duele? —Levanté la cabeza para mirarlo sin soltar mi abrazo detallando sus heridas, tenía además un corte en el pómulo izquierdo.

—Tranquila simpatichnyy, estoy bien —aseguró separándose de mí y pasándome una mano por la mejilla sintiendo el camino mojado que habían dejado algunas lágrimas qué lograron escapar—. ¿Por qué lloras?

Bittersweet Tragedy // Boris PavlikovskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora