CAPITULO 10. EL INSTINTO DEL LLAMADO.

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Narrador Omnisciente.

Yaikai, cierra los ojos y eleva el rostro oliendo el ambiente, la imagen de los cuervos aparece. Los ve venir y siente la oscuridad, algo oscuro, perverso y demoníaco se acerca.

El hombre infectado con la raza del león, observa el cambio en el cuerpo de la mujer. Para él, hasta su transformación es hermosa, su cabellos de un vino tinto, pasan a un negro azabache, la piel porcelana va cambiando, pero sabe que no debe admirar, porque ella, es el mal, en ese momento.

Yaikai, ahora abre los ojos tan negros como la noche. No es Yakai, es...

─ Regresan por nosotras ─ gruñe Maleisha, y quién llega primero que los cuervos, es el ave extraña de un rojo sangre, posándose en la cabeza de Maleisha.

Su cabello en la coronilla se alumbra del rojo fuego en gotas de sangre y las alas del ave se extienden en crecimiento, cambiando sus largas pezuñas en garras afiladas y puntiagudas, al igual que las garras que se desprenden de los dedos de Maleisha.

─ Ustedes, ya son nuestras ─ Ruge con fuerza la bestia salvaje del León, observando como los reyes de cada Tribu, se acercan, para unirse con Dareya, Yaikai o Maleisha; porque las tres son un mismo cuerpo, pero al mismo tiempo tan diferentes y los Reyes, no saben cual de las tres, prevalecerá en esta batalla que se aproxima.

Maleisha, los observa y sonríe con perversidad, porque ella, es la reina de reyes.

El rostro dulce e inteligente de Yaikai, se perdió, dándole paso a la despiadada y sanguinaria Maleisha, que todos los reyes en ese momento desean poseer en su reinado, hasta él...

─ El rey vampiro, mezclado con gen camaleón y serpiente, se acerca, ─ sonríe, pero los demás, aún no huelen nada, aunque la transformación de la mujer, los guió.

─ ¡Rashak...! ─ el rugido lleno de odio se sintió.

─ ¡Mis hombres, vienen con él! ─ gruñe Maleisha.

─ !Ya los ha transformado! ─ gruñe el anciano de la Tribu de la sabiduría.

─ ¡¡Siguennn siendooo mi tropaaa!! ─ El fuerte Rugido de Maleisha, se hizo sentir en toda la tribu, combinada de diferentes razas infectadas.

─  Ya están contamina...

─ ¡¡¡Son mi tropaaaaaaaaa!!! ─ gruñó con mucha más fuerza, llena de odio y retumbando el lugar, lanzando un segundo grito que estemeció a todas las razas presentes, reconociendo que la transformación de Maleisha, aún no era completa, sin embargo, ya hizo temblar los reinados y cuando el tercer grito, se hizo mucho más agudo; las chozas se desplomaron una a una,  las arenas se levantaron,  los ecos se trasladaron con fuerza y los oídos de muchos dolieron con agudeza.

Los reyes de las tribus, la observaron con respeto y temor al mismo tiempo, porque el llamado fue inminente y los reyes presentes se unieron a ella.

─ Si los puedes dominar los recuperamos ─ gruñó el Rey de la tribu leonila, pensando que esa mujer era suya y en solo una semana su gen, estará en su panza, una criatura pura en su postura.

─ Maleisha, leyó su pensamiento, pero su perversidad fue más allá.

─ Un gen tan puro no es posible, uno combinado, podrá dominarlos a todos ─ pensó Maleisha, como siempre un paso adelante de los demás.

─ El gen, más infectado que existirá...

Rashak, a solo unas millas escuchó el fuerte llamado, gruñó porque sabía que la transformación no estaba completada y ya, la media humana, conocía el poder que tenía.

Rashak, furioso gruñó con fuerza y lanzó el grito, que también hizo retumbar los confines de la tierra.  Sus hombres, se inclinaron ante él, a pesar de que el llamado del grito escuchado anteriormente, también le habían afectado, sin embargo, la decisión ya estaba tomada.

Las tribus felinas de las adyacencias se levantaron junto a sus manadas. Los dos gritos, tanto el de Maleisha y el de Rashak, eran el llamado de la unión a la decisión del bando que debían tomar.

Las de Licantropos, estaban decididas de hacían milenios y solo se unieron las manadas, de las diferentes tribus, para emprender al llamado ocasionado.

El coronel Dante y el Teniente Maximus, sienten que sus pechos tiemblan al escuchar los llamados. Sus pieles, vuelven a encender, el fuego en cuestiones de segundos pasa al hielo, el instinto es tan fuerte que los hace retroceder al llamado, saben que deben unirse, pero no saben el porque de la unión.

Ambos, se observan y corren, en la piel se les va sintiendo el acero. Otra vez esa cosa dura, el dolor en su cuerpo, en sus dedos, sus uñas reventándose y...

Los dos cuerpos se detienen, observan a lo lejos unas bestias polares, totalmente blancas.

Dante y Maximus, se alejan uno del otro, al darse cuenta que las hembras estaban sobre las bestias.

Los dos reconocen que no pueden estar juntos, o se matarán sin piedad el uno al otro, para quedarse con la hembra. Una acción irracional, más del comportamiento animal, que comprendieron cuando la humanidad, los envolvió nuevamente. 

Dante y Maximus, atentos a las llegadas intempestivas que levantaron las arenas con su andar. Las miradas se concentran en esas pieles que parecen hielo, los ojos expandidos y las bestias de cuatro patas, que parecen terribles osos deformes, todos blancos como la nieve y pieles duras como el acero.

─ La Tribu de los Carmilions, los espera. No es hora de atender el llamado ─ murmura una de las mujeres, observando fijamente a ambos hombres, pero luego su mirada se posa en el Coronel Dante.

─ Eres la leyenda ─ dice, la reina de la manada de la tribu blanca Carmilions.

El Coronel, la observa sin comprender y tratando de detener el instinto del llamado.

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Rashak, observa a sus tribus acercarse, su rostro se alza con prepotencia, observando a las manadas de las tribus que se unieron a su llamado.

Marey, camina para el encuentro con Rashak, la felina recuerda que solo tres noches anteriores, se apareó con el nuevo espécimen en transfornación.

Rashak, siente a la distancia el olor de Marey, su cabeza se mueve y los demonios, que todavía dormían en su interior esperando el momento adecuado para surgir, se elevan con furia. El olor de la hembra, a cambiado y el fuerte grito de desespero se escucha.

Marey, se detiene al igual que su manada. Sabe que Rashak, ya se ha dado cuenta de su encuentro  y más que temer, le gustó la reacción del rey demonio, aunque comprendió que en ese momento moriría, pero el placer de que él, por una vez en su vida de muerto, estuviese en el lugar que ella, lleva por siglos la llenó del regocijo.

Marey, se prepara cuando ve al rey demonio venir hacia ella, junto a su Tribu. Sabe que antes que le den muerte ella, dará la batalla, la caza de lo sangriento es su satisfacción y antes de que le claven un colmillo, sus garras desgararán las entrañas y su veneno quedará, en la sangre de las paredes orgánicas, que antes protegían esas entrañas, dando no solo una muerte dolorosa, sino la satisfacción de comerse ante su contrincante, las entrañas que ha desgarrado.

Marey, observa venir a los machos preparados al ataque, sus garras se desprenden al igual que toda su manada, se preparan para el ataque. Todas preparan sus garras, para darle la bienvenida a esas entrañas que desean probar antes de irse a la muerte, pero...

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