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La visita, si bien fue su regalo de navidad atrasado, no se extendió a más de dos días. El regreso a la época laboral y académica estaba a la vuelta de la esquina. Hongjoong incluso estaba planeando viajar con su familia para reunirse con sus socios comerciales. 

No supo de Seonghwa el transcurso de esos días. Era lo mínimo que podía esperar, luego de pasar por semejante situación, que no querría volver a vérselas con la señora Kim y su imprudente ignorancia. Quiso llamarle para saber cómo estaba, pero lo único que lo único que consiguió fue quedarse con el auricular en la mano mientras escuchaba la voz de la contestadora. Atribuyó el hecho a que Hwa no solía estar muy al pendiente del teléfono, a pesar que todavía sentir una punzada de preocupación.

Entre otras cosas que se relacionaban con Seonghwa, tuvo la oportunidad de finalmente hablar sobre lo que había pasado con su hermano. La relación entre ellos podía verse superficial, tan común como la de cualquier dupla de hermanos. Era un error asumir que no sé sentarían a charlar durante horas sobre los secretos y situaciones más íntimas, escuchándose mutuamente y aconsejándose sobre la marcha. A Hongjoong no se le había pasado por la cabeza que necesitaba hablar acerca de lo suyo con Seonghwa, había creído que podría interiorizarlo hasta que se convirtiera en una diminuta partícula que se perdería en los pliegues de su cerebro. Apenas comenzó a explicar los sucesos que lo llevaron a ser amigo de Seonghwa, su boca cobró vida propia y se dio a la tarea de relatar cada momento, emoción y pensamiento que había experimentado. Se detuvo para darle un trago a la lata de refresco que había tirado a un lado del sofá.

—Sabía que eras un poco lento de entendimiento, pero no estaba consciente de cuan malo era —dijo Bumjoong con un risita burlona, también agarrando su bebida—. ¿Tuviste que esperar al último momento para darte cuenta de que, en realidad, lo que sentías por Seonghwa no era un simple interés?

Joong frunció los labios. No encontró algún argumento para responder, así que desvío el rumbo de la interrogación.

Sentía es tiempo pasado —puso la mano contraria a la que sostenía la lata debajo de su barbilla—. Siento que con cada día que pasa, en vez de superarlo, me hundo más. Y eso está mal.

—Hmm —Bumjoong se quedó en silencio por un instante. La casa estaba sumida en una calma que para el dueño era habitual. Sus padres estaban explorando algunas partes del bosque, volverían para la hora de cenar. Por esa razón, los hermanos se dieron la libertad de tenderse en los muebles de la sala para charlar sin restricciones—. Puede que sea complicado por un tiempo. Te enfrentarás a varias encrucijadas, pero confío en que encontrarás la solución. Siempre lo haces.

—No lo sé, no se me ocurre como-

—Escucha —el mayor se tragó de un tirón la bebida y se enderezó en su asiento. Su expresión era de gran determinación, Hongjoong tuvo el presentimiento de que estaba por oír algunas palabras de aliento escondidas en una anécdota ridícula -el estilo de Bumjoong de hacer actuar como un hermano mayor—. Recuerdo perfectamente cuando me dijiste que querías mudarte, porque querías tener tu propio espacio y lugar para tus cosas. No tenías ni la mitad del dinero para pagarte la renta más barata de la ciudad —la cara larga de Hongjoong no bastó para detener lo que su hermano decía con descaro—. Tu negocio apenas estaba comenzando. Pensé que le harías caso a papá y te conseguirás un trabajo mediocre en lo que estudiabas derecho o contaduría. Semanas después, me dijiste que encontraste alguien que te ayudaría a financiar los materiales. Dos meses después, parecías un zombie y parecía que estuvieses a punto de caerte dormido en cualquier parte. Te veías horrible.

—Ajá.

—No, en serio —el mayor se puso los dedos debajo de los ojos y estiro la piel para dar un ejemplo más gráfico—. Tenías unas ojeras gigantes. Y ese corte de cabello que te hiciste, uh-

winter falls || seongjoongWhere stories live. Discover now