×El Renacimiento× ~Sonic Prime AU~ (Sonine)

~ Dónde Empezamos ~

~...~



Los rápidos pies del erizo corrían por la cuidad... Aún si nadie se daba cuenta que él estaba ahí.
Debía encontrar a su compañero antes que haga algo estúpido... Estaba dispuesto a encontrarlo.

Llego hasta aquella guarida en la zona del subterráneo, aquella que el menor había usado como casa ya desde hace muchos años. Rogó que el zorro se encontrará allí, ingreso el código, y espero que la puerta se abra. Al entrar, notó como el lugar estaba casi vacío... Apenas habían unos cuantos cachivaches en el suelo junto a una pequeña colina de ropa, al acercarse a esta, noto al pequeño roedor dormido entre las prendas, como si fuera una cama.

Sonic: Hola, pequeño.

Mencionó mientras tomaba a la rata entre sus manos, notando cómo esta lo olía para reconocerlo.

El erizo miro de un lado al otro, no habían señales de Nine... Pero evidentemente había estado ahí, no debía estar lejos. Dejó al roedor en su cuello, sujeto con su bufanda para que no le pasará nada, salió de la guarida a gran velocidad.

Mientras corría, logro oír a unos pocos metros algunos ruidos mecánicos y máquinas siendo destrozadas... Por lo que optó en ir a aquella dirección... Y en efecto, el zorro estaba ahí, golpeando y derrotando varios Eggforcers.

El erizo se unió a la pelea, evitando así que lastimen a su pequeño amigo.

Sonic: ¿Que estás haciendo? Tenemos que irnos antes que lleguen refuerzos.

Nine: No iré contigo a ningún lado... Voy a ir a la yema, con o sin ti.

Terminando de decir aquello, disparó con su arma multiusos a los robots que lo rodeaban, hizo girar sus colas entre ellas, elevando así sus pies del suelo. Más antes de poder alejarse demasiado, uno de sus tobillos fue tomado por el azulino, quien lo hizo bajar nuevamente.

Sonic: ¿Porque la urgencia de ir hasta ahí? Se supone que lo haríamos a su tiempo.

Nine: Oh, no te preocupes... Estoy seguro que no quieres trabajar con un tonto niño que solo le importa el poder...

Sonic: Nine, lamento mucho lo que dije... Pero esto es muy peligroso y estúpido... Tú mismo lo dijiste, va en contra de todo lo que me enseñaste desde que te conozco.

Nine: ¡¿Y como saber si las cosas que hago o te enseñe son las correctas?! Lo intente, muchas veces... Pero no importa que tanto me esfuerce, siempre termino arruinado algo. No solo cometí un error con Oxidada, cometí millones a lo largo de mí vida... Y siempre pasan cuando intento hacer las cosas bien.

La voz del más chico comenzó a sonar entrecortada, uniendo algunos jadeos y sollozos profundos. Cubrió su rostro con sus manos, evitando la vergüenza de tener que ver a la cara al cobalto.

Nine: Para todos ellos siempre fue tan fácil ver cuándo falló... Pero nunca aprecian las cosas que si hice bien, ¡o que al menos lo estuve intentando!. Solo pensé que contigo sería diferente. Y esto tan... ¡Cansado!

El erizo se acercó a él, mientras el menor escondía su rostro en el pecho de su amigo.

Nine: Solo quiero hacer las cosas bien... ¡¿Porque nada me sale bien?!

Un estruendo acompañado de una vibración en el suelo los hizo tambalearse. Al mirar hacía la calle, vieron como una enorme armadura se aproximaba a ellos. Los ojos azules del zorro reflejaron un espanto, mientras sus orejas se escondían detrás de su cabeza.