El mundo da un vuelco cuando la primer mujer en la Fórmula 1 se hace presente en el Paddock.
Camille Watson, hija del gran piloto de la F1 tendrá que demostrar que se merece ese asiento en Mercedes, pero un neerlandés no se lo hará tan fácil.
Camill...
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2/abril/2023
CAM'S POV:
Le di un último trago a mi bebida. En realidad no tenía ganas de estar en esa fiesta, solo quería que el fin de semana acabara y esperar lo mejor para Baku.
Estoy más que enfocada en ser bicampeona mundial, pero eso no será posible si no trabajo horas extra y pongo el doble de esfuerzo.
Las olas se rompían cerca de donde estaba sentada, el ruido de la fiesta se escuchaba lejano. Me levanté, sacudí la arena de mis piernas y caminé hacia donde estaba estacionado el auto.
Me sentía extrañamente vacía, hace meses me hubiera gustado estar en esa fiesta, pero hace meses la situación era diferente.
Es agobiante ir a cualquier lugar estos días, cuando lo único que quiero es estar con él.
Subí al auto, enlacé mi celular y me enfoqué en llegar al hotel.
La música se escuchaba baja y en realidad ésta vez no tenía intenciones de subir el volumen.
Conduje todo el camino en silencio, ni siquiera se asomaron los pensamientos por mi cabeza. En el momento que llegué a mi hotel, subí el elevador y me encaminé a la habitación.
Me sentía increíblemente cansada. Dejé la bolsa pequeña en la cómoda de la habitación, me quité toda la joyería y caminé hacia al baño para lavarme el rostro.
Afuera se comenzó a escuchar un ruido indistinguible pero no me importó lo suficiente como para ir checar de donde provenía o que era lo que lo provocaba.
Caminé cerca de la puerta para ir acomodando mis maleta, pero una nota por debajo de la puerta llamó mi atención. Estaba hecha con servilleta, escrito con una letra un tanto curiosa. Mi intriga incrementó porque yo no había pedido room service en estos días.
Me agaché para tomarla entre mis manos, cuando de repente otra servilleta se deslizó por debajo de la puerta.
"¿Podemos hablar?" "Si no lo deseas, me iré inmediatamente"
Sentí mi estómago retorcerse, primero me imaginé que se habían equivocado de habitación, después pensé en que podía ser un aficionado que había encontrado la manera de subir hasta este piso. La última me causó una sensación de miedo indescriptible. Traté de contener mi respiración y levantar la pequeña ventanilla que hay para observar quién estaba fuera.
No distinguí en primera instancia quien podía ser, se veía alguien parado muy cerca de la puerta. Busqué algún detalle para poder reconocerlo, porque si no, llamaría a seguridad.
Y cuando vi el brazalete plateado en la muñeca derecha fue cuando sentí que todo mi cuerpo se petrificó.
No por el hecho que Max estuviera ahí, de eso me sentí hasta alucinando. Pero si Jos Verstappen se llegaba a enterar que su hijo estuvo aquí, podría ser el del fin de mi carrera.
