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"Imprimación"

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Las patas de su lobo estaba, probablemente, sangrando por correr tanto, la simple vista de Cassy explotando frente a los ojos de Sam había tirado de él tan fuerte que no dudó empezar a correr, aunque no era la verdadera razón por la que no lograba parar ni siquiera a beber agua, no, era el hecho de verla no reaccionar luego se la transformación quedándose estática en el suelo temblando.

Aquello lo rompió.

Sabía que él la había roto, su partida había logrado doblegar su espíritu y verla caer fue la confirmación de que él solo era capaz de causar daño.

Recordaba las duras palabras de su padre, los gritos, las quemaduras en sus brazos que se fueron cuando transmuto por primera vez.

Deseaba verla, abrazarla y decirle que todo estaría bien sin importar que ella no era su impronta si es que ella lo aceptaba.

Deseaba estar entre sus brazos, besar sus labios y sentirse vivo y afortunado.

Pero las palabras de su padre se repetían una y otra y otra vez.

Casi era capaz de sentir el golpe de la botella de vidrio contra sus costillas cuando se quedaba dormido.

Ni siquiera el hambre pudo detenerlo de llegar a su lado, él estaba acostumbrado, no era como que su padre lo alimentara constantemente.

Podía oír las voces de los lobos en su cabeza, pidiéndole tranquilidad, entendiendo su locura y abrazándolo como manada.

Pero Paul solo podía pensar en una cosa, en como Cassy parecía no haber despertado.

Dos días y dos noches corriendo lo acercaron a los límites de Washington dónde cayó frente a un río bebiendo agitado, podía oír a los lobos diciéndole que Cassy estaba bien, que habia despertado y, aunque no quisiera ver a nadie, había comido.

Aquello pareció darle una renovada fuerza para seguir corriendo hacia la rubia.

Casi un día después se encontraba frente a la cabaña de techo rojo de Sam y Emily, la cual había servicido durante dos años como su propio hogar.

Cassy sonrió hacia Emily, recordandose que debía ser gentil con la mujer, antes de empezar a comer, a su lado Jacob parecía tenso, su relación se había visto visiblemente afectada cuando su lobo casi la ataca por defender a Isabella Swan.

Su teléfono sonó, una vez más, y reprimió un quejido, su madre no paraba de llamarla aún cuando Billy le había explicado la situación, y, lejos de sentirse agradecida, se senti aagobiada por la repentina preocupación constante de su madre.

Apretó los puños al ver la mirada desinteresada de Jacob sobre el teléfono, habían discutido hacia unas horas por no querer hablar con su familia, la loba simplemenre deseaba algo de paz y él, su primo, parecía no entenderlo.

—Deja de mirarla, Jacob.—Ordenó Sam mientras dejaba su plato frente a ellos y le entregaba el de Embry, quien parecía ansioso ante la poca interacción de los familiares.

—¡No puedo! Ella tiene una madre y mira como la trata.

—¡Oh! Como si esto tuviera algo que ver con mi mamá y no con Isabella Swan.

—¡No metas a Bella en esto!

La loba gruñó mientras se lanzaba sobre su primo, el golpe lo lanzo al suelo y pronto fueron empujados, por los miembros restantes de la manada, fuera de la casa y lejos de Emily.

Algodón De Azúcar - Paul Lahote Where stories live. Discover now