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Antes de salir de la escuela entre en el baño para lavarme las manos y antes de salir una chica me interrumpió

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Antes de salir de la escuela entre en el baño para lavarme las manos y antes de salir una chica me interrumpió.

—¿Eres amiga de Boris? —preguntó y asentí observándola por el reflejo del espejo y después me di la vuelta.

Tragué saliva pensando en la posibilidad de que tuviera novia, entonces marcaría distancia entre los dos y le aclararía que no puede estar haciendo lo que se le dé la gana si está con alguien. Además también le dejaría todo claro a ella para no tener problemas.

—Oye relájate —Me pidió extendiendo sus manos frente a ella—. No te voy a hacer nada.

—¿Qué pasa entonces? —pregunté confundida soltando un suspiro sintiendo como si una pesada roca se hubiera instalado en mi estómago—. Si tú y él tienen algo de verdad puedes estar tranquila porque entre Boris y yo no hay...

—¿Boris y yo? —me interrumpió y asentí frenética—. No, no. Admito que en algún momento casi pasa algo, pero no.

—¿Entonces? —pregunté aún más confundida deseando que no fuera una de esas chicas que se obsesionan con alguien y no quieren verlo cerca de alguien más.

—Te quiero advertir, de él precisamente —Hundí las cejas confundida, ¿Advertirme de Boris?—. Boris no es como parece, no es lo amigable qué se muestra contigo, es perverso.

—¿Perverso? —pregunté incrédula y ella asintió dejándome descolocada—. ¿Por qué lo dices?

Otra chica rubia de cabello corto entró en el baño y ella no respondió por voltearla a ver dejándome más confundida aún, ¿Sería de verdad eso?

—Solo ponle límites —pidió antes de salir del baño dejándome muy confundida.

¿Cómo era eso de que Boris es perverso? Él se porta muy bien conmigo, en ocasiones hasta es algo tierno aunque si me hace algunos comentarios que me hacen pensar mal, ¿Pero él perverso? No lo parecía, ni siquiera se veía peligroso por más que se metiera droga, hasta actuaba como un niño cuando estaba en un viaje.

Salí del baño abrazándome a mí misma confundida mientras le seguía dando vueltas al asunto. Había comenzado a tratarlo desde el viernes por lo que claramente no lo conocía bien, pero no me parecía alguien perverso.

Antes de salir de la escuela me puse mis lentes de Sol saliendo de mi ensoñación y apartando mi mano de mi boca justo antes de comenzar a morder mis uñas.

—¿Por qué te tardaste simpatichnyy? —Me preguntó el pelinegro abrazándome por los hombros haciendo que lo mirara—. Pensamos que ibas a quedarte en la escuela.

Bittersweet Tragedy // Boris PavlikovskyWhere stories live. Discover now